martes, 2 de septiembre de 2008

ODISEA DE UNAS VACACIONES FRUSTRADAS

Para nuestra gente amiga en Pezcalandia de Argentina, les enviamos este relato por nuestro compatriota el Ñato Che quien seguro les entregara el material. Jueves 31 de julio, segundo día de viaje. Fotos ante un paisaje mediterraneo imponente entre Niza y Mónaco desde la estrecha carretera que recorre esa costa montañosa de los Alpes Marítimos, la Costa Azul. Cuando nos disponemos a retomar el viaje , la autocaravana –alquilada en Madrid a NORCARAVAN a 175 euros diarios y con una fianza de más de 700 también religiosamente abonada- decide que no. Lo intento varias veces y a la tercera arranca escupiendo bocanadas de un humo blanco, espeso, que se nos cuela por las ventanas.Llamo a Madrid: "Tenemos un seguro, llámales y que te busquen asistencia".
Al poco se me enciende el testigo del radiador. Me paro. En la espera del socorro somos testigos de un terrible accidente que contribuye a ir alimentando nuestra desolación en ciernes. Obviamente el día no promete. Pasa el tiempo y no viene nadie. "Es que no conocen el sitio", dice la aseguradora. Ya.
Dos horas y media después –y estamos en Niza, no en Tombuctú- llega un tipo portugués, fornido y áspero que se pone a mirar el motor mientras habla por dos teléfonos a la vez. Aprovechamos para ir dando a los niños algo de comer. "El agua del radiador; pierde". Amelia, de NORCARAVAN, insiste en que les exijamos llevarnos a un taller FIAT, que es la marca de la autocaravana. Mecánico y asistencia me dicen que no hay ninguno disponible en los alrededores y que la única solución es irnos al taller del portugués y esperar.Tenemos que reclamar nosotros a FIAT asistencia información sobre el estado de la autocaravana. "Parece que la avería es gorda, van a intentar arreglarlo pero lo ven complicado.
Partimos en la autocaravana echando humo y rellenando líquido del radiador cada poco porque el mecánico no ha sido capaz de subirlo en la grúa sin serio riesgo para la integridad de la máquina y quienes estamos dentro. Pero el taller no está cerca. No estamos para paisajes, y por tanto apenas nos damos cuenta de que bordeamos Mónaco, Beausoleil y empezamos a subir las empinadas colinas de Menton, en la frontera con Italia."Como las montañas de Heidi" dicen los niños.
si, parecido. Pero aquí en vez de el abuelo encontramos, tras casi cuarenta minutos de penoso viaje de montaña, una modesta oficina pegada a la carretera tras la cual arranca una empinada cuesta abajo donde se supone que está "el taller". Esta no es la idea de lugar para esperar con cuatro niños a pleno sol el 31 de julio. Pasan las horas. Crece la desolación. Empieza a brotar con fuerza la sensación de desamparo. El servicio de asistencia no da noticias, "¿Y qué hacemos?" Esperar.A las seis de la tarde nos anuncian que nos ponen un hotel en Niza –a 30 kilómetros- a la espera de taller. "Pero solo por tres días". El brote de desamparo se dispara. Algunos minutos después llama Amelia –preocupada y dispuesta- y nos da el primer alimento anímico. "Podéis utilizar también el servicio de asistencia de FIAT…". Llamamos a FIAT asistencia.
En efecto, dicen que encontrarán un taller y que, de momento, envían una grúa a las montañas de Heidi a recoger la autocaravana. Esperanza. Por primera vez desde hace más de seis horas.
Nos cubren cinco días y nos llevan a un hotel. Mejor que el otro seguro."El hotel está bien, prometen, en Le promenade des Anglais, el paseo de los ingleses, que es el principal de Niza".
Pero no. El paseo es largo, enorme. Al final está el aeropuerto. Frente a él un hotel de viaje de dos estrellas que no pasa ni por hostal en España. Luces de neón de puticlub en la fachada. Ya es de noche, atónitos, agotados, tres adultos y cuatro niños, rodeados de bolsas de plástico con cosas de la caravana, recien bajados de las montañas, no nos podemos creer que quieran meternos ahí. Tenemos derecho a alojamiento por 80 euros por persona y noche, somos siete, luego nos correspondería 420. El hotel es de 80 euros día, dos habitaciones, 160…todavía tenemos margen. Otro hotel. Dicen que no.
Lo buscamos: LE MERIDIEN. 260 habitación, o sea, 520…Sobrepasa 100 euros…mejor que quedarse corto 260 como proponen ellos. Tras un tira y afloja, aceptan. Dormimos en LE MERIDIAN el jueves. Está bien, frente a la playa. El mar alivia.Viernes, "a ver si lo arreglan esta tarde""Tienen derecho también a un coche de alquiler, les espera en el aeropuerto de Niza". Allá voy. Caos de primero de agosto. Cuando me llega el turno me dicen que no saben nada: FIAT asistencia no ha enviado el fax. Llamo. Una hora después llega. En el taller dicen que la autocaravana no la arreglan hoy. "Hasta el lunes, nada".El sábado por la mañana, hay un retén de guardia y podemos ir al taller FIAT-IVECO de Villeneuve, cerca de Niza, donde se han llevado la autocaravana. Llenamos media docena de bolsas y tres o cuatro mochilas, pero cuando nos disponemos a salir de la nave en la que está el vehículo esperando sentencia, constatamos con estupor que nos han dejado encerrados.
Llevamos seis días de ansiedad e incertidumbre, con las vacaciones arruinadas y no queremos una "repatriación" apresurada y de cualquier manera.
Miro el reloj…en efecto, pasa media hora de las doce, que es cuando cierran ¡¡y los tipos de guardia –tres mecánicos y un encargado- se han ido dejándonos dentro!!. Busco alguna puerta abierta. Candados y cierre en toda la nave, entro en la oficina, pero la puerta de cristal que comunica con la calle está cerrada. De la sorpresa pasamos a la indignación. Llamamos al seguro. No se lo creen. Llaman al taller y cojo yo el teléfono. "Un momento que avisamos inmediatamente al encargado".Ese inmediatamente es casi una hora de increíble encierro en un taller a pocos metros de donde miles de personas disfrutan de un sábado de playa. Pensamos en llamar a la policía. Esperamos (otra vez). El tiempo parece detenerse y no hay salida –literalmente-. De repente aparece ante la puerta el encargado. Al verme dentro de la oficina abre los ojos como si se encontrara ante una aparición marciana. "¿Qué hace usted aquí? Pues que nos ha dejado usted encerrados, amigo mío".En ese momento suena su teléfono móvil. Asiente. Nos mira. Asiente. Acto seguido entra en escena otro sujeto que anda como borracho. Se dirige dando voces al encargado… "Todo el mundo me está llamando, ¿qué pasa?". El otro nos señala. Riéndose, el recién llegado se dirige a mí "¿Encerrado aquí?". No respondo. Disparo una mirada a matar y me doy la vuelta. Me llaman del servicio de asistencia. "Ya llegan". Si, gracias.El domingo no pasa nada. Seguimos esperandoLunes por la mañana. No llama nadie. Tenemos que reclamar nosotros a FIAT asistencia información sobre el estado de la autocaravana. "Parece que la avería es gorda, van a intentar arreglarlo pero lo ven complicado". Dicen que nos tienen que "repatriar" (sic). Seguimos pendientes del teléfono, con las vacaciones y el ánimo rotos. Sensación de desamparo y desorganización. Hemos hablado con más de una docena de personas diferentes en FIAT y cada vez tenemos que volver a empezar las explicaciones, a pesar de que hay un expediente abierto –número 141433- en el que se supone que pueden consultar toda la información.Niza desde lo alto del hotel.Norcaravan -Amelia sigue siendo la única persona que parece ponerse en nuestro lugar- nos ofrece a través de McRent un vehículo de sustitución, pero hay que recogerlo en Lyon, a 470 kilómetros. No es solución. "¿No es posible que nos pongais otra autocaravana enviándola desde Madrid". Amelia niega. No hay disponibles, técnicamente no se puede hacer. Uno piensa que esa sustitución debería ser un derecho.Martes 5. Hoy se acaba la cobertura FIAT. Mantenemos a los niños a raya gracias a las visitas a la playa. El teléfono quema, legión de interlocutores obligados a consultar cada paso. Finalmente deciden que no pueden reparar el motor en Villeneuve. "Se lo van a llevar a otro taller en Toulón, a 150 kilómetros" "¿Y qué pasa con nosotros?". "Necesitamos sus datos de identidad para gestionar los billetes de vuelta".Llevamos seis días de ansiedad e incertidumbre, con las vacaciones arruinadas y no queremos una "repatriación" apresurada y de cualquier manera. Somos ciudadanos, consumidores, hemos contratado un servicio defectuoso, y nos sentimos desasistidos… Queremos que alguien nos de una explicación y los medios para seguir nuestro viaje.Aspiración inútilTodo cambia de repente cuando, ya harto, hago valer mi condición de periodista y advierto de algo que ya entonces había decidido irremediablemente: contar esta historia como ejemplo de maltrato al ciudadano. El primer cambio es de interlocutor en FIAT asistencia. "Al habla Niccoline, la supervisora..".Conoce la historia, se muestra preocupada por la repercusión mediática y nos ofrece una compensación que consiste en prolongar la duración del servicio de asistencia –incluido hotel y coche de alquiler- hasta el día que pensábamos terminar las vacaciones -14 de agosto-, en el lugar que queramos y en las condiciones que queramos. "¿Va usted a publicar todo esto?". "Si… pase lo que pase, agradeciéndole mucho su interés por nosotros, todo esto me parece asunto de interés informativo".La autocaravana está camino de Toulón. Y acordamos –el miércoles, sexto día de nuestra odisea- que permaneceremos una semana más en Niza, en ese hotel y luego volveremos a España. "Y ya que está arruinado todo, no quiero saber nada de la autocaravana". Aceptan. "Bueno, al menos nos quedan unos días de tranquilidad y playa". Pero tampoco.¿Va usted a publicar todo esto? Si… pase lo que pase, agradeciéndole mucho su interés por nosotros, todo esto me parece asunto de interés informativo".
Dos días después, recibo de mañana una llamada de FIAT ASSISTANCE. "Buenos días, que ya puede usted ir a recoger la autocaravana en Toulón". Me lo tiene que repetir. "No, mire, eso ya lo hemos dejado atrás…tengo un acuerdo con la señorita Niccoline". "Ese acuerdo estaba condicionado al arreglo de la caravana". Le insisto en que no y pido hablar con la supuesta supervisora."Está ocupada". "Pues cuando se desocupe". "El coche está ya arreglado, tienen que ir a por él y abandonar el hotel". No hay forma, hablo con una pared. En todo el día no consigo hablar con Niccoline. En realidad ya no volveré a hablar con ella: se la tragó la tierra y con ella el acuerdo verbal que teníamos. Dos personas mas van a llamarme en las próximas horas también desde FIAT para exigirme que abandone el hotel, devuelva el coche de alquiler y recoja "mi" autocaravana."¿Seguro que está arreglada?" "Completamente, señor". El viernes por la tarde hay uno que incluso llega a decirme que se cambiaba por mí, que vaya vacaciones me estoy pegando en Niza, "hemos sido extraordinariamente generosos con usted", porque han prolongado dos días la cobertura del seguro. Uff. Ese mismo sujeto me exige en tono imperativo que vaya a recoger la autocaravana a Toulon –repito, a 150 kilómetros de donde estamos y donde ha decidido llevarla FIAT para arreglarla-. Yo le digo que no, que me quiero olvidar de la historia y volver a casa, que ese es el acuerdo.Trato de organizar el regreso por mi cuenta, pero me sale una factura de casi 5.000 euros de billetes de avión para todos que no estoy dispuesto a anticipar. Decidimos entonces recuperar la caravana y a la vista de que quedan cinco días de vacaciones tratar de aprovechar algo el tiempo.Las maletas que la familia tuvo que comprar para su regreso.Pero cediendo lo justo: ya que no me han puesto un vehículo de sustitución en las mismas condiciones, ya que me han arruinado las vacaciones, ya que me han toreado, maltratado, y hasta mentido, peleo por no plegarme ahora a lo que me exigen. Me tienen que traer la caravana al lugar donde se estropeó, porque es mi derecho. "Ah….No se le estropeó en Toulón?" pregunta atónito, después de horas de conversaciones, el de las vacaciones pagadas. "No". Cambia entonces…entiende que tengo razón y como ya es tarde, nos remite al sábado a primera hora de la mañana: "tengo que consultar". Otra vez.Pero el sábado por la mañana no llaman. Y el taller va a cerrar, con lo cual me malicio que tengo que quedarme hasta el lunes "¿abandonando el hotel?". Evidentemente, no. Me temo que tendré que pagar yo el resto de días.A todo esto, en LE MERIDIAN no saben nada de que la aseguradora vaya a hacerse cargo de la factura. Y paso el día tratando de aclarar con el hotel que FIAT y Europe Asístance pagan las habitaciones, y , tras la negativa del seguro a traerme la autocaravana, intentando que me pongan dos taxis para ir todos a por ella. Pero no: un solo taxi. "No cabemos". "Pues es lo que hay". "Y qué hago hasta el lunes?". Aunque el taller está cerrado hay un guarda con las llaves, puedo ir hoy mismo. 420 euros de taxi después estamos Sandra y yo frente al "garage" en las afueras de Toulón, 150 kilómetros al oeste de Niza.El guarda es un ciudadano mal encarado que no nos quiere entregar la caravana. "No es posible" dice la asistencia. "Pues hable usted con él". Tras unos minutos de recuperada sensación de irrealidad, nos abre a regañadientes.Arranca ¡¡a la primera!! Pues va a ser cierto que la han arreglado. Pero no funciona el sistema de energía interior de la caravana. Tal y como está no se puede utilizar sino como furgoneta. Un par de horas después recuperamos la energía interna y al resto de la familia. Abandonamos LE MERIDIEN y Niza. Nos quedan cuatro días…intentemos disfrutar.Domingo. Amanece. Arranco. Noto algo raro en el motor. Nos miramos. Silencio. Nos reímos de nuestro propio miedo. "A París, chicos…!!!"Escribo el lunes 11 de agosto desde el camping que en Lalevade, camino de Le Puy, en la nacional 102 regentan Fredy y Moraima. Ella venezolana, el franco-venezolano. Encantadores
Por Juan Ramon Lucas
Photo J. R. Lucas