El mundo silvestre enciende señales, Pezcalandia recibio estos contenidos de altisimo interes para los lectores, estas son claves para que aprendamos que no todo está perdido.
En las escuelas de la Costa Oeste del estado brasileño de Paraná, los gurises se alimentarán con hamburguesas de pacú, un alimento de excelente calidad nutritiva. Pasta de peces cultivados.
El 16 de octubre se recordó el Día Mundial de la Alimentación. La fecha se instauró en 1981, aunque también trae a la memoria la fundación, en 1945, de la FAO, Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación que internacionalmente es el ente rector de las cuestiones que tienen que ver también con el cultivo de los bosques o la selva, los peces y el desarrollo rural.De las diversas miradas que pueden desprenderse del análisis de la alimentación como derecho humano, la lucha contra las hambrunas en el mundo es la más sobresaliente. El hambre tiene consecuencias irreparables y no existe país que puede apartarse de esta tragedia, sobre la cual resulta imposible siquiera pensar en una realidad social más justa. El hambre es el flagelo más letal para una sociedad y, al mismo tiempo, una herramienta perversa para la dominación de los pueblos.
Responsabilidad socialEl pasado jueves tuve la oportunidad de escuchar sobre una experiencia que habla de políticas públicas bien orientadas en la alimentación infantil. Desafortunadamente para nosotros, tuve que cruzar al Brasil para conocerla. No obstante, como el hambre (así como tantas otras enfermedades) no reconoce fronteras, pensé que sería bueno compartirla como ejemplo.
La AGABCO, una asociación que reúne a los gerentes de alimentos y bebidas de la denominada Costa Oeste del Estado de Paraná, no se limita a buscar alternativas de satisfacción para el buen gourmet o a sumar atractivos gastronómicos y eventos para el turista que visita las Cataratas y los municipios linderos al imponente lago de la represa de Itaipú. Entre sus acciones, promueve además la agricultura ecológica familiar, la culinaria regional e indígena, la educación y lo hace, como en este caso, con una clara impronta de responsabilidad social. Aquí, cruzando el ríoLa alimentación debe ser rica en calidad y suficiente en cantidad. Las dietas deben ser apropiadas y armónicas en su composición. Las llamadas leyes de la alimentación no admiten transgresión alguna, manipulación o indiferencia.
El hambre es sinónimo de pobreza y dependencia así como la buena nutrición lo es de la riqueza, el bienestar, el éxito político.Como les decía, en el encuentro del jueves 16 conocí una experiencia señera en este sentido. Es parte de un programa de Pesca, Piscicultura y Apicultura que la vecina Itaipú Binacional lleva a cabo con pescadores artesanales convertidos ahora en empresarios privados.En diversos puntos de la costa brasileña del gran lago de la represa, que totaliza más de mil kilómetros de perímetro entre los dos países hermanos, se están cultivando peces de la especie pacú. En pocos días, 20 mil kilos de comestibles basados en carne de pescado se incorporarán a la dieta de los merenderos escolares en carácter de prueba. Esto ocurrirá en Foz do Iguaçu y otras ciudades vecinas. Los chicos recibirán en su almuerzo hamburguesas o albóndigas de pacú, presentaciones que, en una degustación reciente, aprobaron 97 de cada 100 exigentes paladares infantiles. Un buen indicio de éxito teniendo en cuenta los escollos culturales que deben sortearse para lograr la aceptación de los más pequeñitos. Tecnología localLos peces se cultivan en estanques dispuestos dentro de las mismas aguas del reservorio. Ademar, uno los pescadores-criadores, me contó que en sólo 72 días pequeños pacúes sembrados con 180 gramos crecieron a 540 gramos, un 200 por ciento en peso. Utilizando un equipo especialmente diseñado en el marco del programa, los pescados son procesados separándose la carne de las espinas. Con la carne se prepara esta pasta de alto valor nutricio. Las espinas, cabezas y colas son derivadas a la fabricación de balanceados para animales, en especial gatos y los mismos pacúes cultivados. ¿Regresarán?Si bien merecidas las tenemos, no todas son “palizas” las que nos prodiga nuestra primera Madre. El mundo silvestre enciende señales, nos brinda claves para que aprendamos que no todo está perdido. El sábado pasado, volviendo de Andresito por la ruta nacional 101, vimos con Joni un hermoso venadito. “Esta imagen no se me borrará jamás”, dijo mi compañero mientras de un rápido salto el huidizo bicho se sumergía en la espesura de su monte. Pensé enseguida en las antiguas pescas en los ríos misioneros y en el jaguareté abrevando en la frescura de un escondido arroyo aún no contaminado.
En las palabras de Pedro Tonelli, uno de los responsables del programa de la Itaipú, quien sostuvo que con el cultivo de peces no será necesario más quitárselos a la Naturaleza. ¿Regresarán? Me pregunté. Los peces y los venados, los jaguareté, ¿volverán? Tal vez sea posible que la vida nos dé una nueva oportunidad. Y que la Naturaleza repare por sí misma tanto daño que le hemos hecho.
Si le damos tregua y tiempo, claro.
Por Claudio Salvador