Ambientalista afirmó que sólo la naturaleza puede reparar la depredación de sábalos en el Paraná.
La frase es muy común escucharla entre pescadores y aficionados:“no se saca nada”.
Lejos del conocimiento de los motivos que generaron esta escasez de peces la afirmación es tan cierta como contundente.
El río Paraná pareciera haberse quedado sin una de las especies más preciadas de peces que tiene ya que la misma sustenta toda su cadena ecológica: el sábalo.Esta situación fue preanunciada en el 2005 cuando un grupo de ambientalistas lo advirtió en el marco de las reuniones del Consejo Pesquero Provincial.
Por entonces dos expertos en Medio Ambiente habían realizado estudios cuyos resultados eran lapidarios: la sobrepesca , la baja sostenida del río durante varios años y las intervenciones realizadas al curso de agua que modificaron los lugares de reproducción , los desovaderos, nos estaba dejando sin sábalos en la región. Por un lado el biólogo Daniel M. del Barco elevó un informe a la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Provincia de Santa Fe donde anticipaba que la ausencia de ejemplares que debían originarse en el ciclo reproductivo 2003-2004 iban a incidir notoriamente en la explotación 2006-2007.
La situación podría agravarse durante el año 2008 anticipaba aquel estudio realizado conjuntamente al Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero , el Instituto de Limnología y la Universidad Nacional del Litoral.
El biólogo Daniel M. del Barco también concluía que las expectativas de altos rendimientos ejercía presiones para la captura de ejemplares que no estaban maduros y que su desaparición comprometía la reproducción de la especie en los años siguientes lo que podría llevar a un eventual colapso del recurso.
En tanto para el investigador del Conicet Norberto Oldani la falta de criterios de manejo de los recursos pesqueros del río Paraná como también la falta de controles condujo a la sobreexplotación de las pesquerías.
Oldani sostiene que el caso del sábalo es emblemático porque es la especie clave del sistema, pero otras especies de enorme valor deportivo , como el surubí atigrado , el manguruyú , el pacú o el armado chancho , están en una situación todavía peor porque prácticamente han desaparecido de las capturas.
El profesional señala en su informe que los pescadores artesanales son quienes más duro pagaron las consecuencias de la sobreexplotación y reclaman de manera urgente que se utilicen mallas de pesca con mayor abertura.
El investigador aseveró que este pedido es uno de los pocos casos conocidos en el mundo y sentenció que es imperativo diseñar estrategias para recuperar stock , tallas y superar la crisis con el menor costo social.
El científico del Conicet también sostuvo que gran parte de la drástica reducción de ejemplares de peces de las distintas especies se debe a las metodologías de captura que utilizan los frigoríficos en el río Paraná.
Norberto Oldani puso en duda el manejo sustentable del recurso en tanto y en cuanto se ignora que la tendencia mundial de las pesquerías de los ríos se encamina inexorablemente a lo deportivo porque es la mejor herramienta , dice Oldani , para conservar la biodiversidad y recuperar las pesquerías.
Por su parte Claudio Baigún , doctor en biología e investigador del Conicet , y el Licenciado Alberto Espinach Ross , reconocido investigador del INIDEP , vienen advirtiendo desde 1995 ,aproximadamente, la necesidad de preservar y respetar ciertos parámetros de explotación del “recurso sábalo” para que el mismo sea sustentable dado que se trata de la especie base que permite sostener buena parte de la cadena trófica para otras especies.
LA ADVERTENCIA AL CONSEJO PESQUERO PROVINCIAL.El llamado de atención a lo que viene sucediendo desde hace más de una década lo realizó en el año 2005 el ambientalista René Marconi.
El ecologista presentó ante el organismo santafesino , que depende de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable , los estudios realizados por especialistas que indicaban que la explotación indebida del sábalo estaba derivando en un colapso que podía afectar la pesquería del río Paraná.
Hoy la advertencia se transformó en una sentencia. “RECEN PARA QUE LOS PECES VENGAN”.De este modo trató de sintetizar Marconi la situación que se está viviendo en las aguas del río marrón.El ambientalista sostuvo que “varios factores que se han combinado han generado la falta de sábalos que se observa en el Paraná. En primer lugar se han modificado las estructuras de las islas con lo que se eliminaron , en gran medida , las áreas naturales dónde estos se reproducen. Es decir que desaparecieron los desovaderos que estaban localizados frente a Rosario y solamente existe otro lugar similar frente a la localidad de Esquina , en la provincia de Corrientes”.
“En segundo término” , siguió explicando Marconi , “se ha sobrepescado durante muchos años porque era un gran negocio la exportación donde se cobraba hasta 20 veces lo que valía el kilo de sábalo en el mercado informal. Para que usted tenga una idea la tonelada puesta en el exterior significaba 1500 dólares cuando al pescador sólo se le reconocía 20 centavos de peso por kilogramo. Esta explotación indiscriminada llevó a que se agotara la reserva pesquera que había en la zona”.
René Marconi indicó también que otros elementos que contribuyeron son la bajante que registra el Paraná desde hace algunos años y la modificación de la fisonomía de las islas.Con respecto a este último punto el ecologista afirmó que “la explotación ganadera en estas áreas generó la desaparición de las lagunas que se formaban entre las mismas donde el sábalo desovaba y llevaba a cabo todo el ciclo reproductivo. Al desaparecer estos lugares se fueron extinguiendo los sábalos que , al ser la base de la cadena alimenticia , pone en riesgo la subsistencia de otras especies”.
Por último Marconi sentenció “así como ante la sequía pidieron que recen por la lluvia sería bueno que recen para que venga una creciente. Es la única forma de reponer , con los ejemplares que arrastre la correntada , lo que el hombre depredó”.
- En el siguiente cuadro puede observarse como el muestreo realizado en 2005 marcaba la faltante de ejemplares en condiciones de reproducir en años posteriores y hacer sustentable el recurso.
Fuentes Daniel M. del Barco, Biologo - René Marconi, Ambientalista
Photos de archivo Pezcalandia