La pesca en la Argentina enfrenta la peor crisis de su historia, y nuestro mar la está padeciendo. En sólo 20 años, la merluza común -nuestro principal recurso pesquero- fue reducida en más de un 70%.
El tiempo de la merluza se agota, y la actividad pesquera enfrenta el riesgo de extinción. Es necesario iniciar un nuevo modelo de desarrollo pesquero, y para la Fundación Vida Silvestre Argentina (FVSA), blanquear la pesca es el primer paso.
El estado de los principales recursos pesqueros es “altamente preocupante” según informes del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP), que señalan una disminución del 80% en el tamaño de la población de la merluza común, columna vertebral de la pesca en Argentina. Las consecuencias de esta disminución ya afectan el patrimonio natural de 40 millones de argentinos, y han significado la pérdida de miles de puestos de trabajo, la vulnerabilidad de decenas de ciudades costeras y el cierre de algunas de las principales empresas del sector. Desde la Fundación Vida Silvestre Argentina, ONG que trabaja para promover la sustentabilidad de la actividad, declaran que “sin peces, no hay pesca, ni pescadores, y como ciudadanos debemos exigirle a las autoridades que cumplan con el compromiso de asegurar la disponibilidad del recurso, para siempre, y a las empresas y pescadores que desarrollen su labor con la mayor responsabilidad y respeto por el ambiente que sostiene su trabajo y que se base en un recurso que nos pertenece a todos”.
Existen amenazas directas para las principales especies pesqueras, como la sobrepesca, la captura de ejemplares juveniles que no han llegado a reproducirse para repoblar las poblaciones y la captura de individuos que al no ser el objetivo de pesca, en un momento y lugar determinado, son arrojadas por la borda sin vida. “La aplicación de dispositivos de pesca selectiva que eviten la captura incidental y la pesca acompañante de especies y tamaños no deseados es obligatoria, y el descarte pesquero está prohibido por ley. Sin embargo, cotidianamente se tiran por la borda toneladas de peces. Lo que es chico, se tira. Lo que vale menos de lo que se quiere pescar, se tira”, explica Guillermo Cañete, Coordinador del Programa Marino de Vida Silvestre. “Capturar lo que no se busca es irracional. Tirar lo poco que queda es insostenible. Cuando se descarta pescado, se descartan empleos, ingresos, alimentos, la salud de nuestro mar y el patrimonio de todos los argentinos. Esto sucede. Y desde Vida Silvestre decimos basta de tirar el futuro por la borda”.
Para la ONG, las amenazas directas que afectan los recursos, y todo lo que de ellos depende, se pueden reducir inmediatamente: aplicando mecanismos de pesca selectivos que aunque pueden ser mejorados ya han sido diseñados y están disponibles; aprovechando lo que se pesca al máximo posible para minimizar los descartes; y respetando las áreas y épocas de veda. “Para lograr esto, será necesaria la decisión política de implementar estas medidas urgentemente y controlar su aplicación. Este es el problema de fondo de la crisis. Si las amenazas existen y las soluciones también, ¿por qué no se han aplicado? ¿por qué no se ha sancionado fehacientemente a quién no las cumple? ¿Por qué se continua permitiendo que nuestros recursos y empleos desaparezcan?” cuestiona Cañete. “Es necesario repensar que tipo de desarrollo pesquero necesita el país, pero para saber hacia dónde queremos ir, es necesario saber exactamente en qué situación estamos.
Blanquear la Pesca, un Primer Paso
La necesidad de asegurar la transparencia y el acceso a la información dentro del sector pesquero representa unos de los principales desafíos que es imprescindible resolver para generar la información de base que permitirá desarrollar un Modelo Nacional para la Pesca Sustentable en Argentina. Por ello, la FVSA solicitó formalmente a la Subsecretaría de Pesca de la Nación, que profundice las acciones en curso y que aplique un conjunto de herramientas y mecanismos que permitirán generar información fidedigna, fortalecer la capacidad de investigación científica y los componentes operativos del sistema de monitoreo, vigilancia, control y fiscalización, imprescindibles para desarrollar una gestión pesquera, dinámica y efectiva, basada en el ecosistema. Para ello, en un plazo menor a 6 meses, propone:
Implementar en todas las embarcaciones el sistema de parte de pesca electrónico (E-parte) confeccionado a bordo, estructurado lance por lance y adecuado a estándares internacionales.
Concretar las gestiones en curso a cargo del Consejo Federal Pesquero para adaptar el sistema de monitoreo satelital incorporando la tecnología desarrollada por el INVAP para el Sistema de Investigación y Monitoreo Pesquero (SIMPO).
Desarrollar y aplicar un sistema de buques patrulla y abordajes en alta mar por parte de un cuerpo especial de inspectores, con la participación de la Prefectura Naval Argentina y la Armada Argentina.
Realizar auditorías a las empresas pesqueras para verificar sus flujos de materia prima/producto, en coordinación con un sistema integrado de información con la participación de SENASA y la Aduana y otros organismos competentes.
Desarrollar un sitio web accesible a toda la sociedad donde se publique periódicamente toda la información generada por los instrumentos y mecanismos mencionados.
Todas las propuestas de la FVSA, como de Pezcalandia y muchas ONG se enmarcan en lo dispuesto por la Constitución Nacional, la Ley General del Ambiente, el Régimen Federal Pesquero, la Ley de Acceso a la Información Ambiental y los compromisos internacionales suscriptos por la Argentina para garantizar la gestión sustentable de los recursos y la conservación de la biodiversidad marina.
Para Diego Moreno, Director General de Vida Silvestre, “no existen excusas para no implementar esta serie de medidas, que representarían sin dudas, el primer paso para prevenir el colapso y encaminar el nuevo modelo de desarrollo que la actividad y el país necesitan. Contamos con la tecnología necesaria y con un marco legal adecuado, pero es necesaria una firme e inmediata decisión política para solucionar los problemas de fondo de la pesca. El gobierno debe atender las causas y fuentes de los problemas ambientales en forma prioritaria e integrada para prevenir los efectos negativos de esta crisis sobre el ambiente y la sociedad”.
Fuente Vida Silvestre