El Valle Sagrado de los Incas, está situado en los Andes peruanos, entre as poblaciones de Pisaq y Ollantaytambo, cerca de Cusco.
Es un área de paisajes imponentes, entre quebradas y valles atravesados por caudalosos ríos que se convirtieron en el territorio natural del imperio Inca durante siglos. El lugar, fue el ambiente apreciado por los Incas para desplegar su actividad económica y cultural, por lo que son muchos los puntos de gran valor arqueológico.
En muchas de las laderas montañosas, perduran las terrazas de cultivos Incas, fuentes de riqueza que solventaron en gran medida la potencia del imperio. Recorrer la zona, implica sumergirse en los modos de vida y costumbres que perduran y celebran un legado cultural invaluable.
La zona del Valle Sagrado de los Incas, es ideal para organizar excursiones y caminatas de montaña. Los paisajes, combinan desde picos nevados, hasta valles de un verdor intenso, ríos y lagunas, combinados con restos arqueológicos y hasta ciudades Incas muy bien conservadas.
Son especialmente llamativas las terrazas agrícolas en las laderas de las montañas, sobre todo en cercanías de Písaq, un sistema de extremo pragmatismo que aún sorprende por su efectividad. En el Valle Sagrado de los Incas se podría diagramar una ruta de excursiones que no debería obviar Sacsayhuamán, Quenko, Moray o Tambomachay, lugares que exhiben algunas de las proezas arquitectónicas y de ingeniería de los Incas. En Písac, es recomendable una parada para disfrutar del colorido de la plaza principal de la ciudad, con mercados de artesanías que ofrecen productos típicos. En Maras, existe una antigua mina de extracción de sal que dio sustento al desarrollo de un pueblo con varias curiosidades arquitectónicas. Ollantaytambo deslumbra con sus restos arqueológicos emplazados en un estratégico valle, siendo uno de las únicas ciudades incas conservadas casi intactas. Sin duda el punto fuerte del recorrido será Machu Pichu, un complejo que deja insignificantes las palabras, al describir lo que significa el visitarlo y comprender la dimensión de una cultura que en éste punto, parece alcanzar un grado de esplendor inigualable.
Fuente viajesudamerica.com