En Pezcalandia queremos contarles este informe del Matutino La Nación, data de el cerro Vanguardia, Pcia de Santa Cruz.-
Una meseta con cráteres escalonados color caramelo, ubicada en el corazón de la provincia, es el lugar donde 750 personas extraen oro y plata las 24 horas, los 365 días del año.
De aquí partió la carga de 6,9 toneladas de "metal dorado" (oro y plata en bruto) con destino a Suiza, que se hundió a bordo del barco pesquero Polar Mist. Era uno de los dos cargamentos mensuales que realiza la empresa, que vende cada año un promedio de 220.000 onzas de oro puro. Las máximas certificaciones de calidad con las que aquí se trabaja contrastan con el inexplicable hundimiento del buque, a 40 kilómetros de la costa santacruceña.
La empresa sudafricana AngloGold Ashanti posee el 92,5% de las acciones de Cerro Vanguardia y la empresa estatal santacruceña Fomicruz, el restante 7,5%. La actividad minera tiene la inmensidad de la Patagonia. En 1991, empezó la exploración en una superficie de 514 kilómetros cuadrados. La mina, ubicada a 150 km de Puerto San Julián, emplea en un 99% personal radicado en la provincia.
Para producir las 220.000 onzas anuales de oro, deben mover literalmente montañas. Luego de estudios de suelo, con explosivos se horada la piedra y por año se remueven 25 millones de toneladas de suelo. Sólo un millón se llevará a la planta de procesamiento para disociar el oro de la roca. Por tonelada se obtienen aquí unos 6,5 gramos de oro.
"Nuestros pits son pequeños", explica el gerente de planta que acompaña a LA NACION en el recorrido. Pit es el nombre en inglés de los gigantescos hoyos de 300 metros de longitud por 100 metros de ancho y más de 120 de profundidad, que bajan en forma escalonada atravesando la veta de oro y plata. Por los caminos, las motoniveladoras y los camiones -algunos de ellos, conducidos por mujeres- trajinan transportando el mineral.
Son las cuatro de la tarde y una fuerte explosión sorprende a la visita. "Es en Atila", comentan los guías, en referencia a la explosión. Por día, hay cerca de diez explosiones programadas en los 14 pits en producción. Diez ya han dejado de producir, pero se proyecta abrir un total de 64.
El tipo de explotación que aquí se realiza es a cielo abierto y para finales de 2010 se empezará con la producción subterránea. Para el trabajo se utilizan cerca de 2500 metros cúbicos de agua por día, que se obtiene del suelo. Luego, se agrega cianuro de sodio para lograr la separación del oro y la plata de los otros minerales.
En 1991 se inició la exploración del yacimiento, y en 1998 se sacó la primera producción. Desde el inicio de la mina hasta ahora, la inversión fue de 360 millones de dólares. Incluye la construcción y puesta en marcha y las inversiones de cada año, según los datos oficiales de la empresa.
El yacimiento cambió la vida de Puerto San Julián, que creció de la mano de los frigoríficos y luego, de la exportación de la lana y un poco de pesca. Hoy, la economía del lugar gira en torno de la mina, y muchos se preguntan qué pasará cuando se termine el oro. Se habla de diez años más de producción, pero los más optimistas creen que el yacimiento tiene resto por 50 años más.
Rumores de cierre
Pese a tener una relación cercana con la comunidad local, algunos aseguran que de Vanguardia se habla sólo cuando hay malas noticias. En 2006 hubo 50 despidos tras un conflicto gremial que incluyó sabotajes en el yacimiento. El año pasado hubo una fuerte baja de la producción y crecieron los rumores de cierre. Hace 40 días, la primera producción del año naufragó a bordo del Polar Mist, y el gobierno provincial ha expresado ya la voluntad de subir los cánones de la producción minera que, en la totalidad de los emprendimientos durante 2008, dejaron $ 16 millones al Estado.
En el ingreso al yacimiento, un letrero indica que la planta cuenta con la máxima certificación mundial de calidad en salud, medio ambiente y seguridad expresada en ISO 14001 y Oshas 18001. En el césped que rodea los edificios de la gerencia, y las gamelas con dormitorios, el comedor y sala de juegos, una manada de guanacos comen despreocupados el pasto y miran pasar el tiempo.
Fuente La Nacion
Por Mariela Arias - Enviada especial