En Pezcalandia, nuestros colaboradores nos tienen muy bien informados, en esta oportunidad el equipo formado por Santiago, Javier (organizador),Federico y yo, salimos con rumbo norte a Canio Negro, noroeste boliviano, el día 02-09 en vuelo de AeroSur Salta-Tuc-Santa Cruz, trasbordo al aeropuerto doméstico del Trompillo. Nos esperaba Miguel Moreno el piloto del bimotor, con el tiempo justo despegamos, luego de dos horas y media, de las cuales la última hora y media fue sobre selva y bañados, sin rastros de civilización moderna. A oscuras divisamos las pocas luces de las cabañas a orillas del Canio y la selva .
Llevábamos rumbo directo a las luces cuando de golpe Miguel viró noventa grados y literalmente se zambulló en la selva, para nuestra sorpresa ahí estaba la pista señalizada con un par de conos, palitos con vasos de plástico, los cuales vimos recién de día cuando volvimos.
Miguel un maestro!, aterrizó solo con luz de la luna y el GPS!!
Estábamos en el corazón del Beni, Amazonia boliviana..Cuenca del Rió ITINES, limite boliviano–brasileño, selva perteneciente a la Reserva Itines, asentada sobre ruinas Indígenas, en donde antiguamente vivieron mas de un millón y medio de aborígenes, los cuales dejaron su huella que claramente se ven desde el aire, que hicieron largos terraplenes entres las islas, para poder circular en las épocas de aguas altas.
Ahí se encuentra el emprendimiento Green Forest Fishing Paradise de los colombianos, Jaime Ramírez y Álvaro Mesa.
Ellos son los únicos que tienen la concesión de la zona otorgada por la Comunidad de Versalles (ahora 38 familias que custodian con gran criterio mas de un millón de has de reserva natural virgen), que a la vez trabajan en el emprendimiento, en todos los servicios.
Carretilla en mano (para llevar los bolsos) nos esperaban al pie de la senda, llegamos, nos acomodamos en las hermosas cabañas (cuatro cabañas para tres personas c/u), hacia un buen calor, óptimo para tomarnos una Paceña, mientras los cocinábamos a preguntas.
Es difícil llegar y no poder meter la pata al agua!!!La noche se hace eterna….Cenamos temprano, arreglamos la salida del día siguiente y a dormir. Amaneciendo ya estábamos activos, desayunamos y salimos, Canio arriba tras los Tucunares, navegamos un rato y empezó la fiesta, pescamos cuantos quisimos, primero con decivers caseritos y luego con Ututos, espectáculo digno de ver.
La voracidad de estos peces es algo increíble. Volvimos a almorzar e inmediatamente salimos al San Simón (brazo del Itines)en busca de Payaras.
Quince minutos de navegación maravillosos en la selva, donde se avistan todo tipo de aves acuáticas, papagayos y otros. Como éramos uno de los primeros mosqueros en ir y con poco conocimiento, tuvimos que trabajar para encontrarlas. Esa tarde ya volvimos un poco golpeados a pesar de haber pescado algun Surubí, Payara(Cachorras), Sardinon (Dorada).
Sensación de estarle errando……., en las cabañas, mientras atábamos, tomábamos un remedio para el dolor espalda (fernet con coca), comíamos una espectacular cena preparadas por Ramiro Silva y Maria Trinidad Vaca Riera(cocineros de primera, que hacen recordar a las abuelas, madres, patrona y porque no, alguna suegra).
De entrada teníamos ceviche de surubí con cerveza fría. Volvían las preguntas! Al día siguiente decidimos salir temprano directo al Pozon, en donde, con señuelos y carnada se pescan en cantidad, pero con la mosca poco y por ratos, así que volvimos a comer previa parada en el Canio a pescar Tucunares…Pero insistimos y con la gran ayuda de nuestro Guía Antonio Vásquez (Corregidor de Versalles) que supo ver la jugada y casi con obsesión llegamos a unas playas (Flats) de arena, donde se las veía en cantidad junto con corvinas, surubíes y algunos tucus...
Como no podíamos frenar la lancha, tuvimos que vadear. Por suerte en ese sector del río no es peligroso por las rayas, anguilas eléctricas, yacares y las tres variedades de delfines que siempre patrullan.
La selva te puede tapar, hasta intimidar, a mi me genera un gran respeto y admiración.
Gracias Pachamama por mostrarte en todo su esplendor y hacerme sentir parte tuya!
El tercer día seguimos buscando playas, pescando Tucus en la lagunas, que se chocaban para tomar los engaños de flote.
Tratando de aprender, ver y descubrir los peces, como tentarlos, teníamos momentos de mucho pique y otros nada.
Para el cuarto día ya llevamos anclas y reflector, exploramos otras playas, pero sin mejor suerte, ya que nunca pudimos dar con un horario de pique y la luna nunca ayudo.
Las cachorras muy caprichosas e impredecibles (casi una mujer), lo que si, todos los que andaban por las playas picaban con imitaciones de pequeñas mojaras (Bella Visteña del Canio) o la gran Tarija, lo que hacia muy divertido pescar a pez visto, con técnicas de ninfeo, pescar lindos surubíes entre corvinas , tucus y alguna colmilluda.
Ese medio día, del último, le hicimos una pasada de nuevo a los Tucus con Ututos, decir que se chocaban por tomarlos es poco. Ramiro nos habia pedido que le llevemos un par para hacer cebiche.
Degustamos toda la variedad de peces en sus distintas formas. A la tarde volvimos temprano para aprovecharla toda, yo con la esperanza de pescar alguna Payara con Ututo, pero será para la próxima!
Volvimos de noche, si bien siempre lo hacíamos, con el reflector vimos la real cantidad de Caimanes que hay y su tamaño.
Esa noche costó empezar a acomodar el desparramo de materiales de atado y la poca ropa que usamos.
Nos fuimos con la sensación de que nos falta mucho y que hay poca información al respecto. Navegamos bastante buscando las playas y que cada cien metros habia una con peces. Todo esto hace del lugar un pesquero bárbaro.
Cuando estamos de vuelta, ya pensamos cuando será la próxima!
Al día siguiente despegamos temprano, previo vuelo rasante de la zona donde observamos las diferentes estructuras de los tres ríos y la gran cantidad de lagunas, algunas inaccesibles y un aterrizaje bastante turbulento en Santa Cruz debido al fuerte viento norte (60km/h) que corría. Pero lo mas inseguro del viaje estuvo en el viaje en remis hasta el aeropuerto Viru Viru……en Bolivia, parece mas seguro andar por aire o agua, que por tierra.
El Canio tiene una variación de nivel de agua de unos seis metros, lo que hace que su temporada de pesca sea desde el 20 de Julio al 15 de Diciembre, donde el río comienza a levantar.
A mi entender septiembre-octubre es la mejor época para los Tucus y ya tenemos buenas playas para buscar al resto. Es un lugar ideal para ir a aprender mientras uno se cansa de pinchar peces. El servicio es de excelencia, ya que ponen todo a nuestra disposición, no hay problemas de horarios, las cabañas son fantásticas, la comida es sorprendente, los guías (Antonio Vásquez y Wanderly Curiyú) si bien no son especializados, están siempre dispuestos a nuestros caprichos mosqueros que son muy distintos a los de la pesca tradicional y solucionan todo.
Otro detalle que considero importante es la paz y tranquilidad, sin noticias ni señal. Una noche apareció Álvaro con el teléfono satelital por si queríamos hacer alguna llamada y se armo una estampida, salimos los cuatro como rata por tirante! tuvieron que ofrecernos una cerveza fresca para volver a juntarnos.
En el complejo aparte del Personal de Servicio, viven Niño y Simba dos Yaguares, Pedrito un caimán de unos cuatro metros, Peto y Maria dos monos y unos gatos manchados.
Cada noche antes y después de la cena nos deleitamos con las historias de Jaime y Jorge Salas(amigo y mano derecha de Jaime y Álvaro) que se vinieron de Colombia porque los emprendimientos que tenían ahí los perdieron por la inseguridad.
Si bien muchos tenían que ver con esto, nos contaron también de la gran cantidad de pesqueros de excelencia que hay por allá.
Nos tocó luna llena, bastante calor, pocos insectos, muchos menos a los que estamos acostumbrados.
Los peces que tentamos, fueron tucunares en dos ebriedades (2 a 7 lb.), payaras o cachorras (6 a 12 lb.), surubíes (4 a 20 lb.), sardinon o dorada (6 lb.), pacu (5 lb.), benton, pacusebas, matrinchas, etc., en tamaños chicos.
Los equipos que usamos fueron del #5 al #9. En lo personal use una Sage Xi2 #7 que me envió especialmente Marcelo, con la cual pude cubrir todas las situaciones de pesca que encaramos, aunque tuve un par de situaciones que no pude contener!!Que lindo.
Las líneas principalmente wet tip clear y algún leader de hundimiento. También pesqué un par de veces con una Winston BL5 #5 con una línea Shakrin de flote con Ututos, más que divertidos.
La Bella Visteña del Canio se originó en un viaje previo a la zona (Bella Vista), hace unos cuatro años y que si bien mejorada, volvió a rendir bien junto a la infalible gran Tarija.
Aparte de la mosca, el spinning y pesca con carnada son el fuerte de la zona, ya que hay gran cantidad de peces realmente grandes tanto de cuero como de escamas.
Es un buen lugar para hacer avistaje debido a la gran cantidad y variedad, se encuentran restos de anteriores por todos lados. Y por sobre todo, es un lugar para ir a descansar del mundanal ruido de la ciudad.
Por El Tuna
Para Pezcalandia