En Pezcalandia recibimos de Juan Carlos Ruiz un muy buen relato...
Que compromiso….. el llamado del “Perro” Zanuttini desde Concordia Entre Ríos, en mi anterior viaje con mi hermano y mi hijo, habíamos dialogado que ni bien comenzaran a comer de firme los dorados, que me llamara, al otro día, iba, le dije…….
Pero la realidad era dura, solo disponía de un solo día, así que rastree a mis compañeros y los hermanos Diderich (Bocha; Coco y Omar) dijeron presente, para realizar este viaje.
La partida sería de un solo día así, que planificamos para salir de madrugada y poder estar en el lugar junto con la salida del sol.
Preparamos señuelos de media agua, algunos de profundidad, y anzuelos 7/0 y 9/0 con leaders de 40 a 80 cm de largo por las temidas piedras.
Los reels cargados con multifilamento y tanza 0.43. Completaba el equipo, la tradicional vianda con unas milanesas y unos chorizos secos un poco duros pero sabrosos y gaseosas si leyó bien gaseosas y el infaltable mate amargo.
Partimos desde Campana mateando como de costumbre y relatando las vivencias personales, hasta que llegamos a la caminera de la Provincia de Entre Ríos, donde paramos para sacar los permisos de pesca correspondientes.
Nos llevó un buen rato despertar al guardafauna encargado de brindarnos los permisos, una vez obtenidos, seguimos rumbo a Concordia donde llegamos junto a la salida de un esplendoroso sol que nos brindaría un espectacular día de pesca en el hermoso Río Uruguay.
Ingresamos al Club de Pescadores de Concordia y el “Perro” (Federico Zanuttini) nos estaba aguardando, saludos, abrazos y mientras esperábamos la llegada de la carnada, (ya que nos fue imposible conseguir morenas en Campana/Zarate, así que se las encargue al Pichicho) , íbamos acomodando nuestras cosas en la lancha. Ya arriba, pusimos proa a la zona de Salto Chico.
El viento norte se hacía sentir, miramos la costa y había sufrido una bajante como de 1.5 mt.
Nos acomodamos y morenas al agua. Se veían movimientos y corridas de dorados en las piedras que sobresalían del nivel de agua, especialmente en la zona de ramas era donde mas andaban cazando.
Me dedique a filmar y a sacar fotos mientras mis compañeros pescaban, el día era largo y ya tendría mi tiempo.
AL rato de venir gareteando, se arquea la caña de Omar, piedra, piedra grita, el Perro gira la lancha mientras los demás sacan sus líneas del agua, una vuelta por aquí, otra vuelta por allá y la maestría del Perro al mando de la embarcación da sus frutos, recuperando la línea y la morena sin daño alguno.
Nuevamente morenas al agua, hasta que Bocha siente un pique, un pequeño cañazo y explosión en el agua a unos 40 mts, el primer dorado estaba prendido. La ansiedad hizo que todo el mundo arriba de la lancha le dieran consejos, técnicas, etc etc. Parecía que todos teníamos la caña de la mano, una buena cansada y dorado arriba, fotos, felicitaciones y…………Dorado devuelto a su Hábitat.
Así más o menos fueron transcurriendo los minutos, y a medida que avanzaba el tiempo se veían más movimientos de estos bichitos, cerca del mediodía el río comenzó a crecer vertiginosamente (seguramente colocaron una turbina en marcha y largan mas agua, debido a su funcionamiento.), eso acrecentó el movimiento de los dorados, me puse a preparar una picadita y estando Coco dialogando conmigo, la caña le gira en la mano, instintivamente cañea y qué sorpresa 2,3,4 cabezasos de la caña nos indicaba que había prendido otro.
La línea cortaba el agua de derecha a izquierda, el dorado disparaba buscando la protección de las piedras, mientras filmaba le indicaba es grande, es grande, fijate que no salta, busca profundidad y prácticamente todos deciamos TRANQUILO,TRANQUILO,Etc Etc Etc Etc.
Luego de un buen par de minutos consigue arrimarlo a la lancha y le pudimos ver el lomo, era lindo, muy lindo, Omar se anima y con una pinza trata de izarlo a bordo, ante la desesperación de todos que pensábamos que lo perdíamos, pero con uñas y dientes logra izarlo para alegría de todos y especialmente de Coco que estaba en la otra punta de la línea.
Rondaba los 8 kgrs, así que quedo guardado para su traslado.
Continuamos y me toca gritar piedra, recupero mi sedal y seguimos, al ratito nomás Omar grita UUUU piedra piedra, se da vuelta para hablar y en la otra punta salta un hermoso dorado, para qué risas y cargadas por doquier, logra traerlo fotos y al agua.
Por mi parte logro sacar uno y dejo de pescar porque se me había trabado el devanador, entonces el Perro toma su caña y lanza la morena, luego de eso vemos saltar un dorado con algo que se le cae de la boca, nos fuimos hasta allí y era la mitad de un bagre amarillo, partido al medio, estábamos presenciando eso mientras gareteábamos, cuando nos llaman unos amigos de otra lancha para que le pesemos el dorado, se arriman y no lo podíamos creer, un doradazo tenían a bordo, un pescador Pampeano Ernesto Andreotti tuvo la satisfacción y la enorme suerte de poder pescar un dorado que nos dejó con la duda de cuanto pesaba, ya que lo quisimos pesar y superaba el límite de la balanza que tenía 15 Kgrs de capacidad.
Mientras nos comentaban la pesca, filmaba y siento la voz de Omar, y a éste no lo filmas?, había prendido otro dorado estando las 2 lanchas juntas, qué momento!
Bajamos a la costa para “picar” algo. Ya que el sol estaba a full, y se sentía en la piel, volvimos al agua y esta vez le toco a Federico sacar un dorado, mientras que a nosotros se nos habían ido como 4, el perro nos sermoneaba constantemente, déjenlo comer, déjenlo comer, ya que ni bien tomaban las morenas, nuestra ansiedad nos hacia cañear y solo lográbamos sacarle la morena de la boca despedazada o mordida en la cola.
Me encontraba cebándoles mate y veo junto con Omar como la línea de la caña del perro se tensaba, éste toma la misma baja el puntero hasta el agua, la deja correr un poco más y cañazo………….
EN FALSO, EL DORADO NO ESTABA MAS JA JA JA JA JA , sólo se escuchaba la voz angustiada se fue no esta más. Pobre perro, guardó su caña y no pesc´´o más, a pesar que le hicimos unos masajes y mimos, no lo pudimos convencer, solo se dedicó a manejar y a cebar mate.
Promediando la tarde enfilamos hacia el Club dando por finalizada nuestra excursión de pesca en Concordia. Pasamos un día inolvidable donde la camaradería se notó en todo momento, obtuvimos 7 dorados, de los cuales 6 fueron devueltos, convertimos piedras en dorados y dorados en piedras, pero lo más importante, disfrutamos de una jornada espectacular en el magnífico Río Uruguay.
Por Juan Carlos Ruiz