viernes, 27 de noviembre de 2009

Pezcalandia decimos "Emprender"... ¡el camino a casa!

Se trata de ayudar y sumarse a una fundación que se llama Manos por hermanos, www.manosporhermanos.org sumarse no cuesta mucho, cada uno desde su lugar con un granito de arena podrá ayudar invalorablemente a éstos argentinos. Para decenas de familias que sobreviven en la calle y asisten a nuestro Comedor de Constitución, lanzamos este segundo emprendimiento para el 2010.
Con la consigna "Emprender el camino a casa" se intenta, desde la autogestión de las propias familias, generar trabajo y la posibilidad de dejar la calle. Nuestro querido Comedor del Niño Latinoamericano, del Barrio de Constitución, además de servir la merienda y la cena todos los días, se entregan más de 300 viandas a familias enteras que viven en la calle.
Muchas de estas familias encuentran en la mesa servida del Comedor la única posibilidad del día de sentarse a compartir un plato de comida caliente antes de irse a dormir. Dormir o intentar hacerlo, en alguna plaza que aún no esté enrejada, o al resguardo de algún alero que los proteja de la noche.
Cuando el sol y la febril actividad del día comienzan a irse, el barrio empieza a llenarse de imágenes fuertes, duras. Los rostros de tanta gente que no pude ocultar su tristeza, a pesar de la oscuridad, se ven con claridad en infinidad de esquinas del barrio. Muchos de "nuestros chicos" y sus madres o padres, encuentran lugar para pasar la noche por ejemplo en el Hospital Ramos Mejía del Barrio de Balvanera. Caminan decenas de cuadras hasta llegar al hospital buscando el amparo de un techo.
El "Ramos Mejía" de noche parece una película... una de esas películas que uno no hubiese querido ver. Pabellones enteros con personas tiradas en el piso, unas al lado de otras, o sentados por falta de espacio hasta que los vence el cansancio y logran cerrar los ojos. Cuando los pabellones no alcanzan, empiezan a llenarse las calles laterales... México, Urquiza, Venezuela... se pueblan lentamente de improvisados colchones de cartón que "mágicamente" desaparecen al salir el sol.Como dije... son "películas" que no quieren verse.
Familias con niños pequeños, que acarrean sus escasas pertenencias a donde vayan, porque lo han perdido todo. Para ellos, el espacio del Comedor sostiene la dignidad que aún resiste a esfumarse tras los golpes de la durísima realidad que les toca vivir. Son familias que luchan cada día por abrirse un camino. Son padres que, como pueden, mandan a sus niños a la escuela para que ellos sí tengan alguna oportunidad que les de una vida menos dolorosa para el futuro. A pesar de que muchos de esos padres alguna vez también estudiaron, y trabajaron, hasta que alguna decisión ajena los dejó sin nada.Lo que es seguro, amigos, es que el 100 % de estos niños NO HAN ELEGIDO nada. Nadie les preguntó si les gustaba comer una vez al día o dormir en alguna esquina. Por eso, como sociedad "civilizada", como seres humanos que pretendemos ser, tenemos la obligación de estar con ellos, de ayudarlos y de no dejarlos abandonados al sin futuro que, insisto, NUNCA ELIGIERON.A pesar de todo, el Comedor es un lugar bello, y es bello porque no todo son ollas y sartenes, no todo son viandas y platos para lavar, no todo es dolor y tristeza. Lo hermoso es que, además de la comida diaria, también se cocinan otras cosas; se cocinan sueños a fuego lento que van tomando forma. Sueños que con su aroma inundan de esperanza la vida gris y monótona de los que menos tienen, de los que lo han perdido todo, menos la fe y las ganas de vivir.
Gracias a cada uno de ustedes amigas y amigos. Gracias al espíritu inquieto de Beatriz (la Coordinadora del Comedor), gracias a Marta, Susana, Cristina, Alfredo... y tantos incansables voluntarios que hacen que cada idea se transforme en proyecto; y cuando hay un proyecto todo cambia, porque existen esperanzas, y las esperanzas traen ilusiones, y las ilusiones empiezan a colorearlo todo de colores vivos y fuertes.
Siempre hay algún emprendimiento funcionando que le da, además de una manito al Comedor, donde cada vez son más las viandas a preparar, una posibilidad de trabajo concreto y sustentable a padres que viven con sus pequeños en la calle.Y así, mientras mamá Patricia trabaja dignamente y construye una nueva realidad para su familia, sus cuatro pollitos, Sofía, Lautaro, Mauro y Luciana, una regordeta de ojos inmensos que está aprendiendo a gatear, la acompañan en el Comedor y encuentran un lugar seguro donde estar y jugar, más seguro que las calles tan transitadas de Constitución. Es común llegar y encontrar a mamás y papás trabajando en el emprendimiento "Miguel Ángel", que empezó produciendo un puñado de alfajores de maicena, y que hoy elabora alfajores de 3 gustos, masas secas, copitos de dulce de leche, sándwiches y tortas variadas (¡y exquisitas!).
Estos productos son comercializados en solidarios comercios de la zona que saben que cada alfajor vendido tiene el valor agregado de contribuir a que menos familias vivan en las calles.Los productos artesanales del "emprendimiento Miguel Ángel" ya sacaron de la calle a 12 familias (el año pasado eran sólo 8), que hoy no vienen al Comedor a comer, sino a trabajar dignamente, con todos sus hijos escolarizados, y que pudieron volver a formar sus hogares, con humildad y calidez, pero lo más lejos posible de los fríos adoquines porteños.
Pero dentro de poco comienza un nuevo año y, como siempre, asoman nuevas metas y desafíos. La vida es movimiento, y ¿qué mejor época que ésta para comenzar a mover ideas y proyectos superadores?
En Constitución un nuevo sueño se está echando a rodar... En las tardes de cocina, clases de apoyo y matecitos compartidos con voluntarias y madres emprendedoras, se arma el boceto de un nuevo desafío para el 2010: montaremos entre todos un Taller de Costura, otro pequeño gran emprendimiento que ayudará al crecimiento de todos.Ya tenemos quién será la encargada, y las primeras metas propuestas que nos generan entusiasmo.
Laura, una mamá en situación de calle, tiene sobrados conocimientos sobre la materia, ya que desde muy jovencita fue oficial costurera en una fabrica textil, durante 15 años. Hasta que en los 90 la fabrica cerró sus puertas, dejando a decenas de "Lauras" en la calle.
Pero los conocimientos y la capacidad están dentro de ella. Será Laura entonces quien coordinará el Taller de Costura y sus actividades, dándole esto, además de una nueva responsabilidad, la posibilidad de darse cuenta que ella puede, puede atreverse a soñar un poquito más y pensar en crecer, pensar en un mañana, cosa tan difícil si uno pasa las noches acurrucada junto a sus pequeños en alguna vereda que los cobije.
Con el nuevo proyecto hay mucho trabajo por hacer. El más importante y costoso es reestructurar el espacio para que algunas máquinas de coser donadas puedan ubicarse con comodidad. Pero nada nos detiene en este avanzar, y mucho menos a Laura, que desde que formalizamos la idea está "que se sale de la vaina" y más de una vez nos dijo "siento que vuelvo a vivir".
Así de fuerte es el motor, la alegría y el entusiasmo de las mamis que, en principio, esperamos la participación autogestiva de no menos de 5 familias que ya están designadas, y la posibilidad de duplicar o triplicar el emprendimiento a medida que se vaya desarrollando.
Lo más importante es saber que, además de un plato de comida caliente y de una mesa en donde comer y sostener todavía la dignidad de una familia, también en este querido lugarcito de Constitución surgen inquietudes y desafíos, pensados para que cada familia que asiste al Comedor o retira las viandas todas las tardecitas pueda encontrar una puerta, una posibilidad que los encuentre pensando en un futuro no muy lejano con expectativas de crecimiento.
Pensar a sus niños en una cama caliente, con ropa limpia y la pancita llena, ahora ya no será tan difícil; ahora hay alas nuevas que impulsan la esperanza de una vida más digna, mas justa, menos dolorosa.
Este nuevo año, para Laura y las otras mamis emprendedoras, comenzará con mucho ruido, ruido de máquinas de coser. Ese ruido acompasado que deja de ser sólo un ruido para transformarse en canción, en canción de arrullo que nutrirá nuevos porvenires.
Sandro Tesar
Presidente de Manos por Hermanos