Estas tres postales latinoamericanas prueban que aún quedan escondites con arenas blancas, palmeras y poca gente. Los lugares a visitar se hallan en Colombia, Costa Rica y Venezuela.
Isla Tortuga, Costa Rica
1. ISLA TORTUGA, COSTA RICA Ideal para amantes del medioambienteFue nombrada entre las cinco mejores playas de Latinoamérica por el canal Discovery Travel & Living. Este paradisíaco destino consta de dos islas, Alcatraz (la que tiene forma de tortuga) y Tolinga ubicadas en la península de Nicoya, en la costa pacífica.En total, son 500 m de playa que, por su estado de conservación y modernas instalaciones, tienen la categoría de bandera azul, otorgada por la Fundación de Educación Ambiental a más de 3.450 playas en 41 países (incluyendo a Brasil y Nueva Zelandia). La presencia de una bandera azul asegura altos estándares sanitario-ambientales, lo que atrae a numerosos bañistas preocupados de la preservación.Lo común es visitar isla Tortuga por el día, a través de un viaje de hora y media en uno de los yates que se encuentran en el puerto de Puntarenas, a sólo 110 km de San José, la capital.
En la isla es posible realizar diversas actividades, como jugar vóleibol, caminatas, paseos en botes a pedales, snorkeling, pesca, jet ski o, simplemente, tomar una siesta bajo el sol. El ambiente es distendido y gran parte de los visitantes son turistas de EEUU y, en menor medida, europeos que eligen a Costa Rica por su turismo sustentable. También hay skypacks (barcos con el piso de vidrio) que permiten observar la abundante fauna marina. El viaje en yate a Tortuga cuesta unos US$ 110.Generalmente, la compañía ofrece servicio de desayuno típico, música en vivo y almuerzo en las islas estilo buffet. También, servicio de transporte que lo irá a buscar y a dejar a su hotel en la ciudad de San José.
2. PLAYA CRISTAL, COLOMBIAPara apartarse de la civilizaciónPese a ser nombrada habitualmente como una de las playas más hermosas de Colombia, es bastante poco conocida.Se ubica en el Parque Natural Tayrona, a 34 km de la ciudad de Santa Marta, Región de Magdalena, y para acceder a ella se debe tomar una lancha llamada bongo desde Neguange, a la entrada del parque. Una muestra del afán por potenciar el lugar fue el cambio de nombre original "Playa de Muerte", el cual generaba suspicacias entre los turistas y que contrasta con el verdadero ambiente de la playa: arenas blancas y bellos arrecifes coralinos.Casi todo el año playa Cristal permanece semidesierta, excepto en verano, cuando aumenta el número de visitantes considerablemente, pero nunca al punto de repletarse.
La existencia de lugares perfectos para practicar snorkeling -donde habita gran cantidad de peces de colores- atrae principalmente a jóvenes extranjeros, bien dateados y de espíritu aveturero, que llegan desde EEUU y Europa (hay que destacar que, además de portar repelente y bloqueador solar, se recomienda tener certificado de vacuna contra la fiebre amarilla, ya que las autoridades del parque suelen pedirlo a la entrada).
En sus 15.000 hectáreas -equivalentes a dos veces la superficie del Parque La Campana en Chile-, Tayrona también entrega la posibilidad de excursiones a otras playas o zonas de bosque tropical, donde habitan especies como el mono aullador. En alojamiento, hay varias opciones, como campings y un ecohab, finas cabañas que asemejan viviendas de la tribu tayrona (US$ 300 para cuatro personas).
También hay oferta hotelera en Santa Marta, que ostenta buenos restaurantes y una agitada vida nocturna. La ciudad está a una hora de Barranquilla y a tres de Cartagena por vía terrestre. Se puede llegar directamente en avión haciendo dos escalas (vuelos desde US$ 750 aprox).
3. PLAYA MEDINA, VENEZUELAComida típica y relajada al borde del marSi se suma a presencia de una antigua plantación cocotera que rodea la playa y que permite tenderse en una hamaca, arenas blancas y aguas plácidas no quedan excusas para dedicar todo el día a hacer nada. Y esa es la principal actividad desarrollada por la gente que llega a playa Medina, Península de Paria, Estado Sucre, Venezuela.
Esta es una zona casi virgen, de abundante vegetación y accesos complicados, donde la mejor manera de llegar a muchas playas de los alrededores es sólo a través de botes.En la zona hay cabañas de alojamiento, de estilo rústico pero con todos los servicios básicos. El sitio alberga diversos lugares donde hacer excursiones entre los bosques y es imperdible degustar en uno de los tantos kioskos de la costa un plato de tajalí, pescado típico de la zona, servido frito acompañado con plátano y ensalada.
Además es muy célebre de esta zona el queso de búfala tipo mozzarela.En el lugar anidan muchas aves y sus aguas frescas están protegidas por una ensenada que favorece la práctica del buceo. A este balneario se puede llegar a por la carretera de Carúpano hasta Medina, poblado que limita con la playa.Una forma más común de acceder es tomar un bote desde Río Caribe (a 140 km de Cumaná, capital del Estado Sucre), en un hermoso trayecto de 30 minutos. Se puede llegar a Cumaná desde Caracas, viajando dos horas en autobús.
Por La Tercera, Suplemento Tendencias