miércoles, 24 de febrero de 2010

Peces y humanos bajo amenaza

En Pezcalandia recibimos esta triste y cruel noticia que más de 30 especialistas de Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay realizaron una investigación que alerta de la amenaza que pende sobre especies de peces y 50 comunidades en la Cuenca del Plata, el segundo mayor sistema hídrico de alta biodiversidad de América del Sur después del Amazonas. "Nuestra idea es que los gobiernos de los países de la Cuenca tengan una herramienta para los gestores de recursos naturales, para que ellos conozcan las amenazas sobre estas especies y adopten medidas de conservación", explicó a IPS la profesora en ciencias biológicas Julieta Peteán, una de las autoras del estudio. El trabajo aporta aspectos biológicos de la Cuenca del Plata, que alberga unas 220 especies de peces, pero también analiza los aspectos socioeconómicos sobre las comunidades y legislación. En esta región viven 130 millones de personas y alrededor de 20.000 pescadores artesanales en 50 núcleos urbanos entre pequeños poblados y ciudades. La investigación, presentada este mes y titulada "Uso Sostenible de Peces en la Cuenca del Plata. Evaluación Subregional del Estado de Amenaza, Argentina y Paraguay", fue realizada por la Fundación Proteger de Argentina, presidida por Peteán, y por la organización Guyra Paraguay.
Coordinados por la Oficina Regional para América del Sur de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, los expertos se concentraron en esta primera etapa en Argentina y Paraguay, pero el reto, dijeron, es expandir el estudio al resto de los países de la cuenca, que son Bolivia, Brasil y Uruguay. La Cuenca del Plata tiene 3,2 millones de kilómetros cuadrados e incluye los ríos Paraguay, Pilcomayo, Bermejo y en especial el Paraná y Uruguay, que vuelcan sus aguas en el Río de la Plata. Su biodiversidad ictícola está amenazada por la sobreexplotación pesquera, las represas, conexiones viales e hidrovías mal planificadas, la agricultura intensiva, la deforestación y los incendios. De los 191 tipos de peces que se evaluaron, hay 11 en estado de amenaza. Algunas son especies migratorias afectadas por represas que generan discontinuidad en el flujo del río y con ello segregan artificialmente a las poblaciones que necesitan emigrar para reproducirse, como el Pirá pitá o salmón de río. De otras 50 hay datos insuficientes. "Esto ocurre con especies raras y poco conocidas en el ámbito científico", explicó a IPS Cristina Morales, coordinadora del Programa Especies de Guyra Paraguay. "Las especies raras son en general mucho más susceptibles a la extinción que las más comunes", advirtió. "Dado su tamaño poblacional pequeño, las catástrofes naturales y entrópicas tienen un efecto más deletéreo sobre estas especies, y si se suma la falta de información sobre sus necesidades de hábitat o historia natural, no se permite delinear acciones de conservación para estas especies", añadió la experta. Sobre el total de especies analizadas, hay seis que tienen muy alto interés comercial y deportivo. Son el sábalo, primera especie de río en exportaciones argentinas, el dorado, el surubí pintado, el surubí atigrado, el pacú y el manguruyú, éste último clasificado por los expertos como especie "vulnerable". El trabajo señala que "los procesos relacionados con la fragmentación del hábitat, construcción y operación de represas, alteración del régimen de caudales, deforestación, introducción de especies exóticas, contaminación del agua y presión pesquera, producen un efecto negativo sobre las poblaciones de peces". Y recomiendan más investigación, leyes conservacionistas, planes de manejo y control de capturas. Morales consideró que también "es clave articular acciones y estrategias entre los gobiernos que forman parte del área de distribución de las especies amenazadas". La evaluación, para la experta, es apenas "un primer paso" en ese camino. Los investigadores se propusieron además "contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades que dependen de estos recursos", involucrando a los pescadores en el monitoreo de especies y desarrollando capacidades entre estos actores que son los que más inciden en la sustentabilidad de la Cuenca. El estudio destaca el vínculo de interdependencia que hay entre los recursos y las comunidades ribereñas más pobres. "El sector social de menores ingresos tiene una alta dependencia de los recursos naturales, de allí que su degradación o pérdida de acceso a los mismos provoca serios impactos", señalan en la investigación. También subrayan que la Cuenca del Plata "debe ser valorada y manejada responsablemente por la sociedad y los gobiernos", porque eso "se traduciría en una fuente importantísima de recursos económicos (obtenidos) de manera sustentable". Y agrega que "la pesca tradicional con propósitos múltiples, como alimentación familiar y subsistencia, turismo y recreación, fiestas deportivas y comercio para el mercado interno, representa un factor esencial en cuanto a seguridad alimentaria, una fuente de divisas y un motor muy importante para las economías regionales".
Por Marcela Valente
Cuenca del Plata