En Pezcalandia queremos dar a difusión, un informe de una ONG.
Ha sido publicado la víspera de la reunión de la Comisión Ballenera Internacional que se celebra en Marruecos y que tiene como objetivo levantar la veda a la caza de los cetáceos.
Los mares que rodean a la Antártida han perdido casi la totalidad de sus poblaciones de ballena azul en el último siglo, en el que estas aguas han pasado de albergar más de 200.000 a sólo 2.300 de estos cetáceos.
Así lo advierte la organización conservacionista WWF en el informe que ha presentado con motivo una nueva reunión de la Convención Ballenera Internacional, que comienza este lunes para debatir una posible reapertura de la caza comercial tras 25 años de moratoria.
El encuentro tendrá lugar en Agadir (Marruecos), bajo el título “Salvemos las ballenas, salvemos el océano Antártico”, el estudio revela lo reducidas que se encuentran las poblaciones de varias especies de ballenas del hemisferio sur.
Así, WWF alerta de que, si hace un siglo vivían en los mares de alrededor de la Antártida más de 200.000 ballenas azules, hoy se estima que no sobreviven más de 2.300 ejemplares. Además, tras la muerte de 725.000 rorcuales comunes a manos de los buques balleneros, la especie está inscrita actualmente dentro de la “Lista roja” de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza como “amenazada”. “Y, aún así, la Comisión Ballenera propone reabrir la caza comercial de la especie en los mares antárticos”, lamentan los ecologistas.
Todo un hemisferioPara WWF, el informe desmuestra la importancia de prevenir la caza de ballenas en el océano Antártico para asegurar la recuperación de las poblaciones de ballenas en el hemisferio sur. “Si se reabre la caza de ballenas en este santurario antártico, se dispara la posibilidad de que desaparezcan de los mares de muchos otros países en África, Oceanía, las islas del Pacífico y Sudamérica”, alerta la ONG.
La caza de ballenas fue paralizada en la Antártida en 1994 como respuesta a la caza comercial “desenfrenada” durante el pasado siglo, que provocó la muerte a más de un millón de ballenas, según WWF, que asegura que varias especies fueron llevadas a su práctica extinción. “Si existe un lugar en el que las ballenas hayan de ser protegidas, es el santuario antártico.
Eliminar la caza en estas aguas debería ser una responsabilidad fundamental y prioritaria de los gobiernos de la Comisión Ballenera”, concluye Wendy Elliot, responsable del Programa de Especies de WWF Internacional.
Fuente Las Razones es