miércoles, 3 de noviembre de 2010

Consejos para los golpes de calor

Han remitido a Pezcalandia, desde la vieja Europa, unos muy buenos tips para su entrante verano, esto mismo es para nosotros en algunos meses más... recordarlos
Todavía no han comenzado los días duros de calor que suelen acompañarnos en esta época, pero es importante que tengamos claros algunos conceptos antes de aventurarnos a salir en bici por nuestras montañas.
Aunque la altura media en el interior valenciano oscila entre los 700-1000 m sobre el nivel del mar, y en estas situaciones el calor queda atenuado por la altitud, durante los meses más calurosos hemos de extremar las precauciones.
Cuando la temperatura del entorno es superior a la del cuerpo, con un elevado índice de humedad, toda perdida de calor depende de la evaporación del sudor.
El sudor es un mecanismo para refrigerar nuestro organismo cuya producción de calor aumenta con el ejercicio. Además de la sudoración, otros dos mecanismos más se ponen en marcha; la respiración se acelera y en la piel se produce una vasodilatación. Existe en los seres humanos una aclimatación al calor cuya duración depende de cada sujeto, pero puede oscilar entre 10 o 15 días.
Durante estos primeros días del verano, y posteriormente a medida que va avanzando, debemos ir con mucho cuidado para evitar lo que es la alteración más grave que nos puede ocurrir durante nuestra actividad: el golpe de calor. Un golpe de calor es una alteración muy grave del sistema nervioso que tiene lugar cuando la temperatura corporal alcanza los 41 grados. Ocurre en personas y deportistas que no son capaces de eliminar calor.
Los primeros suelen ser ancianos, enfermos, deshidratados o niños. Algunos también porque toman cierta medicación. Los segundos, los que nos conciernen, son los deportistas que producen, por su actividad, mucho más calor que no puede corregirse.
Si un ciclista suda pero no compensa la pérdida de sudor con aportes de líquido, se deshidrata, y llega un momento que no puede sudar más. Al perderse la capacidad de este mecanismo de disipar calor, la temperatura corporal se eleva a niveles que puede producir daños en el cerebro y en otros órganos vitales.
El golpe de calor, que no debemos confurdirlo con la insolación (ésta última de menor importancia y cuya solución precisa reposo al fresco e hidratación) es descrita por los médicos como cualquier alteración del sistema nervioso central que se acompaña de temperatura corporal igual o superor a 41 grados. Puede manifestarse de varias formas pero los síntomas más frecuentes son confusión mental, respiración rápida, pulso acelerado, calambres, cefalea, alucinaciones, agresividad con los compañeros, inestabilidad durante el ejercicio, convulsiones, mareos, desmayo o somnolencia. A veces incluso se puede entrar en coma.
La piel está muy caliente y cuando el sudor, debido a la deshidratación cesa, el cuadro reviste especial gravedad.
Segun el Doctor Javier Botella, médico y alpinista, asesor de la Federación Valenciana de Montañismo, si el coma por golpe de calor dura más de dos horas, tiene muy mal pronostico. Una vez instaurado el golpe de calor, la situación es crítica y no tiene fácil solución fuera de un hospital.
El tratamiento se ha de aplicar con extrema urgencia, ya que cada minuto que pase puede significar mayor riesgo de muerte o sequelas graves.
MEDIDAS
Las medidas inmediatas a tomar sobre el terreno, y siguiendo los consejos del Dr. Botella, dependen de los medios que dispongamos. Lo único que pueden hacer los compañeros antes de la llegada de la evacuación es ponerlo a la sombra, con los pies ligeramente en alto, masaje suave en los músculos afectados si tiene calambres, hidratarlo dándole líquido si está consciente o protegerle la via respiratoria si está inconsciente (evitar la caída de la lengua hacia atrás) además de tratar de enfriarlo por todos los medios a nuestro alcance: abanicando su cuerpo desnudo, mojarle la piel con agua, aplicarle alguna camiseta mojada o paño húmedo en el cuello o sumergirlo en agua fría si la hubiese.
Pero SIEMPRE TRAS HABER SOLICITADO EVACUACION URGENTE mediante una llamada al 112.
A veces, por lo recóndito del lugar, no es fácil disponer de estos medios, pero hemos de intentar, con sentido común, enfriar como sea el cuerpo del afectado. En nuestras excursiones por la Comunidad Valenciana no he visto nunca ningún caso de golpe de calor grave, pero sí he sido textigo de esta situación en ambientes remotos como el Sahara o el Alto Atlas Marroquí durante alguna expedición en bici. También, durante una etapa de la Vía de la Plata (Sevilla-Santiago de Compostela) durante la primavera de 2003 fui testigo de un golpe de calor debido a las elevadas temperaturas y la deshidratación de uno de los participantes.
La experiencia aquí es fundamental, y además de llevar la protección necesaria ( el casco aisla la cabeza del calor del sol y permite su refrigeración por el viento entre las rejillas), hay que beber con frecuencia. En esta situación y para este tipo de travesías, el Camelbak o cualquier sistema de llevar agua a la espalda, es imprescindible porque el agua se mantiene en la mochila fresca (recordad antes de salir de casa lo podemos llenar de cubitos de hielo) y también porque podemos llevar hasta tres litros de agua. La comodidad del tubo cercano a nuestra boca y bien sujeto en la parte frontal, hace que bebamos con más frecuencia y nos hidratemos correctamente.
PREVENCION.
Como todo en la bici y en la montaña, la prevención siempre es la mejor consejera sabiendo de ante mano a lo que nos exponemos. Por eso, ahora que viene el calor y tenemos más tiempo libre, debemos seguir estos consejos.
1.- Si el día es muy caluroso y las previsiones del tiempo van en esta linea, mejor quedarse en casa. Si estamos en la montaña o durante una travesía, hay que madrugar para evitar las horas centrales de calor. Una buena forma si nos apetece salir es comenzar muy temprano (hacia las siete o las ocho de la mañana, y procurar acabar nuestra actividad antes de las doce)
2.- Antes de llevar a cabo la excursión, asegurarnos que llevamos disponente suministro de agua. También algún tipo de alimentación que nos aporte una cantidad razonable de sal y, por supuesto, bebidas isotónicas. Recordad la premisa de beber mucho aunque no se tenga sed. La comprobación de la orina nos permitirá saber nuestro grado de hidratación. Si es clara, vamos bien, si es oscura, precaución, hemos de beber más.
3.- Usar ropa ligera y ventilada, descansar con frecuencia y buscar lugares sombreados. Tener especial cuidado con los diabéticos, personas que tomen medicación y ojo con esos amigos que nos llevamos de excursión o se apuntan, sin estar en forma y que no quieren madrugar.
4.- Si estamos de travesía, ver la posibilidad de variar la ruta evitando los cañones fluviales, barrancos o lugares cerrados. Procurar trazar el itinerario por las partes altas de la montaña que, aunque la insolación sea mayor, el viento y la altura atenuarán la temperatura.
5.- Evitar como hemos dicho, las horas centrales del día, y protegerse con crema solar para evitar quemaduras, en los brazos, piernas y rostro. Jamás salir en bici sin camiseta, ni aunque estemos en zonas costeras.
6.- Si la temperatura del ambiente es superior a 37 grados centígrados, el riesgo de sufrir un golpe de calor es máximo y el ciclista debe reducir su actividad física al mínimo. Si además el aire es húmedo como suele ser frecuente en nuestra Comunidad cerca del mar, el sudor no se evapora y el excursionista se ve privado de su único mecanismo para la dispación del calor. En las subidas, el viento no ayuda en la refrigeración.
En estas circunstancias, y siendo nuestro deporte un entretenimiento de ocio, y no una necesitad, debemos evitar salir.Recuerdo hace años un recorrido en solitario que realicé por el Puig de la Llorensa, entre el Cabo de la Nao y la cala del Moraig, término municipal de Benitachell y cerca de Moraira.
En una de las cuestas cercanas al mar y tratando de llegar a la parte alta, sufrí las consecuencas de un síncope por calor. No es tan grave como el golpe de calor, pero fue una advertencia: perdí gradualmente la visión, tuve sudoraciones, nauseas y sobre todo, palpitaciones mientras notaba que me estaba mareando.
Pude llegar a duras penas a sentarme en el suelo a la sombra del único pino del camino. No llegué a perder el conocimiento y me pude recuperar con cierta rapidez (unos veinte minutos) sobre todo al ingerir, menos mal, una lata de Isostar que llevaba en la mochila.
Seguía haciendo calor pero al menos pude pensar con claridad para no ponerme nervioso y actuar en consecuencia. Más de quince años depués de aquello, sigo acordándome con frecuencia, sobre todo cuando viene el verano y notas, en los primeros kilómetros, que la temperatura para andar en bici es demasiado elevada.
Por eso es mejor practicar nuestro deporte muy temprano, o dejarlo para las últimas horas del atardecer.
Fuente J.M. Almerich
Vía Jordi Ventura