Ha llegado a la redacción de Pezcalandia, este relato, que nos deja unos buenos tips, para los apasionados del montañismo.
Luego de la última salida, que terminó sin cumbre, estamos dispuestos a disfrutar la salida tanto como siempre. Y es que el verdadero placer de este deporte no debe pasar por lograr la cumbre, sino por saber disfrutar todo el desarrollo de la misma.
Arribamos a Colalao del Valle a las 16:30 aprox., nos esperaba Gustavo, un docente del pueblo, amigo de Benja, y que con muy buena gana nos hizo las veces de anfitrión. El ya había hablado con la directora de la Escuela de El Arbolar, pegadito a El Pichao, lugar desde el cual comenzaríamos la larga caminata en busca del Nevado y a quienes agradecemos de corazón.Gustavo nos llevo en camioneta hasta la escuelita, distante de Colalao 7 km.
Aquella primera noche dormimos muy cómodamente en las instalaciones de aquella hermosa escuelita de montaña. Muy temprano, comenzamos los preparativos para arrancar la caminata a las 7 a.m.
La marcha durante este primer día fue buena, aunque, el camino bastante duro para hacerlo con todo el equipo en las espaldas. La senda, que va y viene constantemente, tiene vistas increíbles y se puede ver como ganamos altura paulatinamente. A las 18 hs arribamos a uno de los tantos puestos que están alzados en los lugares menos esperados del terreno. Allí pasamos la noche, evitando así el armado de carpa.
La jornada fue dura y hay que reponer fuerzas. Mate dulce, con un toque de hojas de coca, y galletas con miel son ideales para el fin.
Luego de la comida nos disponemos a descansar en las bolsas, esperando que mañana podamos pasar al valle del Cajón, y tener una vista del Nevado.Temprano por la mañana, comenzamos a armar las mochilas, y pronto estuvimos andando cuesta arriba una vez más.
Avanzamos por un arroyito, que pronto se tornaría complicado, y debimos montarnos por las laderas para tratar de hallar la senda. Al mediodía salimos al abra de la Yareta, donde podíamos ver hacia el oeste el valle y el Nevado.
Comenzamos un descenso que se prolongo durante el resto del día, llegando hasta otro puesto, este era bastante grande, estaba formado por un grupo de 5 o 6 habitaciones que estaban la mayoría cerradas con candados, una de ellas llena de cueros de llamas, y además la cocina en donde pudimos armar las bolsas para pasar la noche.Este puesto esta a orillas de un río.
Llegó el tercer día de marcha, hoy pensamos en llegar hasta donde será el campamento base.La caminata me pareció sumamente gratificante, reparadora se podría decir. Pero cuando llegamos al base, al medio día, me sentía apunado y debí moverme con sumo cuidado. Ahora solo queda disfrutar el resto del día y tratar de reponerse para un intento de cumbre. La idea era intentar mañana mismo la cumbre, y si no nos sentíamos bien, bajar y terminar de aclimatar, e intentar al día siguiente.
De más esta decir que el escenario es magnifico. El día esta calido, bastante calido.Armamos por primera vez la carpa y nos metemos a descansar. A eso de las 3 de la mañana comienza a soplar viento, que hasta el momento estaba ausente, y continuo soplando durante el resto del día.Nos levantamos temprano con ansias de comenzar el ascenso, el día anterior estuvimos charlando largamente por donde hacer el ataque, eligiendo un contrafuerte que baja del lado izquierdo de la cumbre sur, viendo el Nevado desde el valle del Cajón (de este a oeste). Así procedimos, y a medida que subíamos sentíamos la altura. Lamentablemente Benja es el primero en sentir la desagradable sensación del apunamiento, pero ya estábamos montados en el filo de cumbre y Benja decide seguir. El viento es tremendo en el filo, estamos abrigados y atosigados por el viento. El avance comienza a ser lento debido al cansancio y a la puna.
Con paciencia llegamos a las 14 hs a la cumbre sur del Nevado de Chuscha. Con sus 5414 m.s.n.m y su vista impresionante, es una experiencia increíble y un lugar único: logramos ver los Nevados del Aconquija, al frente la sierra del Cajón que habíamos cruzado unos días antes, el llamado Co. Colorado en el mismo sistema donde estábamos parados, mas al sur, y una amplia vista del oeste donde podíamos ver hacia el Galán y otros grandes cerros distantes en la cordillera.
Queríamos seguir pero, arribados a la cumbre también Alexis esta con puna. Yo estoy cansado y no estamos en horario para intentar seguir hasta la cumbre principal que esta frente a nosotros pero como a una hora o mas, la decisión es dura pero es obvio que debemos descender y así lo hicimos.
Como los chicos no están bien no hemos comido aún y en el descenso yo ya no doy mas, y tengo que parar para hacer unos bocados, porque ya no me están quedando reservas de combustible y falta mucho.Descendimos por otro lado, inmediatamente al sur del contrafuerte por donde subimos hay un circo que forma la quebrada en donde esta el base. Abrupta y con acarreo suelto, la inclinada ladera nos va llevando abajo, con mucho cuidado bajamos un poco arrepentidos de haber optado por esta alternativa.
A las 18 hs estamos llegando al campamento. Descanso y charlas animadas nos distraen hasta llegada la hora de dormir.Al amanecer estamos listos para el regreso.Nunca imaginamos el tremendo trajín que nos esperaba, caminamos a buen ritmo y llegamos a las 23 hs a Colalao, pero con tremendo cansancio encima.
Sandwich de mila en mano y brindando con una cerveza bien helada, sellamos esta increíble aventura en el Nevado del Chuscha. Salut!!!
Fuente Juan Pablo Nemec – grupo CAMME
Cerro Alto de la Mina Montañismo y Exploración