sábado, 18 de junio de 2011

Dorados con artificiales

Desde Pezcalandia les contamos que, pescar todo el año dorados con artificiales diferentes en confección, peso y características, con distintas técnicas, equipos y accesorios y hacerlo en cantidad a un paso de Buenos Aires, es un lujo que no puede dejar de disfrutarse, en lo posible a repetición, como vine haciéndolo en los últimos tiempos.
Dos equipos mosqueros compuestos por una caña # 6 y una # 4 con diferentes líneas más cantidad de moscas, leaders, etc., fueron preparados e incluídos entre el equipamiento a llevar, aún consciente que probablemente no pudiera usarlos debido a una circunstancial disminución temporaria en el movimiento de uno de mis brazos.
Una antigua joyita para spinning de la marca Sage, que siempre me acompaña en los viajes, en la previa se perfilaba como la herramienta principal para usar por mi parte en la jornada. Durante la hora y 20 minutos que duró el viaje, con Luciano repasábamos lo que habíamos planificado: él sería el principal buscador de respuestas de la pesca con mosca en la jornada y yo, función similar, con la caña de spinning que tendría usos múltiples como mas adelante veremos.
El encuentro se produjo en el puerto de Baradero. Los registros fotográficos señalan que a las 10.05, un minuto después de anclar, mientras con Luciano estábamos en preparativos, Augusto el inquieto y no previsto agregado en la partida, cobraba su primer doradillo con su mosquera # 6.
Otra foto delata el segundo de su producción 8 minutos después.En el escaso lapso en que nos sacaba momentánea ventaja y, al comprobar mi deficiente casteo, deseché mis clásicos equipos mosqueros preparando la caña de spinning mientras Luciano conseguía el primero de lo que sería su pesca, una suma pareja, silenciosa , constante y finalmente con una extensa cosecha.
Un surtido de 5 o 6 aparejos armados en diferentes tamaños, materiales y pesos, con cierta similitud a los confeccionados con boyas tipo buldo, pero mejorados en su acción y de diseño y fabricación propia, hace ya años, me permitieron elegir el que consideré mas oportuno para el lugar.
El código ético establecido era que todos pescábamos con mosca o todos con señuelos y dentro de esto se aceptaba que mis moscas fueran enviadas por dichas boyas. En realidad aprobaron mi propuesta en el mutuo convencimiento que el uso de un señuelo en esa altura de aguas, no del todo claras, prevalecería sobre las moscas. En menos que una hora hicimos el primer balance: Luciano había emparejado a Augusto y yo había pescado tanto como la suma de ambos. Bastante lógico considerando el mayor alcance en mis lanzamientos por el equipo usado. Ese alcance permitía llegar bien a sitios donde, uno sabe, tiene que haber un dorado.
Conseguimos algunos mas y luego comenzaron a aflojar las respuestas por lo que nos corrimos unos 100 metros y conseguimos nuevas capturas y unos cuantos piques errados. Al poder controlar la distancia de alcance y también el arrastre de la corriente al tener una boya bien visible en superficie, todo era cuestión de tirar con algo de precisión y dejar que la mosca pasara arrastrada por el agua cerca de los juncos orilleros, lugar donde estaban los dorados y el pique era inmediato.Hubo dobletes y también espectaculares saltos, algunos registrados fotográficamente y todos por nuestras memorias. Una más de las virtudes del dorado.
En esa primera fracción de pesca, Augusto con su caña mosquera creyó clavar un dorado grande en un pozo entre dos sectores de piedra y avisó la circunstancia, pero el pez no saltó y desde el lugar cercano a la orilla donde había tomado encaró hacia el medio del río sacando línea y obligando a un rápido cruce de cañas y de pescador desde popa a proa para evitar enredos y rotura de línea. Quizás la maniobra que, para lo compleja, fue bien realizada o falta de potencia en la clavada con equipo # 6 terminó con el pique más importante y diferente del día, posiblemente producido por un surubí.
Por los los últimos yerros y al disminuir la consecutividad de piques optamos por cruzar acercándonos a la orilla opuesta lugar de mayor profundidad donde comenzamos un garete de 1000 metros. Acordamos que Luciano con mosca tendría la proa y la posibilidad que su mosca llegara a puntos donde no se hubiera pasado un señuelo previamente. Yo al medio y Augusto con un ratling. En los primeros 300 ó 400 hubo unas cuantas exclamaciones y poca efectividad, hasta que en un momento el sonajero rindió sus primeros frutos.
En la parte media del garete se produjo una explosión de piques de doradillos más corpulentos y con mucha potencia. El guía por primera vez ocupó la posición de su sobrino y al levantar su primara pasada de señuelo, éste fue tomado casi en el aire por un buen ejemplar que hizo patinar su reel, corrió pasando bajo la embarcación y casi quiebra su caña contra el casco. Su habilidad impidió el corte y finalmente lo redujo.
Al mismo tiempo Luciano sumaba mientras, por mi parte, accionaba el segundo prototipo de híbrido entre mosca y señuelo producto de la inventiva y el taller de Roberto Galbarini, pescador, mosquero y fabricante de artículos para confección de moscas, quien me encargó las pruebas iniciales para su desarrollo. El diseño se parece a una mosca voluminosa. Fue realizado pensando en usos como, por ejemplo, la pesca de dorados a profundidades especialmente en huecos bajo grandes piedras donde no se puede pasar un señuelo y también en la hondura del mar o haciendo trolling en lagos donde puedan cobrarse enormes truchas.
Había probado antes el movimiento de ambos prototipos en la correntada desde la lancha y efectuando unos pocos tiros con temor a perderlos entre las piedras y haciendo otros lanzamientos hacia el medio del río, consiguiendo largos alcances donde no había dorados. A uno de los prototipos le encontré un defecto que luego señalé a su creador, quien efectuará la correspondiente corrección. El otro en cuestión había tenido un toque sin concretar y en primera instancia ya me había parecido “potable” pese a que deslucí su cabeza en un par de golpes contra las piedras.Volviendo al frenesí de piques en la parte media del garete y actuando con este segundo prototipo, de golpe se atrancó su recorrido y comenzó uno inverso para finalmente más que saltar, emerger sería la palabra adecuada para lo que hizo el goloso, lo que mostró un dorado de mayor porte que luego de la llevada, clavada y corta pelea se desprendió. Obviamente no pude hacer las fotos que quería pero me quedó la satisfacción, aunque lo perdiera, de un gran pique luego de conseguir una acción adecuada con la puntera de la caña, mérito obtenido por eso y el atractivo formato y colorido en el agua.
En los 200 metros finales de esa cancha, esperaba mejores piques en lugares donde hay aguas negras de los campos, encontramos un campamento con muchas cañas colocadas en porta cañas y la acción de la fuerte correntada ponía sus líneas casi paralelas a la orilla, lo que hacía imposible lanzar hacia ella desperdiciando unas salidas/entradas de agua que, en situaciones diferentes hubieran dando buenos dorados.
Aconsejé remontar y repetir la pasada, lo que se aceptó y conseguimos nuevas capturas ya en menor medida pero supimos apreciar la potencia de los dorados, algunos pequeños y que, pese a actuar en deriva junto a ellos (ya no con la corriente a su favor desde un punto fijo), ofrecían tenaz lucha. Nos llamó la atención que en las devoluciones, aunque pudiera haber cierta demora por las fotos, no necesitaban oxigenación. Hacían fuerza al momento de introducirlos nuevamente en el agua y salían disparados. También nos llamó la atención en una pasada una lancha siguiendo una “tarreada” y en uno de los lugares una soga “sospechosa”.
Recordé que bueno es tener siempre a mano un importante cuchillo.Las nubes seguían su amenaza desde el amanecer pero quedaron en eso nomás y zafamos de una mojadura.
Un almuerzo compuesto entre otras cosas por pan, fiambres varios, salmón ahumado, mayonesa, gaseosas y demás calmó la ansiedad de algunos hambrientos y volvimos a las piedras.
Las corrientes muy fuertes, especialmente cuando se hacen lanzamientos transversales, desequilibran muchos señuelos y esta no fue la excepción. Luciano que es fundamentalmente mosquero y, por ahora, no tiene stock de señuelos recibió un spinner bait de Alfers, señuelo con el que he realizado múltiples pescas de dorados y tarariras y que le di pensando que era de los pocos adecuados que tenía. Por su sistema anti enganche en media agua y hasta en profundidad es apto para lugares como los que pescábamos pero por la velocidad del agua, tenía tendencia a subir a superficie, motivo por el cual no le pudo sacar el jugo. Una pena por ello y también por la atención recibida de Daniel Fregeac de Alfers. Tuvo que volver a las líneas mosqueras de profundidad y a moscas lastradas, mientras yo (con suerte pese a las limitaciones expresadas) acerté con un antiguo señuelo finlandés articulado que tentó un dorado tras otro hasta que finalmente perdió la paleta.
Actuando con señuelos y también con las moscas enviadas por las boyas mejoradas tuve la satisfacción y también el exceso para mi brazo por lo que muchas veces pedí que otro hiciera la lucha después de efectuar la clavada al sentir el esfuerzo para vencer al pez y la corriente.
Señuelos había muchos pero cuando hay mucho pique de todas formas se puede considerar oportuno, sobre todo cuando no se espera el trofeo, no arriesgar elementos de alto valor que posiblemente se pierdan enganchándolos. Es la oportunidad de reiterar lo que funciona bien y también la de probar las atracciones que puedan funcionar con menor riesgo de pérdida.Bien explotado el lugar y habiéndole dado descanso al sector de derive, volvimos al mismo. Fue incontable el número de piques que obtuvo Augusto con el sonajero, aunque perdió buena cantidad yo sin el Neil Masters en menor medida pero con buena efectividad hice lo adecuado con una bananita de Alfers, señuelo que es uno de los que más doradillos me han entregado en la vida de pescador. Luciano como dije oportunamente, en silencio y con mosca sumó durante toda la jornada.
El guía cumpliendo bien su labor pescó solo unos pocos minutos; en esos demostró su efectividad y suerte consiguiendo, entre otros méritos, reducir el que tomó el señuelo emergiendo y, en otra oportunidad, clavando dos dorados que se disputaron su señuelo como podemos ver en una foto.
CONCLUSIONES:
Una salida de pesca ideal en cuanto a lo económico en dos aspectos: El traslado en este caso desde Buenos Aires por la escasa distancia, mucho menor a otros pesqueros y también por el costo comparativo de los servicios del guía. Quienes gustan de la pesca de dorados con mosca y señuelos y no pretenden hacer récords de tamaños pueden disfrutar enormemente estas pescas con equipos más livianos que los que se usan en los pesqueros del litoral ubicados a muchos Km. más de distancia. No siempre, y esto lo saben muchos pescadores, especialmente los más experimentados, se obtienen alrededor de medio centenar de dorados y gran cantidad de piques desperdiciados como en esta oportunidad, también mucho tiene que ver la capacidad pesquera de cada uno y en parte la suerte.
PERSPECTIVAS:
Teniendo en cuenta que realizamos esta pesca ya muy avanzado el mes de mayo, con una disminución de cierta importancia en la temperatura, puedo suponer, coincidiendo con el guía en su apreciación en cuanto a que los dorados se mantendrán en la zona. Quizás decaiga su actividad, pero no desaparecerán. Recuerdo bien algo que puede parecer increíble; una salida del año pasado partiendo desde otra ciudad y llegando algo más al sur que en esta oportunidad nos deparó una pesca extraordinaria, en esa oportunidad solo mosca, donde superamos el centenar de piezas y bajo circunstancias de intenso frío. Durante toda la jornada el ecosonda de la lancha se mantuvo señalando entre 9 y 11 grados la temperatura del agua.
La pregunta es ¿porqué no para junio, julio y agosto, meses fríos que tenemos por delante?
Guía de la salida Daniel Suigo Cel. 03329-15602455
Por Jorge López Basavilbaso jclopezbasavilbaso@yahoo.com.ar
Fuente Pescanet del amigo Hugo Gallo Q.E.P.D.