Desde Pezcalandia, queremos dar a difusión que, la expedición de Carlos Soria, ha hecho ya tres etapas de la marcha de aproximación al Dhaulagiri.
Les quedan 6 días para llegar al campo base. El recorrido de este tercer día ha sido bello, salvaje y duro.
La marcha de aproximación al Dhaulagiri es muy bella y poco concurrida. Carlos Soria lleva tres días caminando y hasta el momento su grupo no ha coincidido con ningún occidental. Nada que ver con el trekking del Lhotse/Everest que realizó la pasada primavera cuando ascendió el Lhotse. Si aquél está “plagado” de lugares donde dormir y comer, y es uno de los más visitados del mundo (continuamente te estás cruzando con alpinistas y trekkers de todas las nacionalidades), éste, por el contrario –al menos en esta temporada- no tiene ningún alojamiento abierto, lo que obliga a la expedición de Carlos Soria, a dormir en tienda de campaña en plena época de lluvias. Pero esto también tiene su ventaja: la gente de los pueblos no está muy acostumbrada a ver occidentales, por lo que son absolutamente encantadores y la expedición puede disfrutar de un contacto muy cercano y directo con la vida tradicional nepalí.
Hay dos épocas en Nepal para escalar: antes del monzón (primavera) y después del monzón (otoño). La mejor época es la primavera, aunque hay otoños estupendos y Carlos Soria desea que este sea formidable para así poder ascender el Dhaulagiri.
Carlos Soria ha intentando el Dhaulagiri en otras tres ocasiones. Y en todas ellas ha hecho la marcha de aproximación por otro recorrido algo más corto (4 días). En una de estas expediciones descendió por la ruta que ahora sigue y pensó que era un recorrido bonito e interesante para alcanzar la montaña.
El problema que tiene esta ruta de acceso es que cuesta mucho ganar altura. Hoy, por ejemplo, entre Boghara y Dobang, después de andar 7 horas, salvar cuatro desniveles muy fuertes y hacer un gran recorrido, se encuentra prácticamente a la misma altura a la que durmió ayer: sólo ha ganado ¡200 metros! Carlos utiliza mucho los bastones de trekking durante la marcha de aproximación y también en la montaña. ¿Por qué? “Necesito manejar muy bien los bastones para quitarles peso y esfuerzo a las rodillas”.
Sin embargo, los paisajes y las gentes que está conociendo compensan la dureza del camino. Y por suerte, hasta hoy, las lluvias han esperado todos los días a que el grupo se encontrara ya en el campamento. Tampoco las sanguijuelas, por el momento, han “atacado” demasiado a los miembros de la expedición, aunque ya han sufrido picaduras…
Durante la marcha de aproximación Carlos intenta no pensar demasiado en la montaña. “Son muchas horas andando como para estar pensando en cómo estará la montaña, sobre todo en lo más importante en una expedición en el Himalaya nepalí en otoño: en si ya habrá terminado el monzón, o todavía tiene fuerza y la montaña está cargada de nieve. Lo habitual, si hay suerte, es que la montaña esté en condiciones para ser escalada entre finales de septiembre y primeros de octubre”.
El año pasado, en el Manaslu en esta misma época, Soria estuvo de suerte (era su quinto intento) y alcanzó la cima el 1 de octubre. El otro ochomil que ha ascendido en otoño es el Shisha Pangma en 2005.
De momento, sigue disfrutando la marcha de aproximación, que además siempre es un momento importante en una expedición a un ochomil. “No sólo se trata de llegar a la base de la montaña, durante estos días uno se va aclimatando a la montaña, a la alimentación y a la altura…”
Seguiremos informando los últimos tips de Carlos, a toda nuestra comunidad de Pezcalandia.
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Por Darío Rodríguez
Fuente Desnivel