Como todos los años, una vez que el pejerrey desova y emprende su retirada del estuario del Río de la Plata, comenzamos a buscar a los tan preciados mimosos, o mochuelos. Lo cierto es que este bagre de mar despierta mucho interés al pescador deportivo, tanto por la pesca, como por su salida gastronómica que se le puede dar. Son peces que promedian entre los 2 y 4 kg de peso, llegando algunos a pasar los diez kg.
La pesca de esta especie en Berisso, difiere totalmente de la forma que se pesca en la parte norte del Río de la Plata. Allá por los pozones de la isla Martín García o del Guazú, hay que intentar su pesca con equipos contundentes, debido a las fuertes correntadas de la zona, lo cual obliga a trabajar con plomos muy pesados hasta 400 o más. Distinta esta zona de correntadas menores, nos permite pescarlo con equipos livianos, y plomos que muy rara vez superan los 90 grs. Los aparejos son sencillos, una plomada corrediza rematada con un esmerillón fuerte y ahí sacamos una brazolada de no más de un metro de longitud.
Así fue que junto a tres amigos, ayer salimos de la guardería bien temprano en busca de ellos, 2 kg de anchoas frescas y algunos calamares, fueron las carnadas elegidas para intentar su pesca.
El día amaneció hermoso, con un poco de niebla que llegada la media mañana el sol, se encargó de esfumarla. Navegando con todas los recaudos que la situación, obliga cerca de las once ya estábamos con los aparejos en el agua. Los equipos utilizados fueron cañas de Combo Gibson´s con frontales cargados con multifilamento Power Pro de Shimano, y unos hermosos equipos de Bait dotados de cañas Spinit Amazon 2.10 12-45 lbs con reels Shimano Curado CU100D.
Una vez presentadas las anchoas prolijamente atadas al anzuelos, comenzamos la espera del los primeros toques y corridas. La falta de una buena marea, a veces hace que estos peces no tomen muy convencido los cebos ofrecidos y muchas veces erramos la clavada. Ya con la bajante afirmada, comían mejor y en un rato nos sacamos las ganas, cobrando algunos ejemplares de lindos portes, que nos libraron una digna batalla al momento de sentirse clavados. Cabe aclarar que si el pez no está tragado una vez que lo subimos a la embarcación, sacándole el anzuelo con cuida, es una especie que permite su devolución sin mayores problemas, de ahí en más en la conciencia de cada uno, está devolver con vida lo que no consumiremos.
Adrian Esteban - DUMBO Fishing Team - "Los Mellizos"
Guías de Pesca Profesionales en Berisso - Staff Pezcalandia
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