Desde Pezcalandia, queremos compartir éstos
contenidos, que entendemos como muy didácticos e interesantes, los peces mueren
si no se los devuelve correctamente.
Este informe esta basado en la pesca de las
truchas, pero sirve también para tener en cuenta en todas las capturas que
hacemos en nuestras aguas.
Debido al sentimiento público, la acción de
Asociaciones de pesca, presión y reglamentaciones especiales, más pescadores
que nunca practican la captura y devolución y así, muchos pescadores
comprometidos con la conservación del medio sienten orgullo al liberar un
pescado ileso a su hambiente natural.
Desgraciadamente, existen estudios que indican que aquellos
pescadores que mantienen un pez fuera del agua durante 30 segundos o más,
corren el riesgo de matar al propio pez que pretenden preservar.
Los peces gastan gran cantidad de energía
resistiéndose a la captura. Como consecuencia de esto, la composición química
de su sangre cambia rápida y drásticamente, pero una vez pescado el pez se
estresa y puede morir de un shock.
El miedo innato provoca que el pez salte y
pelee. En este proceso aumentan significativamente las cantidades de ácido
láctico en su cuerpo, llegando a veces a ser letales. El ácido láctico,
que surge de la combinación del agua con el dióxido de carbono, es básicamente
producido en el tejido muscular. Como resultado, el pez se cansa y algunas
hasta mueren porque utilizan todo su oxígeno disponible durante la pelea y
luego son liberadas con altos niveles de dióxido de carbono en sus sistemas. En
esencia, el rigor mortis comienza cuando el pez clavado lucha contra la caña.
Biología de las agallas de el pez.
Para entender que es lo que ocurre cuando un
pez es sacado del agua después de la pelea, examinemos la anatomía de su
sistema respiratorio. Los peces tienen cuatro agallas a cada lado de su cabeza,
justo detrás de la mandíbula. Cada grupo de agallas está protegido por una
cobertura exterior . Las agallas son sostenidas por arcos cartilaginosos
repletos de filamentos rojos. Ubicados en los filamentos de las agallas hay
miles de músculos microscópicos con forma de disco, llamados lamellae
secundarios y estos transforman el dióxido de carbono en oxígeno.
Los delicados lamellae secundarios, donde se
lleva a cabo la transformación de iones y gases, están suspendidos por el agua
que fluye entre ellos. Cuando el pez es expuesta al aire, los lamellae
secundarios colapsan en masa provocando que el pez comience a sofocarse
inmediatamente.
10 técnicas para la correcta devolución
Si Ud. va a devolver los peces (yo le
recomiendo que lo haga), use las siguientes técnicas para hacerlo sin
lastimarlos.
1. Use
siempre anzuelos sin rebaba (rebaba achatada), ya que son más fáciles de
quitar, tanto de el pez como de su ropa o su piel.
2. Use
equipos adecuados para cada situación. Si utiliza equipos muy livianos no podrá
traer rápido al pez y corre el riesgo de lastimarlo.
3.
Recupere el pez tan rápido y suavemente como sea posible.
4.
Mantenga el pez en el agua mientras le saca el anzuelo y la devuelve.
5. Lleve
el pez hacia aguas bajas (no sobre las rocas), arrodíllese si fuera necesario y
quite el anzuelo con la mano sin tocar el pez. Algunas veces el anzuelo sin
rebaba se soltará sólo por el simple hecho de aflojar la tensión de la línea.
6.
Mantenga sus manos fuera de la boca de el pez y nunca, nunca toque sus agallas.
7. Si el
pez tragó en anzuelo, no la saque del agua. Llévelo hacia la costa (no sobre
las rocas) y use fórceps para quitar el anzuelo hacia atrás. Si el
anzuelo está muy adentro, corte la linea lo más cerca posible del ojo del
anzuelo. Este se soltará solo (comúnmente en pocas horas) o se disolverá con el
tiempo.
8. Trate
de no utilizar copos (redes de mano). Estas, especialmente las que tienen nudos
o están hechas de nylon, pueden sacarle a el pez las escamas o la piel. Esta
produce la mucosidad que recubre las escamas y protege al pez de infecciones y
enfermedades. Si debe usar la red de mano, mójela primero.
9. Si
quiere fotografiar su captura, haga que otro saque la foto. Tome el pez por la
cola y manténgala en el agua hasta que la cámara este preparada para tomar la
foto. No tenga el pez fuera del agua por más de 15 segundos.
10. Si fuera
necesario, reviva el pez. Si comienza a nadar con la panza hacia arriba, tómelo
y muévalo hacia delante y hacia atrás frente a una corriente leve. Si luego de
cinco minutos no se ha recuperado y no se ha ido nadando por sus propios
medios, póngala en una corriente más fuerte y enfréntela a ella para que corra
por sus agallas agua con más oxígeno.
La próxima vez que capture un pez, libérelo
ileso. Le quedará un recuerdo que durará para siempre y la satisfacción
de haber devuelto una vida y ayudado a preservar un recurso limitado y de mucho
valor para el futuro de nuestras especies y nuestra pesca.
Otro muy buen tip, que desde Pezcalandia compartimos con la
comunidad.
Fuente
Boletin del Pescador
Agradecimientos
a Gabriel Lopez
Photo
ilustrativa Pezcalandia