En Pezcalandia te contamos que el camping es una tradición de las playas
de Rocha, en un turismo agreste a orillas de un océano verde y bravo. Eso viene
de mucho antes de que el sabor de esas playas fuera descubierto por la
multitud.
Los campings alrededor de La
Pedrera abundan, y tienen perfiles muy diferentes, desde la
variante de “glamping” hasta los más tradicionales, que cobran por día por
persona y la gente se acomoda donde le plazca, con una carpa para cada uno o
una sola carpa para seis.
A medio camino está el camping de Punta Rubia, con todo el sabor de los
campamentos tradicionales pero muy ordenadito, con sus zona para familias, otra
para jóvenes en plan pura diversión, otra para los que viajan con sus mascotas
y otra mixta.
En La Paloma ,
según el puesto de información turística ubicado en pleno centro del balneario,
hay un solo camping: el complejo de La Aguada , ex Los Delfines. En realidad también
existe el camping municipal y un puñado más, aunque no para el público en
general sino para policías o militares o funcionarios del Ministerio de
Ganadería, Agricultura y Pesca.
Glamour
en el monte
Glamping es una palabra que combina glamour con camping y se refiere al resort
Pueblo Barrancas, pegado a La
Pedrera pero muy lejos del ruido del balneario de moda. Es un
barranco de cinco hectáreas a orillas del océano, poblado de cabañas y de
carpas, cada una de ellas instaladas sobre un deck apuntalado por pilares.
Una noche en carpa cuesta US$ 130 por día, en base doble, con desayuno, ropa
blanca, toallas y servicio de carpa, (por llamarlo de alguna
manera) incluido en la tarifa.
Las carpas también disponen de baño en suite, para sentirse como un jeque. La
forma de las tiendas tiene, por lo demás, reminiscencias mongolesas o africanas.
La construcción sobre pilares tiene que ver con un concepto ecológico, que
preserva el carácter de barranco del lugar, aunque hoy lo que era erosión está
tapizado por monte nativo. Las carpas tienen hamaca paraguaya, ventilador y un
sommier. Las hay para dos personas y para cuatro, en tres variedades: yurt, de
campaña y del monte.
Gastón vive en La Pedrera
y trabaja hace un año y medio en la recepción de Pueblo Barrancas y explica que
el concepto es la fusión de la comodidad del hotel y la aventura del camping.
Además hay un restorán gourmet, con huerta orgánica propia, y una piscina en el
deck del restorán. Los pasajes por corredores de madera se iluminan con velas
por la noche y forman una atmçosfera romántica ideal para parejas, aunque en la
actualidad la mitad de los pasajeros son familias.
Lo normal es que quienes visitan el lugar lo hagan para quedarse en el predio y
no para salir de noche ni recorrer. La playa está a unos 150 metros del famoso
barco de La Pedrera.
Solo los que se quedan por largos períodos preguntan por
actividades en la zona.
La
Aguada
Es un camping de 15 hectáreas que en sus épocas de oro, según Marcelo
Silva, su encargado, llegó a estar colmado, con 5.000 huéspedes. “Ahora habrá
unas 600 personas”, calcula Silva. Tiene 450 parcelas con conexión eléctrica,
mesa y banco de hormigón.
Hay también espacios libres y un “espacio verde”, que tiene mesas y fogones
compartidos. Los precios en esta temporada son $200 por persona por día, en el
caso de uno o dos días de estancia; $190, si la persona se queda 3 ó 4 días;
$170 si permanece 5 ó 6 días y $150 por día por persona si la estadía es de una
semana o más.
El público está formado sobre todo por personas de entre 25 y 40 años, y
también niños. “Ahora que no están los boliches, los jóvenes se fueron a La Pedrera , o a Punta del
Diablo”. Se refiere a boliches que hicieron época en la zona, como Pogo y
Arachanes.
Punta
Rubia
La particularidad del camping de Punta Rubia es la división geográfica que
separa a familias y jóvenes y a personas con mascotas. Eso evita que los niños
molesten a los jóvenes de mañana y que los jóvenes molesten a los padres de los
niños de noche.
Hay unas 170 parcelas en total en un espacio a 80 metros del océano, al este de
La Pedrera.
Se entra por la ruta, apenas pasando La Pedrera , o por la playa, para los que van a pie desde
La Pedrera.
Los salidores tienen los boliches de La Pedrera a disposición y pueden volver por la
playa sin miedo a que los atropelle ninguna 4x4.
Fuente
El Observador