Desde
Pezcalandia, ponemos a difusión, este informe que nos remitieran desde fuente
lamentablemente desconocida.
En
el río Oyacachi, en Napo, éste es uno de los sitios favoritos de los pescadores
deportivos, quienes en la población del mismo nombre, obtienen un permiso para
poder ir a pescar.
El
clímax de la pesca con mosca ocurre cuando la trucha vuelve a mover sus aletas
debajo del agua, formando una senda ondulada que se va perdiendo a lo lejos en
el río. En ese momento cumbre, cuando el pez vuelve a ser uno con el agua, se
advierte una sonrisa en Pedro Ordóñez, quiteño que encuentra alegría al pescar
en medio de ríos, lagos y acantilados.
Metido
en el agua, con un traje especial para evitar el frío y no mojarse, el pescador
deportivo se regocija cuando el hilo de nylon se tensa, con sus manos firmes en
la caña atrae el anzuelo para quitarlo cuidadosamente de la trucha, mirarla
unos segundos y soltarla.
En
ese intento de pescar, enrollar y dejar ir puede pasarse tres y cuatro horas
sin problemas.
Ordóñez
es un pescador deportivo que disfruta mientras sostiene una caña. Esta
actividad ha dado incontables alegrías a él y a sus amigos, por lo que rara vez
se lleva algún animal a casa.
Para
no depredar, suelta con alegría las truchas, que son los peces que abundan en
los ríos y lagunas de la
Serranía , adonde suele ir. Con eso evita la extinción del
animal y ayuda para que nuevas generaciones de pescadores continúen disfrutando
de la naturaleza en una actividad de paciencia, en la que se aprende a cultivar
el silencio.
Sus
aventuras las realiza en medio de montañas, con el sonido del agua, que en
ocasiones le cubre más allá de las rodillas. A veces deja la orilla y si no hay
mucha corriente se mete al agua para acercarse a los sitios donde están
reunidos los peces. Los pescadores expertos pueden reconocer con una mirada el
sitio ideal para lanzar la caña. Pero antes de llegar a esos parajes
encantadores algunos confeccionan sus propias moscas, lo que luego les permite
tener éxito.
Un
ejercicio de paciencia Giancarlo Tescaroli es otro apasionado de la pesca con
mosca. Él es italiano y reside en el país desde hace unos 32 años. Tanto es su
gusto por elaborar moscas y luego engañar a los peces, que puede pasar horas en
la tranquilidad de las noches elaborando pintorescos señuelos antes de ir a los
ríos y lagunas cercanos a Quito.
Con
su pericia consigue hacer tres moscas en una hora. Las moscas sirven para
engañar a las truchas y que piquen, pues simulan ser los insectos que suelen
comer en su hábitat natural. Por eso Tescaroli las elabora por decenas, en
diversos colores, tamaños, formas y texturas.
Algunas
se utilizan cuando hace mucho sol, otras para atrapar peces bajo la sombra de
un enorme árbol. En ocasiones, cuando las truchas están en el fondo, usa las
llamadas ninfas y larvas. Los pescadores deportivos son, a su manera, también
entomólogos, es decir esos estudiosos de los insectos porque conocen en qué
hábitat se desarrollan, qué comen, por qué son de tal o cual color. Elaborar
una mosca es un proceso laborioso. Se usan materiales sintéticos y animales.
Plumas de aves, hilos de colores, pelos de animales salvajes.
Para
hacer moscas se necesita usar un torno… es todo un arte que entretiene y
disipa. En ocasiones, según reconocieron ambos aficionados, se reúnen entre
amigos y entre charla y charla elaboran su mejor señuelo. Cuando están en el
río llevan decenas, hasta cientos de moscas debidamente clasificadas. Se las
prestan o las intercambian. En la pesca deportiva la intención principal es la
de no lastimar las truchas ni dañar el medio ambiente.
Aquí
no gana el que saca el pez más grande ni el que se lleva a casa más kilos de
pescado.
Los
ganadores son, sin duda, los que más pueden disfrutar de todos los momentos que
engloba esta dinámica actividad.
registros
de pesca con mosca desde el siglo 2 a.C. Se
conoce como moscas, a los señuelos artificiales que sirven para pescar y que
tienen forma de insectos, de peces pequeños, crustáceos... Hay
En
la actualidad hay seguidores de esta modalidad en todo el mundo.
Las
moscas más elaboradas tienen cabeza, alas, pata.
Un tip mas de Pezcalandia
Photos
Vicente Costales
Por
Carlos Rojas Acevedo