Desde Pezcalandia, les contamos
como Diego Aprigliano, especialista en la pesca de ésta especie, nos aconseja sobre
cómo capturar éstas bestias que ofrecen pura emoción.
Su historia es similar a la de cualquier pescador.
Recuerda con claridad que su padre, al que no le
gusta la actividad, lo llevaba a cazar, pero él prefería quedarse en cualquier
charco con su mojarrero. Su pasión por el deporte fue creciendo y pasó a probar
suerte en el Río de La Plata
o en cualquier otro lugar cercano a su casa. "Todo cambió cuando mi papá
me regaló un equipo despinning con
dos señuelos que aún conservo. Estuvieron mucho tiempo en la caja porque no
había muchos que supieran sus secretos. Fue suficiente que concretara la
primera captura para que sintiera algo revelador y no paré más", explica Diego Aprigliano, especialista
en la pesca de tarariras.
- ¿Cómo te
enganchaste con las taruchas?
- Creo que fue una cosa
natural. Obviamente, por los lugares que frecuentaba, era la especie más
tentadora (sino la única) para pescar con señuelo. Hay otro detalle: no había
tantos artificiales y en el Río de la
Plata a nadie se le ocurría todavía tirar un señuelo para
tentar a los dorados que tampoco abundaban. Así que la especie ideal para el
spinning era la tararira.
- ¿Qué tiene de
especial?
- Me parece que lo más
admirable es lo impredecibles que son. Mirá que llevo años pescándolas y no
dejo de asombrarme cuan difícil es tentarlas en algunas ocasiones. Si bien a
veces uno captura muchas y de forma fácil, tal vez al día siguiente repetimos
la pesca en iguales condiciones y no conseguimos clavar ni una. Sin duda su
comportamiento tiene algo de caprichoso. Eso y la violencia de los piques,
normalmente a la vista, son sin duda las dos cosas que más me atraen pescarlas.
Diego sabe perfectamente que la pesca de "taruchas" tuvo un fuerte
desarrollo en todo el país. También cree tener la razón de esta moda. "Se
divulgó hacia el interior del país porque se ha producido un vacío en los
pesqueros tradicionales de la provincia de Buenos Aires", comenta en la
charla que mantuvo en LG Deportiva.
- ¿Por qué se
produjo este fenómeno?
- Hace unos años los
pescadores de capital y del Gran Buenos Aires no salían de la provincia para
pescarlas. Actualmente la presencia de tarariras en las lagunas bonaerenses han
sido diezmadas por diversos motivos. A los deportistas no les quedó otra que
buscar nuevos lugares en el sur de Entre Ríos para encontrarlas. Creo que este
fenómeno es lo que hizo que se revalorice la tararira como pez deportivo.
- ¿Y cómo se
propagó al resto del país?
- Este boom se dio en todo el Litoral. Antes no se
le prestaba demasiada atención y su presencia se veía opacada por el dorado y
el surubí. Al descubrirla, muchos se volcaron a su pesca y de ahí se extendió
al resto del país.
- ¿Cuál es la técnica más exitosa para pescarlas: carnada, baitcasting,
spinning o fly cast?
- Creo que es sólo una cuestión de gustos que modalidad a elegir. Cualquiera de
las técnicas que nombrás, en presencia de tarariras, seguramente será exitosa.
Ahora, si puedo elegir, jamás las pescaría con cebos. Me parece un desperdicio
perderse la adrenalina del pique a la vista con un artificial. Siento que la
tararira es un pez que fue creado para ser pescado con señuelos. No son tantas
las especies que los toman con tanta voracidad y violencia como la tararira. Me
arriesgo a decir que, por su carácter de depredador territorial, los
artificiales son muchos más efectivos que la carnada, sin contar que brindan
una mayor diversión.
- ¿Qué equipos
recomendás usar?
- En casos promedio, con
peces de entre 1 y 2 kilos de peso uso equipos de baitcast de 12 a 17 libras de
resistencia. En casos extremos de tarariras muy grandes o de vegetación de muy
densa superficie se puede llegar hasta un equipo de 20 libras. Pero si
encontramos un reducto con taruchas pequeñas (menos de un kilo) lo mejor es
recurrir a un equipo de spinning ultra light que potencializará la diversión.
Aprigliano es un
especialista en la pesca de esta especie. Uno de los hombres que transmite sus
conocimientos en las reuniones que habitualmente realiza la Asociación Argentina
de Pesca con Señuelos (AAPS). "Opino que es fundamental conocer
básicamente algunos aspectos de su comportamiento", aclara rápidamente.
- ¿Qué hay que
tener en cuenta?
- Es un pez depredador y
territorial. No obstante, las tarariras no siempre se mueven a sus anchas. Hay
escenarios donde claramente son los depredadores superiores del ecosistema y
otras situaciones donde conviven con dorados y palometas que las atacan y que
limitan de alguna manera sus movimientos, quitándoles ese privilegio de dominar
el ambiente. Hablo de las dos situaciones típicas del 90% de los pesqueros de
Argentina, aunque puede haber otras. De ello depende entonces que las
encontremos "desparramadas y selectivas" o "acorraladas y
desesperadas". En el primer caso es posible que no tomen cualquier
señuelo, aunque se lo pasemos por delante de la nariz. Porque tiene comida de
sobra y entonces seleccionan mucho más y eligen qué atacar. Y en el segundo
caso atacan de manera más franca, pero es más difícil capturarlas por la
vegetación. Eso es lo divertido, nunca es fácil pescar tarariras.
- ¿Cómo se hace para pescarlas en estas condiciones?
- En el caso de una laguna donde la tararira domina por sobre las otras
especies, es posible que nos resulte más complejo dar con el señuelo correcto.
Probablemente haya que tentarlas con diversos tipos de artificiales hasta dar
con la preferencia de las tarariras, ver en qué profundidad están comiendo y si
atacan señuelos ruidosos o silenciosos.
- ¿Y en el otro
caso?
- En un arroyo, por
ejemplo, donde conviven con dorados y palometas que las acorralan, las
tarariras suelen refugiarse contra las orillas, desbordes y
"playadas". Es solo cuestión de tentarlas, ya que al estar limitadas
en su movimiento, atacan cualquier cosa que se mueva. En este caso la
problemática se reduce a eludir la vegetación usando algún señuelo
antienganche, por ejemplo, o buscar un artificial que las despierte por
movimiento o sonido.
- ¿Por qué estás dispuesto a transmitir tus conocimientos?
- El fin principal de la AAPS
es difundir la pesca con señuelos en todo nuestro país. Sabemos que en
Argentina la pesca es un deporte recreativo muy popular, pero esta modalidad no
está demasiado difundida aún. Considero que es un pequeño salto evolutivo respecto
a la tradicional. No somos fundamentalistas ni elitistas, pero sí creemos que
debemos ir un paso adelante. Me sumo a la movida porque comparto el deseo de
difusión para que cada vez más gente comprenda que hay otras maneras de pescar
diferentes, más activas y más amigables con el medio ambiente y las especies.
Para conocerlas
mejor
Científicamente fueron bautizadas como Hoplias Malabaricus, pero se las conoce
como tarariras, aunque también de acuerdo a las distintas zonas donde habita,
se las llama "dientudo", mientras en Santiago del Estero son
conocidas como "zoco". Es una de las especies de agua dulce de mayor
combatividad, cualidad a la que agrega astucia, voracidad y acrobacia. Se las
puede pescar desde Venezuela hasta en las lagunas de la Pampa.
No tiene enemigos naturales en aguas estancandas por lo que su proliferación es
bastante sencilla, mientras que en cursos abiertos tiene como principales
predadores al dorado y la palometa. Su alimentación básica, en la mayoría de
los casos son las mojarras, ranitas, pejerreyes, sábalos de menor tamaño y en
general cualquier alevino de diferentes especies que se le acerque.
De hábitos sedentarios, este pez es uno de los más deportivos y anhelados por
los aficionados en diferentes países. Su contextura física, de cuerpo casi
cilíndrico, le permite desarrollar una inusitada velocidad de ataque sobre su
presa o los artificiales con los que se las tienta.
Su dentadura prominente, enmarcada en una boca grande y robusta, le garantiza
un dominio soberano sobre toda el área de su territorio.
No obstante su aparente ferocidad, la tararira ejerce este dominio,
fundamentalmente, para proteger a sus crías. Ello le ha ganado el mote de madre
ejemplar entre todos sus congéneres.
Fuente:
La Gaceta