viernes, 13 de noviembre de 2015

Llegan los monstruos de río




Difundimos en Pezcalandia que en esta época, de manera natural, las lluvias se detienen y baja el nivel de agua de los ríos del Meta, Guainía, Guaviare y Vichada. Y a menos agua, hay más peces por metro cúbico. Este fenómeno natural es el más esperado por pescadores colombianos y de todo el mundo para viajar a estos departamentos a capturar algunas de las especies más agresivas, grandes y vistosas de la fauna colombiana: el tucunare, la payara y bagres enormes como el valentón y el amarillo.
Cristian Vanegas y Daniel Mejía son dos guías de pesca en Medellín que llevan grupos de pescadores a diferentes lugares de los Llanos Orientales. Para la pesca del tucunare, Daniel Mejía recomienda cañas de 5.6 o 6 pies de longitud, que son un poco pequeñas, pero permiten maniobrar con facilidad señuelos de superficie como torpedos, paseantes y poppers, así como carretes de casting y con velocidades superiores a 7.0, para poder sacarlos del agua a la mayor velocidad posible. En el caso de la pesca de payaras, Mejía recomienda cañas de acción heavy o extra heavy y más largas, de 6,6 y 7 pies, para hacer más palanca a los señuelos y poder enganchar a estos peces, que tienen una boca llena de cartílagos, dientes y huesos que es difícil de enganchar con los anzuelos.
Cristian Vanegas recomienda para las payaras los señuelos Rapala Magnum, de pala metálica y plástica, de números 14 a 20 y colores vistosos como el naranja, el verde ácido, el fucsia, tonos rojos y amarillos, para que los peces vean el señuelo con más facilidad en el agua.
Para los bagres, Cristian Vanegas recomienda cañas de máximo 6 pies, de acción extra heavy, porque permiten soportar faenas con animales de hasta 100 libras de peso. Estos peces suelen pescarse con carnada viva, lombrices o peces pequeños, que se insertan en un anzuelo. Vanegas recomienda que estos anzuelos sean redondos, referencia que permite que el pez sólo se chuce en la boca y resbale por sus entrañas en caso de que se lo trague por completo.
La pesca suele ser vista como una afición, pero los pescadores deportivos intentan a toda costa minimizar los daños. Su objetivo no es vender sus capturas ni comérselas por completo, sino devolverlas a los ríos para poder pescarlas de nuevo en el futuro.

Fuente El Colombiano