miércoles, 4 de mayo de 2016

San Cayetano, jornada para el recuerdo


Te contamos en Pezcalandia que la Salada demostró que está en un gran momento y se perfila para ser una de las lagunas vedettes de la temporada. Los pejerreyes se hacen presentes en cantidad y calidad y dan mucha pelea.
Buscando en forma reiterada la ruta de los grandes pejerreyes, nuestro GPS imaginario nos llevó directamente hacia el balneario de San Cayetano, donde en estos días fue reabierta la laguna La Salada, ubicada muy cerquita del mar y antes de llegar al propio balneario. Este espejo tiene una vista muy singular, rodeada de pinos y médanos que enmarcan una situación ideal de pesca.
Posee forma casi rectangular y una superficie lineal de alrededor de 7 km de largo, contando con sectores muy bajos y otros que al día de hoy llegan con suerte a 1,50 m de profundidad. En la margen opuesta a los pinos se encuentra un alambrado hundido: en caso de querer traspasarlo hay que hacerlo siempre con mucho cuidado. Este espejo de agua, en su primera parte, permite también actividad recreativa utilizando kayaks y tablas de windsurf sin invadir la zona de pesca propiamente dicha. Siempre fue una laguna con muy buen pique y esta temporada no es la excepción. Pudimos comprobar que tiene mucha actividad y se mezclan numerosos ejemplares de muy buen porte con varios que rondan el kilogramo de peso.
El pueblo de San Cayetano es un abonado a experiencias pesqueriles en lagunas no muy grandes pero que conservan ese fuego sagrado, brindándonos siempre calidad y cantidad en la pesca de pejerrey. Hace muy poco tiempo habíamos realizado un relevamiento en una de las tantas lagunas con resultados sorprendentes y ahora queríamos superarnos y no fallar, por eso volvimos a elegir este pesquero.
Para llegar hasta San Cayetano desde Capital Federal debemos tomar ruta 3 hasta la rotonda de Gonzáles Cháves y allí doblar por la ruta 75 hasta la rotonda de acceso. En total son aproximadamente 520 km que hay que hacerlos con tiempo y tranquilidad.
Pusimos en condiciones todos nuestros equipos y hacia allá partimos. En el lugar nos esperaría nuestro amigo Carlos El Calabrés Di Loreto para comer un rico asado y contarnos cómo estaba la pesca en general por la zona. Llevamos equipos de cañas telescópicas de hasta 4,50 m de largo, reeles frontales chicos y medianos cargados con multifilamento 0,18 mm y otros con nylon 0,30 mm. Durante la noche anterior le pasamos vaselina o flotalíneas para que flote y sea más efectivo en el momento de la clavada.
Boyas y carnada 
El equipo se completó con gran variedad de líneas de flote con distintos formatos y colores, elegidas según el pescador se sienta cómodo. En esta ocasión nos inclinamos básicamente por cuatro modelos de boyas de madera balsa, para probarlas en distintos momentos de la pesca. Algunas fueron armadas con boyas Cribal del tipo cometa 205 y chupetonas 220, que le dan volumen y una buena visión cuando se alejan del bote. Otras
con Criterio palito desparejo número 8 bicolor, ideales para utilizar cuando el sol nos encandila. Y el último grupo formado por Criterio modelo lágrima número 30, una boya que va bien aplastada en el agua y marca perfectamente el pique. Todo acompañado por buenas porciones de mojarras vivas, que a la postre fueron la mejor carnada.


Fuente Weekend