Desde
Pezcalandia compartimos un ranking actualizado de nuestros mayores cerros de
Mendoza. Después de todo, las cumbres que se ven tan vistosas en estas mañanas
de invierno tuvieron un rol protagónico en la gesta de la Independencia. El
ranking también podría ser útil para informar a los turistas o a los niños
(suponiendo que levantaran la vista de la tablet) durante los paseos de
vacaciones.
Pero
resulta que no es tan sencillo. Para empezar, muchos de los cerros principales
están escondidos en el corazón de la cordillera y no son visibles desde sitios
poblados o rutas. Pero principalmente, determinar las elevaciones con precisión
es una tarea compleja y costosa. En la Argentina y en Mendoza las mediciones
oficiales son de hace décadas y tienen imprecisiones considerables.
El
Plata es un ejemplo. Durante años tratamos a esta cumbre nevada que domina el
Gran Mendoza con los honores de "un seismil" -en la jerga de los
andinistas, las montañas que superan los 6.000 metros-. Después de todo, los
datos oficiales del Instituto Geográfico Nacional (IGN, ex IGM) le daban 6.310
metros y el margen de error no podía ser tan grande. Resulta que sí lo era y
que el máximo exponente del Cordón del Plata no alcanza la cota 6.000.
De
acuerdo a Pablo David González, arquitecto y autor de "50 Cumbres de 3.000
a 5.000 metros. Andes de Mendoza, Argentina", el consenso actual es que el
cerro El Plata mide entre 5.950 y 5.970 metros (por lo tanto se cae del
ranking, señores).
Esa
cifra es el resultado de ponderar mediciones realizadas mediante GPS
comerciales y fuentes como imágenes satélitales. Pero tiene limitaciones. Así
lo explica Luis Lenzano, investigador de la UNCuyo y del Instituto Argentino de
Nivología y Glaciología (Ianigla). "Para medir un cerro es necesario hacer
una serie de mediciones, llevando equipos de 20.000 dólares a la montaña. Claro
que es más sencillo subir con un pequeño navegador de mano de 200 dólares, pero
el margen de imprecisión va a ser de muchos metros, sobre todo si no existe un
trabajo de tratamiento posterior de esos datos", indica en su oficina
repleta de cajas de instrumental y mochilas de expedición.
Lenzano
es un referente en el tema. Dirigió el "Proyecto SIGMA", un trabajó
que reunió a instituciones académicas y gubernamentales para medir con
exactitud la elevación del cerro Aconcagua. Entre 2010 y 2012, el estudio
involucró trabajo de terreno desde el nivel del mar hasta la cumbre,
instalación de estaciones permanentes y dos años de análisis posterior. Se
utilizó tecnología satelital, contrastada y corregida mediante nivelación
gravitacional. En otras palabras, se complementó la matriz de información
matemática que brindan los satélites con mediciones en la superficie física de
la Tierra.
El
resultado fue una altura de 6.960,8 m, con un margen de error de 20 cm. Esta
elevación es la que acepta actualmente el IGN como máxima altura de la
Argentina. Pero el Aconcagua es una excepción, que logró atraer los fondos y la
atención necesarios para una medición tan específica por su condición: es el
más alto. Las únicas elevaciones mayores a nuestro cerro están en las cadenas
del Himalaya y Karakórum (entre Paquistán, la India y China). Fuera de estas
cordilleras asiáticas, el sitio a mayor altura sobre el nivel del mar del
planeta está íntegramente en territorio mendocino y es la cumbre del Aconcagua.
Volviendo
a la escala local, el segundo puesto del ránking provincial lo ocupa el volcán
Tupungato. Esta bella montaña, con su domo nevado visible desde el Gran Mendoza
y el Valle de Uco, atrae menos reflectores. Pero como es una cumbre limítrofe,
podemos recurrir a las mediciones del IGM chileno, que se consideran más
actualizadas. Esa entidad le asigna 6.570 metros al volcán, altura que también
utilizan las publicaciones internacionales y nacionales de montañismo. El autor
escocés John Biggar, que lleva décadas estudiando los Andes y es considerado
una autoridad mundial en el tema, ubica al Tupungato como el número 14 entre
los 100 "seismiles" de toda la Cordillera de los Andes.
Muchas
son las historias que guarda el volcán. (Una menor: la de un montañista chileno
que, subiendo al Tupungato desde su país, en los años 50, se perdió y decidió
bajar al campamento. No encontró su carpa y decidió seguir bajando hacia los valles
chilenos, para dar con algún arriero. Cuando a los muchos días se topó con unas
casitas, se enteró de que estaba en Punta de Vacas, Mendoza
).
El
tercer puesto del podio es para un verdadero "tapado". ¿Cuántos
lectores habrán oído hablar del Cerro San Juan, o Alto San Juan, como lo
conocen en Chile? Se trata de una gran muralla de hielo y roca, escondida en la
Cordillera Limítrofe, al sur del Tupungato. Es de acceso largo e intrincado
desde ambos países. Tan sólo llegar a ver la silueta del San Juan es
complicado; hay que pasar el Portillo Argentino y bajar al valle del Tunuyán. Y
para llegar al pie del monte, es preciso caminar o montar varias jornadas.
Tanto el IGM chileno como las publicaciones de montaña le asignan 6.148 metros
a este cerro. Según la lista de J. Biggar, está en el puesto 55 de los
"seismiles": al medio de la tabla.
El
San Juan, Alto San Juan o directamente Alto, es un ejemplo de la otra cuestión
que complica a los cartógrafos (o al menos a los confeccionadores de ránkings):
¿Cómo se considera a las montañas que tienen más de una cumbre, o elevaciones
menores asociadas? ¿Cuándo es un cerro independiente y cuándo un pico
"satélite"? En nuestro caso: apenas al sur del San Juan, y unido a
éste por un filo, se encuentra la vistosa cumbre que nosotros llamamos Mesón
San Juan y en Chile se conoce como Nevado Piuquenes. El glaciar en forma de ola
que cubre la cima es una vista característica del Cruce de los Andes por el
Paso Piuquenes. Tiene su punto mayor en los 6.012m. Lo cual le garantizaría - a
duras penas- su membresía en el club de los seismiles. Pero autores como Biggar
le niegan entidad como montaña independiente, y lo consideran un apéndice del
San Juan. Esto porque entre el punto más bajo del filo que une las dos cumbres
(el portezuelo) y la cumbre del Mesón, no hay 400m de "reascenso".
La
cuarta montaña más alta de Mendoza, siempre según las referencias ya citadas,
es el cerro Marmolejo. Su ubicación al sur del Tupungato (entre este volcán y
el Maipo) y sus 6.108 metros le dan el título de "el seismil más austral
del mundo". Es tan poco visible desde el llano como su vecino San Juan y
también integra la línea de altas cumbres divisoria de aguas.
En
el quinto lugar aparece el punto más alto de la Cordillera Frontal -que es el
sistema de montañas entre la Precordillera y el Cordón Principal o del Límite-.
Se trata de una figura familiar: el cerro Negro Pabellón, visible desde la
ciudad de Mendoza. Es la silueta con dos cumbres que se ve hacia el sur,
siguiendo la línea que forman el Plata y el Tupungato. Como queda íntegramente
en territorio mendocino, no existe medición del IGM chileno. La medición de
nuestro IGN es de 6.157m, pero los especialistas privados lo ubican entre 6.055
m y 6.086 m.
Un
detalle interesante: el Negro Pabellón es el único seismil cuyo primer ascenso
fue realizado por mendocinos. Fue en el año 1953 y los pioneros fueron don
Andrés García, José Almécija, Dante Maniero y Dante Bañón.
El
histórico Nevado del Plomo le sigue en altura. Se ubica cerca del Aconcagua
hacia el norte, en el límite con Chile. Es otro gigante oculto, que se ve desde
pocos sitios. Pero a diferencia de sus vecinos, el Plomo es más conocido porque
sus glaciares -principal aporte del río Mendoza- causaron el aluvión de 1934
que arrasó varias villas cordilleranas y el trazado del Ferrocarril Trasandino.
A
pocos kilómetros de distancia se encuentra el Nevado Juncal, que según la vieja
cartografía del IGM era el mayor de los dos y superaba los 6.200 metros. Las
mediciones más modernas indican que el Plomo alcanza los 6070m, pero el Juncal
queda apenas por debajo de la cota seis mil.
Los
glaciares de estas montañas conforman un enorme reservorio de agua dulce, el
segundo de Sudamérica (el primero son los Hielos Continentales patagónicos). El
paisaje singular de este rincón de la Cordillera es de una belleza que corta el
aliento y se encuentra protegido dentro del Parque Provincial Tupungato.
La
lista de "seismiles" de Mendoza se completa con el mencionado Mesón
San Juan / Nevado de Piuquenes (6012m), si aceptamos el criterio
"histórico". Este considera que si una elevación tiene un nombre y un
registro histórico, es una montaña independiente aunque esté conectada a otra
mayor. Para montañistas locales como Pablo González, el Mesón definitivamente
clasifica como cerro.
Las
tres cumbres que completan nuestro "top ten" están justo por debajo
de los seis mil metros. Los dos menores son nuestros viejos conocidos Nevado
Juncal y Plata. El mayor es otro invisible de pura cepa, el cerro Polleras. Es
una pirámide de líneas afiladas, ubicada en un recoveco de difícil acceso entre
el Plomo y el Tupungato. Cuatro o cinco días a caballo se necesitan para llegar
a sus faldas desde Punta de Vacas, y es remoto también desde Chile.
Fuente
MDZOL