viernes, 4 de noviembre de 2016

Cumbre en la montaña asesina


Te contamos En Pezcalandia que el 26 de febrero, el vizcaíno Álex Txikón, el italiano Simone Moro y el pakistaní Ali Sadpara hacían historia en el montañismo mundial: tras tres décadas de intentos, eran los primeros en hacer cumbre en una ascensión invernal al Nanga Parbat, conocida como 'la montaña asesina' con sus 8.126 metros, que la convierten en la novena más alta del planeta. El relato de la consecución de ese reto será el colofón de las Jornadas de Montaña que organiza la Agrupación de Protección Civil de Arnedo entre el 14 y el 17 de diciembre. 

De hecho, y dada la repercusión de su ascensión invernal, la propuesta de participar en las jornadas arnedanas y contar con Moro, número uno mundial, y Sadpara ha motivado que el equipo ofrezca otras tres conferencias en otros puntos del país. La cita de Arnedo atraerá a decenas de aficionados de todo el mundo al Teatro Cervantes desde las 19.30 horas del 17 de diciembre. Antes, las Jornadas contarán con otras tres conferencias, éstas en la Casa de Cultura arnedana desde las 20.15 horas: el alpinista extremo Alberto Iñurrategui, segundo en ascender los catorce ochomiles tras Juanito Oyarzábal, abrirá las Jornadas el 14 de diciembre con 'Elogio del fracaso' sobre la oportunidad de aprender de los errores; al día siguiente, Luis Alberto Hernando, campeón del mundo de ultra-trail, hablará sobre las carreras de montaña; y el viernes 16 de diciembre el joven de 16 años Mikel Linazisolo, uno de los dos únicos jóvenes del mundo que han firmado dos vías de escalada de máximo grado de dificultad, expondrá su reto de llegar a las Olimpiadas de Japón 2020, en las que será disciplina la escalada deportiva. «Lo conseguimos a base de mucho esfuerzo», asentía Txikón ayer en Arnedo en la presentación de las Jornadas. Como explicará en su relato, el logro del Nanga Parbat parte de la prohibición, tras un año de preparación, del Gobierno chino en el invierno 2014-15 a su equipo a acometer el K-2 por la vertiente china. Ante esto, decidieron «improvisar» sobre el Nanga Parbat. «Esa experiencia previa nos llevó a hacer cumbre», afirma. Y también la planificación. Txikon advirtió de que anteriores intentos atacaban la montaña por sus puntos técnicamente más débiles, que permitían llegar a sus 7.800 metros pero a cuatro jornadas de cumbre inviables con temperaturas inferiores a 50 grados bajo cero. «Vi que había que intentar la vertiente clásica de 1962 de Kinshofer, por la cara Diamir», explica. Otras cinco expediciones lo intentaron a la vez que la suya.
Fuente La Rioja