Difundimos
en Pezcalandia que muy cerca de Bahía Blanca, Safari San Miguel hizo su
presentación como nueva alternativa de pesca con muy buena variada de mar, acá
van todos los detalles del lugar.
Con la llegada del verano y las primeras temperaturas altas, seguimos
recorriendo los nuevos pesqueros que nos brinda la provincia de Buenos Aires.
Con el objetivo puesto en el mar emprendimos el
viaje hacia la localidad de Teniente Origone, en el partido de Villarino, al
sur de Bahía Blanca.
La propuesta era visitar la estancia San Miguel, propiedad
de Alejandro Marengo, que brinda una oportunidad única de reencontrarse con la
naturaleza, el relax y el confort. Y también probar con la variada de mar, que
arranca en el mes de septiembre y se extiende habitualmente hasta mayo.
Se parte desde un muelle privado, con una
navegación de 15 minutos hasta la zona de pesca en la reserva natural de Bahía Falsa,
perteneciente a una parte del estuario de Bahía Blanca. El ámbito cuenta con
aguas bajas, canales profundos, gran variedad de islas y bancos que lo
convierten en un lugar paradisíaco y, a su vez, seguro para navegar.
La
pesca y los equipos
La pesca que predomina es una
abundante y rica variada, destacándose las corvinas de muy buenos portes, pero
también hay gatuzos, pescadillas, rayas, chuchos y bagres de mar.
Los equipos a utilizar son
cañas más bien cortas, de 2 a 2,20 m, para tener buen control y poder accionar
bien (se provee de equipos a quienes no los posean). Las líneas son de dos
anzuelos, pero también se pueden utilizar las de uno, según la comodidad de
cada pescador. El anzuelo que mejor rindió es el tradicional corvinero de pata
larga. Los plomos de 150 a 400 gramos, en el caso de que haya mucha corriente.
Pueden ser utilizados reeles rotativos o frontales, con nylon de 0,60 mm o
multifilamento de 0,28 mm. Las carnadas empleadas en esta jornada fueron
langostinos y anchoas, provistas en el lugar.
Arribados a la zona elegida para la pesca y luego de recorrer
15 minutos en cómodos truckers, paramos el motor y anclamos. Con viento suave
del sector norte, dimos comienzo a la pesca y realizamos los primeros intentos.
Por lo general, los que utilizamos líneas con dos anzuelos optamos por dividir
la carnada: anchoas en el anzuelo de arriba y langostino en el de abajo. Y para
las líneas de un solo anzuelo se utilizó el tradicional sandwichito, que nunca
falla. Los piques no se hicieron esperar. No alcanzaba a llegar el plomo al
fondo que ya tomaban con total voracidad los cebos. Los piques de gatuzo y de
pescadilla fueron uno tras otro, tanto que Nicolás y Ariel concretaban dobletes
de ambas especies. Gonzalo nos comentaba que no se iban a demorar en picar las
corvinas. Y así ocurrió.
Aparecieron
las rubias y las carboneras en nuestros aparejos, resultando una pesca muy
entretenida durante toda la jornada. También se obtuvieron dobletes de rayas y
chuchos, palometas, espinillos, bagres, banderitas, etc. El tiempo pasó muy
rápido con tal excepcional pesca. Por la tarde, la marea comenzó a crecer y ya
con el objetivo consumado con creces dimos por concluida la pesca luego de seis
horas.
Después de una tranquila
navegación de regreso arribamos al muelle para desembarcar, donde nos esperaba Agustín
para trasladarnos hasta el quincho, hablar de la experiencia y recuperar
fuerzas. Es importante destacar que aquellos que gusten y quieran realizar la
pesca desde la costa también lo pueden hacer, incluso desde el muelle que
cuenta con un refugio. Desde allí es posible pescar distintas especies, como
pejerreyes, lenguados, lisas y burriquetas.
Otra opción para los amantes de la pesca más pesada es la del
tiburón, que ya dio comienzo en estos lares. Los guías están haciendo salidas
diarias a esta modalidad, que se realiza exclusivamente con devolución. Está
muy firme también la captura de flechas de plata: con equipos ultralivianos y
adecuados para esta modalidad lograremos una excelente cosecha de pejerreyes.
Sin embargo, esperar a los meses de marzo y abril sería lo más aconsejable para
esta especie tan codiciada.
Fuente Revista Weekend