En Pezcalandia compartimos con nuestra comunidad que la
pesca indiscriminada que llevan adelante pescadores furtivos en la zona del
vertedero central de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), afecta directamente
el programa turístico de Ituzaingó y Ayolas. Autoridades argentinas y
paraguayas deben buscar soluciones de forma conjunta para erradicar el
verdadero flagelo. El pescado es contrabandeado hacia Brasil. El
responsable de la Secretaría de Turismo de la ciudad de Ituzaingó (Argentina),
Marcos Pintos, señaló que la pesca deportiva, principal actividad turística de
la comunidad, se ve afectada por la constante depredación ictícola en el
vertedero de la central de la hidroeléctrica Yacyretá. La pesca furtiva también
perjudica a numerosas familias que dependen del rubro porque no existe
repoblación. “Nos vemos muy afectados por el
flagelo de la pesca furtiva. Se está depredando el río Paraná, tanto en
Argentina como en Paraguay, por ambiciones personales o a modo de subsistencia.
La venta de los pescados está afectando directamente al turismo en el ramo de
la pesca deportiva, que es la atracción del 50% de los visitantes de la
Argentina o de países vecinos, como Paraguay y Brasil. Vienen a nuestra ciudad
con el objetivo de poder pescar un ejemplar de dorado o surubí, pero al ver que
no sacan nada se resisten a regresar nuevamente en alguna otra oportunidad”,
comentó Pintos. Comerciantes y guías de
embarcaciones de Ayolas también se quejaron de la situación. Señalaron que en
los últimos tiempos se observa menor cantidad de turistas pescadores,
principalmente del dorado. Los que vienen vuelven a sus
países desencantados al no poder capturar alguna pieza de la especie, que va
desapareciendo a causa de la depredación ictícola. “Se van descontentos porque
vienen de muy lejos, tienen muchos gastos y al no poder sacar al tipo de pez,
principalmente el dorado, que es lo que más se quiere, manifiestan su malestar
señalando que prefieren no volver más”, dijo Ramón Giménez, un guía de embarcaciones. El encargado de la oficina de
Flora y Fauna de Ituzaingó, Armando Ortiz, dijo que este mal también involucra
a pescadores furtivos de Argentina. Señaló que la solución se debe buscar en la
Comisión Mixta Argentino-Paraguaya del Río Paraná (Comip) antes de que
desaparezca el dorado. “Se deben buscar soluciones de
fondo y crear conciencia sobre este mal, que nos afecta a los dos países, antes
de que llegue el momento en que no se pueda hacer nada”, dijo Ortiz. El titular de la Prefectura Naval
de Ayolas, capitán de fragata Wilson Altuman, señaló que los pescadores
inescrupulosos se movilizan preferentemente en horas de la noche y en grupos a
bordo de embarcaciones de color oscuro con potentes motores para evitar ser
vistos y en caso de ser descubiertos emprenden una fugaz huida. Ingresan al
área de reserva ictícola que se encuentra en el vertedero central de Yacyretá;
es una zona que se extiende a 3.000 metros aguas abajo, donde la pesca es
prohibida. “El lugar es muy codiciado por
ellos (los pescadores). En poco tiempo consiguen capturar aproximadamente 300
kilos de peces de distintas especies, entre las que se encuentran las que no
tienen la medida reglamentaria”, manifestó Altuman.
Fuente ABC