Desde
Pezcalandia difundimos ésta gran experiencia de nuestro amigo Gabriel.
En
julio del año 2018 realicé mi segundo viaje a Estados Unidos, precisamente con
destino primario a Atlanta y posteriormente a Florida, con el fin de visitar
las instalaciones en la N.A.S.A. (Administración
Nacional de la Aeronáutica y Espacial) en el Centro Espacial Kennedy,
donde participé de un almuerzo y breve conversación con el ex astronauta
ingeniero Edward Gibson, quien había sido uno de los tripulantes de la misión
espacial Skylab 4 donde un día anterior a este evento, había finalizado una
etapa más de mi vida, precisamente, un curso internacional de supervivencia en
zona de monte por la cual fui certificado por una conocida escuela de ese país.
En
lo que respecta al mencionado curso que finalicé satisfactoriamente, antes de
emprender mi viaje desde Argentina, había mantenido una conversación telefónica
con su instructor a quien le había manifestado mi intención de ser alumno de
uno de sus cursos siendo que mi persona soy Director de NORTHLATITUDE
(C.A.C.E.N) Centro Argentino de Capacitación y Entrenamiento Northlatitude
Internacional, Director de Supervivencia y Orientación de PEZCALANDIA,
instructor de Supervivencia DISCOVERY CHANNEL 2015, 2017 Y 2018 y últimamente,
instructor de supervivencia “honoris causa” nombrado por S.I.W.A. que es la Asociación
Mundial de Instructores de Supervivencia basada en Lackeland, Florida, Estados
Unidos. No obstante, también le comenté sobre este viaje a Jorge Vicente de
PEZCALANDIA a quien le expliqué que la capacitación en el extranjero iba a ser
un beneficio mutuo ya que ser Director de Supervivencia y Orientación de
Pezcalandia y representarlos en ese país, iba a ser muy interesante. Mi arribo
a Estados Unidos fue en un clima de mucho calor y humedad, habiendo notado el
cambio radical de temperatura de Buenos Aires, Argentina, donde finalmente me
hospedé en un resort de Florida para comenzar con los preparativos y viajar
hacia otro lugar de ese estado para realizar el curso, siendo ello un momento
de gran expectativa personal porque el año pasado había viajado a Ecuador,
previo paso por Colombia, a dictar un curso internacional de supervivencia
llamado “Bear Black I Jungla”, debido a que una empresa de Quito contrató a
tres instructores de supervivencia DISCOVERY CHANNEL de México, Brasil y en mi
caso, de Argentina, país al cual orgullosamente una vez más representé.
Una
vez acordado el día, viajé al encuentro con los dos instructores del curso,
Byron Kernes y Emmit Wakefield, ambos de la empresa local
BYRONKERNSSURVIVAL. A Byron, su Director, antes de viajar a su país le había
manifestado que desde el año 2005 dicto cursos en Argentina y otros países y
que deseaba instruirme por medio de su empresa para adquirir más experiencia en
la materia, para optimizar lo aprendido y aplicarlos a la capacitación de
nuestros futuros cursos y para obtener una certificación internacional y por
ello, lo invité a conocer mi sitio web www.northlatitude.com.ar para que tenga
un mejor acercamiento acerca de las actividades de enseñanza que desde hace
tiempo realizo en medio de la naturaleza. Este instructor, según su currículum
profesional que consta en su sitio web, se expone que fue instructor de cientos
de cursos de militares de la Fuerza Aérea de Estados Unidos basados en
Washington y de los conocidos equipos de los Navy Seals y asimismo, deseo
resaltar una actitud positiva de este instructor e impensada por mí. Antes de
viajar, Byron quien ya se había asesorado sobre mi formación profesional, me
manifestó que el consideraba que por mi conocimiento en la materia
supervivencia, no abone el curso pero que sí, que viaje a instruirme con ellos
pero que ambos compartamos conocimientos, es decir, que intercambiemos
conocimientos, que él iba a enseñarme como yo a él, técnicas de supervivencia.
Este acto noble de la talla de un profesional como este señor Byron lo
manifiesto en forma pública porque ello muestra su nivel de educación y respeto
que tuvo hacia mi persona siendo un extranjero y por ello, le agradecí su gesto
noble pero le dije que el curso se lo iba a abonar porque era su profesión y
así lo hice. A ello agrego que desde hace años no solo trabajé con
profesionales militares y civiles norteamericanos en la Fuerza Aérea Argentina
sino que, tuve la oportunidad de conocer a ciudadanos de esa nacionalidad por
medio de algunas expediciones de alta montaña en que había participado como
asimismo, en mis viajes realizados a la Patagonia realizando actividades
outdoors de trekking sobre glaciares como otros lugares de cerros, bordeando
lagunas, etc, donde agrego que también tuve alumnos de esa nacionalidad en mis
cursos. No viví en Norteamérica pero conocía a algunos de sus ciudadanos por
los vínculos laborales o de capacitación mencionados a hago referencia.
Llegó
el momento del inicio del evento, nos saludamos entre los presentes siendo que
yo era el único argentino con instructores y alumnos norteamericanos siendo que
este curso fue dictado integralmente en idioma inglés, lenguaje al cual utilizo
desde hace muchos años por diversas razones, entre ellas, para brindar
capacitaciones en ese idioma. En ese punto de encuentro los instructores
hicieron un control de equipo y una vez finalizado ello, partimos en dirección
al campamento de supervivencia posterior a una marcha en el terreno de 20
minutos de duración siendo que para mí, encontrarme realizando un curso en el
país del norte con extranjeros y con un clima de mucho calor, humedad y con una
temperatura de 33 grados, era algo novedoso. Precisamente recordaba que unos
meses antes había estado festejando un nuevo aniversario de NORTHLATITUDE bajo
el intenso frío de Nueva York, Manhattan, Nueva Jersey y Washington, con
temperaturas que oscilaban entre los 7 a 15 grados bajo cero y ahora, con
calor!!!. Ya en el campamento, mediante directivas del instructor, comenzamos a
recorrer la zona agreste en búsqueda de un sitio de acampe donde tomamos las
debidas precauciones de no estar cerca de alguna fuente de agua porque los
mosquitos ya comenzaban a molestar hasta que finalmente encontramos un lugar
apropiado y así solucionamos donde instalar nuestros REFUGIOS
individuales porque en ese lugar si bien era una zona de monte y bosque, no
habían árboles de los cuales podríamos aprovechar como recurso de la naturaleza
para construir un refugio grupal. En los cursos de supervivencia que
generalmente dictamos en Argentina, nos basamos en el PENTAGONO DE
SUPERVIVENCIA, que obedece a una figura matemática por la cual desde la
fase teórica, de inicio, se toma como referencia seguir un orden de prioridades
en forma secuencial de acuerdo a sus vértices, con técnicas de supervivencia
basadas en los Primeros Auxilios – Señalamiento – Refugio
– Agua – Alimentos y Fuego, como también Orientación
(travesía diurna y nocturna), construcción de Nudos y Trampas,
construcción de Lanzas, Arcos, Flechas y Balsas de
Supervivencia, entre otros. Ese orden secuencial al que hice referencia,
puede alterarse debido a las circunstancias en que un sobreviviente o un grupo
de ellos se encuentren precisamente, sobreviviendo, dependiendo de ciertos
factores del orden objetivo (medio físico, naturaleza misma) y subjetivo (las
personas).
Además,
entre otras técnicas que enseñamos son aquellas relacionadas con la Psicología
de Supervivencia como el Control Mental, A.M.P. (Aptitud Mental
Positiva), elección de un LIDER de grupo, entre otros, algo
que nuestros alumnos siempre realizan al inicio de un curso y esta vez, mis
compañeros norteamericanos consideraron elegirme líder de grupo, cosas
del destino. Con respecto a obtener AGUA, no tuvimos inconvenientes
porque conseguimos agua potable y no debimos realizar algún proceso para
potabilizarla pero si debimos tomar precauciones de no obtener agua de un canal
cercano a nuestra posición en el terreno porque no era potable, el proceso de
purificación iba a llevar tiempo y aparte, era habitada por caimanes americanos
de los cuales no vimos alguno aunque sí posteriormente vimos algunos animales
llamados Key Deer (muy similares a los venados), los cuales durante la noche
visitaron nuestro campamento porque al día siguiente encontramos sus huellas en
los alrededores como asimismo, pudimos ver varios a unos 50 mts. de distancia
quienes notaron nuestra presencia. Acerca de los ALIMENTOS, los
instructores nos entregaron un pack de alimentos como ración de supervivencia y
debimos precisamente, racionarla, distribuirla durante los días que duró el
curso, bajo el interno calor y humedad del lugar aunque también nos enseñaron a
hacer “charqui”, por el cual cortamos carne en
tiras finas y puestas bajo un trípode construido con troncos sobre el terreno,
cubierto con un velamen (tela) de paracaídas, se fue cocinando a fuego lento
hecho en la base del trípode. Preparada de esta manera, la carne puede
conservarse durante mucho tiempo pero para nosotros, esa vez no hubo mucho
tiempo ya que la consumimos al cabo de pocas horas. Acerca de la alimentación,
el instructor nos hizo construir TRAMPAS y para ello, trabajamos en
equipo y bien, una de las trampas las traje de recuerdo a Argentina.
Otras
técnicas que los instructores nos enseñaron fueron aquellas de SEÑALAMIENTO
y ORIENTACION mediante el uso de brújulas magnéticas y lectura de cartas
topográficas de la zona ya que para realizar una navegación diurna (travesía en
el terreno), utilizamos una carta topográfica de nombre LAKE MARY – Ocala
National Forest, con su escala propia y donde se podían visualizar bien las
curvas de nivel del terreno. Otras de las técnicas que nos enseñaron fue hacer FUEGO
por diversos medios, naturales y otros como asimismo, como armar una MOCHILA
improvisada con un pedazo de tela y cuerdas, algo que recordaba del curso
de Supervivencia General que había realizado en zona de islas próximas a la III
Brigada Aérea de Reconquista, Santa Fé, en la gloriosa Fuerza Aérea Argentina.
Así
fue transcurriendo el tiempo del curso hasta que finalizó la actividad el
último día por la tarde llegando un momento no esperado para muchos que no solo
me había sucedido con muchos de mis alumnos sino que, esta vez sucedió en este
curso con nuevos compañeros. Y, hago referencia al momento de la despedida porque
quienes estamos abocados desde hace un prolongado tiempo a instruir en este
tipo de cursos, entiendo que conocemos el significado de permanecer algunos
días en la naturaleza experimentando ciertas ausencias como las comodidades
propias de la ciudad, con las variables de encontrarse bajo un agobiante calor
con la molestias de mosquitos y jejenes, un frío intenso, lluvia, barro,
humedad, etc, y que un día, finalice esa vivencia conjunta. A mi entender,
cuando se finaliza un curso, uno deja atrás una vivencia realizada junto a un
grupo de personas porque como usualmente les he manifestado a mis alumnos, uno
en su función de instructor es un ser humano que enseña y convive junto a un
grupo de personas pero que también aprende de ellos.
Así
fue que finalizó esta jornada en el extranjero donde un grupo de personas
elegimos instruirnos en un curso en la naturaleza habiendo dormido en refugios
individuales construidos con elementos del lugar y otros, donde nos desplazamos
juntos en el terreno de día y de noche, gastamos energías y fuerzas para
recorrer un determinado lugar y buscar fuentes de agua, alimentos de origen
comestible aptos para el consumo humano, transpiramos, pasamos calor, etc.
Ciertamente, unos y otros trabajamos con un equipo ya que en un curso de
supervivencia de estas características uno elige aprender con el objetivo de
prepararse para alguna eventualidad en que nos encontremos imprevistamente ante
la circunstancia de sobrevivir en el medio de la nada, por decirlo de una forma
pero que es una expresión válida para el entendimiento humano.
Nos
despedimos en medio de abrazos y mi satisfacción de no solo recibir un
certificado internacional en un curso de supervivencia sino que, antecede que
viajé desde muy lejos para lograr un objetivo profesional más al igual que mis
compañeros de curso, Dallas, Tadem y Craig. A ellos les estoy muy agradecido
porque fueron muy buenos compañeros de cursos ya que no hubo barreras con el
idioma. También extiendo mi agradecimiento a nuestros instructores, Byron y
Emmi, quienes demostraron ser muy buenas personas y profesionales, personas muy
educadas y respetuosas, quienes me abrieron las puertas de su empresa para que
asista a un curso, a quienes les hice unos presentes, la entrega de una Bandera
Argentina, un Mate bien argentino y algunos parches de Northlatitude y ellos me
regalaron una remera y una taza con el logo de su empresa. Nos quedamos hasta
el final y hasta que el vehículo no me fue a buscar para llevarme al resort,
ellos permanecieron conmigo.
Por Gabriel Esquivel
Montañista Profesional
Instructor montaña y supervivencia
Staff
Pezcalandia