Les contamos a nuestros
seguidores que unos pescadores pudieron individualizar la mandíbula de un añejo
Scelidoterio, que fue rescatada luego junto a otras partes del esqueleto por
personal del museo “Punta Hermengo”.
El litoral marítimo de General Alvarado sigue otorgando
importantes testimonios históricos, en este caso con el hallazgo reciente de
restos fósiles de un perezoso en inmediaciones de la villa balnearia de Mar del
Sud.
Una familia de Miramar que periódicamente practica la
pesca deportiva fue la encargada de divisar a unos 15 kilómetros de esta ciudad
la mandíbula y demás fracciones del esqueleto de un Scelidoterio, que
posteriormente fueron rescatadas por personal del museo municipal “Punta
Hemengo”.
Ese sitio cuenta con una antigüedad
aproximada de 700.000 años, debido a que la marea estaba muy baja las personas
decidieron recorrer los afloramientos de sedimento que normalmente están
sumergidos y fue allí donde divisaron el material histórico.
La mencionada zona costera tiene la
particularidad de combinar amplias playas, acantilados y paisajes naturales muy
variados. Debido a esto es muy usual hallar restos fósiles de animales que
vivieron en la región hace miles o millones de años en un entorno muy diferente
al actual.
Estos hallazgos son, en muchas
ocasiones, fruto de la casualidad y del buen ojo para darse cuenta que puede
ser parte o un hueso entero de esos antiguos seres.
Los Scelidoterios (Scelidotheriumleptocephalum) eran enormes perezosos de poco más de una
tonelada de peso, con un cráneo alargado y cuerpo robusto. Poseían grandes
garras, que le permitían hacer notables galerías y madrigueras bajo tierra,
como si fueran topos gigantescos, las que seguramente modificaban
constantemente el antiguo paisaje bonaerense.
En los acantilados costeros del
distrito hay indicios de estas cuevas y hasta parte de las mismas sin relleno,
en las que es posible identificar las marcas de las garras de sus excavadores.
En el museo de Miramar, ubicado en el
bosque vivero “Florentino Ameghino”, están expuestos los restos de la mayoría
de las especies de animales prehistóricos de la región (también conocidos como
“Megafauna” o “Megamamíferos”), que alcanzaron dimensiones gigantescas y una
gran variedad de formas.
Fuente La Capital MDQ