En Pezcalandia difundimos la pasión de éste
excelente montañista. Proponerse
alcanzar la mayor cantidad de cumbres de las montañas del Ecuador, es lo más
“espectacular” que se le pudo ocurrir, asegura Marcelo Ferrari. Este 12 de mayo
completó su segunda cumbre al ascender en cerca de 4h20m el volcán Cotopaxi,
ubicado a 5.897 m.s.n.m. El 20 de enero, un día después de su cumpleaños, pisó
la cumbre del Carihuairazo, a 5.116 m.s.n.m.
Acostumbrado a entrenamientos fuertes, por su afición a
los ultramaratones, el argentino –radicado algunos años en Cuenca- no proyecta
su vida sin experiencias extremas “que otras personas también lo puedan
disfrutar” y que les dejen lecciones de vida.
Ferrari acudió al Cotopaxi con
Andrés Álvarez, Martín Herrera Molina y Pedro Aguilar. El grupo avanzó en su
objetivo en dos cordadas guiadas por Jhendri Pazmiño y Juan Carlos Silva.
Se sienten afortunados porque
la montaña les regaló un día despejado pese a la incertidumbre que tenían
porque una semana antes hubo una avalancha importante. “A los cinco minutos que
llegamos a la cumbre, todo se nubló. Y (tras el descenso) cuando llegamos al
refugio, empezó a llover. Tuvimos una suerte espectacular”.
Para Ferrari no hay que ponerse límites ni buscar
pretextos cuando se quiere cumplir retos. Aunque siempre tuvo la curiosidad por
incursionar en el montañismo resalta los diálogos de motivación con Nicanor
Merchán (uno de los fundadores del Club Sangay), Iván Vallejo (mejor montañero
ecuatoriano) y Carla Pérez (única mujer latinoamericana en llegar a la cima del
Everest sin oxígeno artificial).
“Muchas veces creemos que este
tipo de deportes es solo para los jóvenes. Tengo 52 años y te puedo asegurar:
cualquier persona que tiene una buena condición física y una buena
alimentación, lo puede lograr…”.
Su día a día empieza a las
05:30 en el Gym Liforce para llegar a las 08:30 a su trabajo. El fin de semana
acude a El Cajas, aunque para su último reto estuvo una semana aclimatándose en
el Chimborazo con caminatas de 12 a 16 kilómetros por las Agujas de Whymper y
por el camino a las aristas de El Castillo con altitudes entre los 5.000 a
5.300 m.s.n.m.
Su objetivo final es hacer
el Chimborazo (6.263) y en el 2020 llegar al
Aconcagua con apoyo de auspiciantes. “Estar en la
montaña es una desconexión total de tu día a día. La montaña
es un lugar donde te podés encontrar con vos mismo”. (BST)-(D)
Fuente El Mercurio