lunes, 10 de junio de 2019

Subir el Lhotse


Desde Pezcalandia difundimos ésta increíble aventura. Es el sueño del imponente Lhotse, allí donde solo los más fuertes y decididos pueden coronar. Se trata, según la Enciclopedia Universal, de la cuarta montaña, ubicada a una altura de 8.516 metros sobre el nivel del mar, más alta de la Tierra, solo superada por el Everest (8.848 m), el K2 (8.611) y el monte Kangchenjunga (8.586).

Allá, en la frontera entre Nepal y Tíbet, en un ascenso complicado, crudo, y lleno de insospechadas experiencias, se encuentra el escalador antioqueño Gabriel Jaime Morant, quien fue convocado para hacer parte de un equipo de montañistas en The Lhotse South Face Expedition, proyecto que pretende escalar esa cima del Himalaya a lo largo de su cara sur.
A Morant, un experto alpinista de 37 años que ya ha tenido otros ascensos similares como el del Aconcagua o de la “Montaña Maldita” Mont Blanc, lo acompañan el capitán Sung-Taek Hong -primer ser humano en atravesar caminando el estrecho de Berhing-, el español Jorge Egocheaga, los coreanos Nak-Jong Sung, Wang-Hong Zhong, Jin-Kwon Woo, Jae-Chul Kim y Sung-Woo Jo, la china He Jing y la albano-kosovar Uta Ibrahimi y varios sherpas (en calidad de cargadores -porteadores-).
Él es un ingeniero químico de la U. Nacional, practicante de escalada y montañismo e instructor por varios años en Altitud Aventura y Roc House.
“Ya superamos varios campamentos. El último de ellos, el tercero. A principio de este mes atacamos parte de la cima en el comienzo de esta expedición”, cuenta Morant desde plena montaña en diálogo entrecortado con este diario.
“Hicimos cuerdas hasta 5.700 metros pero una grandísima grieta retrasó la subida al campo 1 de 5.900 m. Vamos paso a paso, siempre hay dificultades, pero hasta ahora superadas pese al intenso frío (bajo cero generalmente). “El desafío es escalar una de las paredes más difíciles y enormes del mundo, basado en el trabajo en equipo y el espíritu del alpinismo. Me siento orgulloso de representar al país aquí”.
La cara sur de Lhotse es la más difícil de escalar, señala Morant. Y en efecto, porque hay que ascender una pared de hielo y roca de 3.300 metros que en ocasiones es vertical.
Lhotse significa, literalmente, “Pico Sur” en tibetano. “Nos queda tiempo hasta el 25 de mayo. Recién llegó la décima integrante de nacionalidad china. Y quedaría el resto para que podamos seguir con el campo 4 a 8.250, campo 5 a 8.400 y, finalmente, hacer ascenso a la cima de 8.516 m.
“Es interesante esta experiencia porque aprendemos de los demás y cada quien aporta. Yo, por ejemplo, preparo café colombiano con un colador y conversamos un rato. Algunos días, si sale el sol un rato, lavamos ropa en ponchera y hasta mezclamos agua hervida con helada para darnos un baño, básicamente cuando regresamos de los campos altos”.
A esta expedición llegó bien preparado. “Tocó traer tiendas de alta montaña, botas doble botín para 8.000 metros, traje de plumas de ganso, casco, arnés, crampones para las botas, interiores y calcentines térmicos, gafas UV y para tormenta, guantes liner y manoplas, buff, gorro pasamontañas, termo, estufa de gas, ascendedor, mosquetones, piolet, bastones de trekking, cuerdas y cordinos, cintas, pitones, tornillos de hielo”, relata mientras trata de sopesar el morral. “¿Cuántos kilos?, realmente no sé, pasará de 20”.
Para Morant, además de promover el montañismo y ser el primer antioqueño que va a superar la cota de los 7.000 metros por una ruta nueva que hace parte de los 14 ochomiles (montañas), es una historia que va contando día a día, a paso corto casi como se asume el ascenso que cada vez se hace más lento en un paisaje blanco con afiladas salientes de roca que brinda el Lhotse.

Fuente El Colombiano