lunes, 21 de diciembre de 2020

Muere una ballena jorobada



Les contamos a nuestros seguidores Pezcalandia que en la zona de playa de Cerritos, en Mazatlán, una enorme ballena jorobada murió, pese a los intentos de decenas de personas y del cuerpo de auxilio que durante la noche del domingo pasado, intentaron ayudarla a regresar al mar.
Un caso similar, tuvo lugar en enero pasado, cuando el cuerpo de un cetáceo de cerca de ocho metros de longitud fue arrastrado por el fuerte oleaje, desde la Isla de la Piedra, hasta las playas de la avenida del Mar, por lo que se tuvo que cavar en la área una enorme fosa para sepultarla.

Los datos sobre este nuevo hecho, es que la noche del domingo pasado, se reportó que una enorme ballena quedó encallada, en las playas cercanas a un hotel de una cadena española, en la zona de Cerritos, en Mazatlán, por lo que decena de voluntarios se unieron para intentar ayudarla a regresar al mar sin alcanzar su objetivo.
El cuerpo del enorme mamífero marino, será sepultado en la misma zona, una vez que peritos de la Red Nacional de Varamientos, tomen muestras de su cuerpo para someterlos análisis de laboratorio y establecer lo que orillo a este cetáceo llegar hasta la playa.
Se estima que este enorme cetáceo, tiene una longitud mayor a los diez metros de largo, sin que en forma aparente se le observe algún tipo de lesiones, por lo que se analiza su cuerpo y se le toman las muestras necesarias, antes de ser sepultada.
Hace dos días, una de las guías de avistamientos, Aurora López Leal informó que a escasas millas náuticas del puerto de Mazatlán, se podía observar la presencia de estos enormes animales marinos, como parte de su travesía por el océano Pacífico.
Comentó que a partir del día 8 de diciembre y hasta finales del mes de marzo, se considera por las autoridades federales, como las fechas de arribo de las ballenas jorobadas en busca de alimento y apareamiento.
En enero pasado, miembros de la Pesca Deportiva de Mazatlán observaron que el cuerpo de la ballena, como de dos años de edad, emergió a la superficie del mar, frente a la Isla de Veranados, pero el fuerte oleaje lo expulsó hasta la arena de la playa, en donde convergen las avenidas del Mar y Lola Beltrán.
Con maquinaria pesada del ayuntamiento, se dispuso cavar una gran fosa para sepultar su cuerpo, una vez que el personal científico la inspeccionó, tomó sus registros y muestras de su cuerpo, a fin de buscar datos que permitan establecer las causas de su muerte y el lugar.
Oscar Guzón Zatarain, director de Onca Exploraciones estimó que el cetáceo, es un animal, como de ocho metros de largo, el cual no presenta lesiones provocadas por posibles enredos en redes o mallas visibles, por lo que se tendrá que hacer estudios para determinar su muerte.
Desde su punto de vista el animal marino, mostraba signos de desnutrición y por su apariencia tenía poco tiempo de haber muerto, pero en su cuerpo se observó demasiados parásitos, por lo que se tendrá que analizar si esta enfermó en su travesía.

Pezcalandia

Prensa & difusión

Fuente Diario San Luis