Solemos hablar de generosidad de los espejos o cursos de agua, pocos como el Lago Strobel y su afluente, el Río Barrancoso, con sus maravillosas truchas.
El lago de renombre internacional Strobel, también conocido
como Jurassic Lake, es un lago de aguas cristalinas de 65 kilómetros cuadrados
ubicado en la provincia de Santa Cruz, con increíbles características
biológicas y condiciones que permiten un crecimiento asombroso de la trucha.
Un ámbito famoso en todo el mundo y, probablemente, el mejor
pesquero de trucha arcoíris salvaje que exista. En definitiva, un lugar único
con un acceso un poco difícil pero que se fue facilitando con el correr del
tiempo y la muy buena predisposición de los lodges que venden sus excursiones
privadas.
Este increíble sitio ofrece no solo una pesca extraordinaria
en el Strobel, sino también en el río Barrancoso, el único afluente del gran
lago, así como la posibilidad de vivir excelentes jornadas en 15 espejos más
pequeños, distribuidos por esta impresionante porción de la Patagonia
Argentina.
Uno de los pioneros en llegar aquí y fomentar la pesca
deportiva con una infraestructura adecuada fue, sin dudas, Jurassic Lake Lodge,
donde vamos a encontrar todo lo necesario para pasarla muy bien y amigablemente
con cantidad de pescadores que se acercan desde todo el mundo. Y hacia allí fue
nuestro amigo Javier Koller, junto a un grupo de amigos, que nos trajeron
reflejadas en fotos la magnífica experiencia que tuvieron con truchas gigantes,
pescadas en su gran mayoría con equipos de flyfishing.
Los equipos ideales para este tipo de incursiones son los
nro. 6 y nro. 8 con líneas de flote (se pueden llevar también las de
profundidad), tanto para la pesca en el lago como en la desembocadura, pero
atentos que ahí solo se permite el empleo de la modalidad sea fly. En cambio,
en el lago se pueden utilizar equipos de spinning con cucharitas giratorias
como señuelo preponderante.
Las moscas más utilizadas son streamers, ninfas y secas. Una
vez llegado al lugar, Javier me contó que los recibió un clima un poco hostil
pero nada que pudiera empañar lo que fueron a hacer: lograr las truchas arco
iris más grandes.
Preparando sus equipos de mosca, conociendo a los guías que
los iban a acompañar, llegaron los primeros lances pero antes de eso pudieron
comprobar visualmente la cantidad de peces que hay en el lago, algo tremendo y
una imagen pocas veces vista. Primero pescaron sobre el lago y al segundo o
tercer casteo ya tenían clavada una trucha. Los que probaron con equipos de
spinning y cucharitas como engaños también tuvieron su momento de gloria.
Así fueron transcurriendo los días y, según lo manifestado
por estos buenos amantes de la pesca, “pescaron hasta cansar sus brazos”. Algo
para destacar, en la desembocadura del Barrancoso no hay una trucha al lado de
la otra sino que se podría decir que están amontonadas, algo realmente difícil
de describir.
De hecho, algunos pescadores deportivos eligen alejarse del
lugar y probar en otros lados porque, sinceramente, al ver tantas pero tantas
truchas, les parece algo muy fácil de lograr. De nuevo, como para evitar
problemas, en la desembocadura del Barrancoso no se pueden usar cucharas ni
señuelos.
Definitivamente, el lugar donde se desarrolló esta verdadera
aventura es un destino que deberíamos agendar e intentar ir con nuestros
amigos. Créanme que este pesquero no tiene comparación con ningún otro donde se
pueden obtener truchas.
Prensa &
Difusión
Fuente: Weekend
– Julio Pollero