La
tendencia, así realimentó este nicho de negocios que hoy mueve unos $300 mil
millones al año, según estima la Cámara de la Industria del Aire Libre (AICACYP) que agrupa a los industriales y comerciantes
de los rubros del sector.
Según cifras del ministerio de Turismo, en los primeros tres
trimestres de 2022 los argentinos realizaron 49,4 millones de viajes dentro del
país, una cifra equivalente a la totalidad de los registrados en 2018 y 2019.
Todo eso representó aproximadamente US$ 4600 millones, de los cuales una parte
corresponde a las actividades al aire libre.
Para testear este mercado, la AICACYP, hizo junto con la
consultora Julio Aurelio, un relevamiento que indagó sobre las actividades que
realiza la población al aire libre, como deportes, salidas, etc. Y también
sobre los usos y costumbres en esas salidas de esparcimiento, la frecuencia y
los lugares preferidos.
Algunos de los resultados mostraron que seis de cada 10
argentinos desarrolla alguna actividad de este tipo. El 49% de los encuestados
-sobre un total de 4000 casos- admitió que tuvo más ganas de retomar las
actividades que hacía antes de la pandemia y un 27% la de realizar nuevas salidas.
Según cuenta Guillermo Muttoni, director de AICACYP, la
pesca, por ejemplo, sumó en el último año un 18% de nuevos adeptos, poco más de
600.000 personas que realizaron básicamente su actividad en las lagunas
bonaerenses, en el litoral y en la Patagonia andina.
El año pasado, ingresaron al país más de 760 mil cañas y más
de 780 mil reeles de pesca. Y las ventas se potenciaron porque el 40% de los
pescadores cambió la caña o el reel; sumando anzuelos, plomadas y otros
insumos. Se estima que hay en el país unos 3,6 millones de pescadores, que con
salidas anuales llegarían a 42 millones.
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No obstante, quienes manejan el negocio de la pesca
deportiva (un millar de comercios en todo el país) también enfrentan
adversidades, ya que se nutren de materiales importados en un 95% y sufren las
actuales restricciones a las importaciones. Lo mismo le ocurre al segmento que
comercializa carpas; depende de telas, cierres y demás insumos que son
totalmente importados.
A su vez, la pesca genera otro impacto turístico: un estudio
de la Universidad del Comahue señaló, por ejemplo, que los visitantes que
recibe la ciudad de Bariloche en plan de disfrutar de la pesca deportiva o
recreativa se quedan en promedio unos ocho días en la ciudad cuando el turismo
en general no supera los cuatro días.
El trekking y senderismo, según la cámara, son las
actividades con más adeptos y a las que se sumaron la mayor cantidad de
aventureros en el último año, el 24% del total. Algo así como 2 millones de
argentinos, "pero tal vez con un impacto menor en cuanto a las
prestaciones turísticas porque los practicantes de cada zona del país eligen
alguna provincia cercana", aclara Muttoni.
Las cifras del camping son aún más impactantes, según el
directivo, ya que más del 10% de la población lo practica y el 56% asegura
haberse sumado a esta actividad no hace más de entre 1 y 5 años. "Es decir
que su potencial es impresionante", describe.
En cuanto a la frecuencia, es una actividad de práctica
bastante habitual: el 44% de los acampantes lo hace de 2 a 5 veces al año, 16%
más de 5 veces y un 39% sale solo una vez al año a acampar.
El impacto económico de esta actividad se potencia, además,
por las ventas de la cantidad de accesorios que se necesitan, como bolsas de
dormir, linternas y faroles, anafes,
brújulas, calentadores, cantimploras y colchonetas inflables entre muchos otros
elementos.
Pezcalandia
Prensa & Difusión
Fuente: Diario Clarin