Si pensás en
cuántas bolsas plásticas pasaron por tus manos el último mes, cuántas se
acumulan en tu casa esperando un segundo uso y cuántas desechaste, entenderás
enseguida que su presencia es exagerada e innecesaria.
Es decir, hacemos un uso desmedido y el precio lo paga
nuestro planeta que se llena de basura a cada segundo, ahogándose. Los números
dejan a las claras lo ilógico de seguir alimentando un negocio que está dañando
la salud del planeta y la nuestra.
● Se producen aproximadamente 5 billones de bolsas de
plástico cada año en el mundo.
● Cada bolsa tiene un uso promedio de entre 12 y 15 minutos.
● Tardan décadas en
desintegrarse y, mientras lo hacen, desprenden cientos de miles de diminutos
fragmentos de microplásticos, junto a todos los aditivos y tóxicos que pueda
llevar contaminando humedales, océanos y ríos.
Además, hay que decirlo: no necesitamos todas las bolsas que
llegan a nuestras manos.
Por eso, esta fecha es una invitación a incorporar el hábito
de cambiar las desechables por opciones reutilizables de tela.
Llevando tus propias bolsas al ir de compras, podrás decir:
“Sin bolsa, por favor”. Este hábito aplica para el mercado pero también al ir a
la verdulería y a la panadería, por ejemplo. Si incorporás la costumbre de
llevar bolsas pequeñas reutilizadas desde casa, evitarás muchas más bolsas
cuando tengas que comprar un kilo de papas o de pan. (Sólo tenés que tenerlas
bien diferenciadas para cuidar que no haya contaminación de los alimentos)
Si bien el problema de base está en el diseño del sistema
(62% de la producción de plásticos se destina a productos de packaging y de un
solo uso) cada bolsa nueva que se evita usar, es una gran victoria para todos.
El cambio definitivo hacia un mundo sin plásticos sólo puede
darse si toda la sociedad contribuye desde su lugar: los gobiernos generando
leyes que limiten su producción y regulen el tratamiento post consumo, las
empresas eligiendo otros materiales sustentables siempre que puedan y
haciéndose responsables de su parte y quienes consumimos siendo conscientes de
que nuestras acciones, cuenta y mucho.
No tenemos que olvidar que desde nuestro lugar como
consumidores tenemos mucho poder y tenemos que hacerlo valer.
Pezcalandia
Prensa & Difusión
Fuente: Greenpeace