viernes, 17 de agosto de 2007

Ascenso a los cerros Champaqui y Negro

Desde Villa Alpina, a 40 Km. de Villa Gral. Belgrano, al mediodía iniciamos un trekking por una ruta que conducía a la base del cerro Champaquí (2.854 mts. de altitud), con buen tiempo y presencia de sol. Atravesamos diferentes desniveles del terreno hasta arribar a un valle ubicado al pié y frente al cerro Champaquí, lugar donde colocamos nuestra carpa con capacidad para tres personas. Esa tarde, aprovechamos a tomar unos buenos mates cordobeses y luego preparamos la cena, que consistió en arroz y fideos. Cerca de la medianoche, nos dormimos. El lugar donde estábamos es un cordón montañoso llamado Comechingones, tiene una muy vieja formación y está constituido por rocas metamórficas, entre otros. Tiene la particularidad de ser apto para realizar actividades de trekking y es muy visitado. El día 13 de agosto, iniciamos un ascensocon el objetivo de llegar a la cumbre del cerro. No hubo inconvenientes por los pocos cientos de metros de desnivel y baja dificultad que representaba el terreno. Al momento de llegar a la cumbre, nuestro premio fue las vistas espectaculares y panorámicas hacia la provincia de San Luis con el valle de Conlara, la población de San Javier, Villa Dolores y otros lugares bellos. Mientras sacábamos fotos, junto a mis amigos cordobeses hacíamos patinaje sobre una plancha de hielo formada por el frío intenso de la altura. Finalizada nuestra presencia, regresamos al campamento. Esa noche cenamos bien y en abundancia con fideos y mates, para comenzar al día siguiente el ascenso al cerro Negro (2.600 mts. De altitud). Al otro día, desayunamos y con bastones de trekking y mochilas con alimentos energéticos, suficiente agua y otros elementos partimos hacia la cumbre del cerro Negro. Durante la marcha, caminamos por senderos marcados entre medio de pastizales secos. También pasamos cerca de grandes formaciones de rocas con cuevas, que presumíamos que ahí vivían o se alojaban algunos animales característicos de la zona. Pasada la hora del mediodía, estábamos muy cerca de un filo que conectaba a la cumbre del cerro y nos encontramos con una dificultad del terreno, debíamos cruzar unas planchas de hielo y nieve de 50 mts. de extensión, algo que hicimos con mucho cuidado y cuidando nuestra seguridad. Al llegar al filo, seguimos ascendiendo, topándonos con algunas formaciones de rocas hasta que finalmente llegamos a la cumbre, encontrando una cruz construida rústicamente con ramas secas. Desde ese sitio, observamos la espectacular vista de los alrededores, no habían palabras para describir la serenidad, el oxígeno puro, los diversos tonos de color verde de la vegetación y el color amarillento-verde de algunas formaciones rocosas. Llegar a la cumbre de este cerro nos costó mas esfuerzo y tiempo que el anterior, debido a la distancia que debimos hicimos, camino que Ariel conocía a la perfección. Regresamos al campamento en medio de la oscuridad pero utilizando nuestras linternas frontales. Preparamos la cena y después nos dormimos, cansados del esfuerzo demandante. Al día siguiente, retornamos a Villa Alpina para ir nuevamente a la ciudad. He realizado algunos ascensos en cerros pero nunca olvidaré esta experiencia debido a que mis amigos cordobeses me mostraron lo que significa la naturaleza de este lugar. Espero volver algún día con ellos.
Fuente: Gabriel Esquivel