
La especie busca las altas profundidades que están en los canales donde navegan los grandes buques de alta mar.
Salimos con Pablito Arequi, conocido empresario gastronomico en busca del mimoso. Los rastreamos en profundidades de entre 25 y 35 metros y el desafio se repite año tras año simplemente por lo laborioso de encontrar, ese es el atractivo, esa captura, para después devolverlo; esto es lo importante pescar, pero con devolución.
Muchos pescadores utilizan equipos denominados pesados, no es nuestro caso para que el deporte tenga mas sentido. Para que la lucha sea mas pareja, solo utilizamos plomos pesados para llegar a las profundidades con un multifilamento liviano y brazolazas de monofilamento del 0.50. Muchos optan fondearse para esta pesca, pero desde nuestra óptica constituir un peligro innecesario, no hace falta.
Nos dirigimos a los tradicionales pozones de la isla Paloma. Una vez en la Paloma elegimos el sector derecho de la isla. El ecosonda nos marco 30 metros, preparamos el equipo, la variada fue de respuesta instantánea. Bagres y Pati, pero el mimoso sin respuesta, entonces pasamos a rastrear mayores profundidades. Solo un pique en un pozon de 38 metros que nos dio la satisfacción de no volver sin captura, la realidad que podríamos decir pescamos 20 es igual, siempre volvemos sin nada por lo cual nadie desconfiaría, pero solo uno de 5 Kg. aproximadamente que nos hemos armado de muchísima paciencia para poder traerlo a la superficie y copearlo para la foto.
Hasta la próxima.
Team Campo Bravo
Patito Macera y Pablo Arequi, para Pezcalandia