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Días pasados y en compañía de mi amigo Juan "Titico" Gettar, emprendimos una nueva salida de cacería, pero esta vez a la sierra, en busca de ciervos damas, jabalís o chanchos cimarrones y porque no antílopes de la india.
Con el imponente paisaje de las sierras bonaerenses como fondo de paisaje, llegamos a la cómoda estancia que nos albergaría, allí nos aguardaba Martín Peredo, experimentado guía de caza y por sobre todo muy buen anfitrión en esto de las salidas de cinegéticas.
Durante nuestra estadía no faltaron, como es habitual, un sin numero de rondas de chistes, acompañados de bebidas espirituosas, como así también abundantes asados correspondientemente regados con tintos de raza lo que hace de una salida que ya sea exitosa al llegar.
Al día siguiente salimos hacia la sierra, en busca de cacería, vale aclarar que si bien estuve cazando en la zona un sin numero de veces ciervos dama y jabalís, nunca había cazado antílopes en este lugar, ya que por la topografía del terreno se hace difícil lograr acercarse a distancia de tiro de estos escurridizos antílopes.
Al llegar al lugar de cacería Juan y Martín se internaron caminando en los primeros faldeos perdiéndolos de vista. Unas tres horas después y como un trueno lejano que retumbó en las entrañas rocosas de las sierras me pareció escuchar sonar el 243 de Titico, unos minutos después se volvió a escuchar tronar el rifle seguido del tradicional "bolsazo" del impacto en el animal, lo cual me confirmo que lo que había escuchado anteriormente era un tiro,con voz de alegría Martín nos comunico por radio que ya estaba, que habían cazado un antílope y solicito que nos arrimemos a buscarlos.
Al llegar a la zona nos acercamos a pie ya que no se podía llegar con la camioneta, la alegría reinaba en el lugar, ya que además de haber cazado un lindo antílope, lo más importante era la forma en que lo habían hecho.
De vuelta en el casco, picada y cerveza por medio, Titico nos comentaba con mucho entusiasmos la cacería, vale aclarar que tiene en su haber un sin numero de antílopes cazados en las llanuras de Gral. Belgrano, pero esto esdiferente, dice, lo otro es ir a buscar un antílope, esto es cazarlo. Luego almuerzo y siesta de rigor.
A la tarde, después del descanso, salimos a probar suerte con los ciervosdama. Pero no pudo ser. Al día siguiente repetimos la operación anteriorpero hacia otro lado de las sierras, esta ves fui Yo y por suerte logre cazar un antílope también, pero por razones lógicas y de formas no voy a hablar de mi propia cacería, no por ello dejar de destacar la excelente actuación de Martín como guía en ese terreno, que logró ponerme en menos dedos horas a 200 mts. del trofeo.
Ese mismo día y sin siesta Titico y Martín salieron tras los damas, esta vescon éxito, en una larga caminata por las sierras que duró mas de 4 hs.
Lograron acercarse a un macho no muy grande, pero clásicos de la zona que nose caracteriza por los excelentes trofeos de dama, sino por lo dificultosa y por ello atractiva cacería, que con dos disparos del 243 cayó.
No sé que le había pasado a Juan en este viaje, le había agarrado el ataquede los calibres chicos, raro en el que habitualmente en sus conceptos los calibres arrancan por el .300 Weatherby, pero un cazador preciso y experimentado se puede dar el lujo de usar calibres chicos.
De esta forma dimos por terminada la exitosa partida, que gracias a un buenlugar, un buen guía / anfitrión, mas algunos animales cazados, hizo que éstaentrara en el recuerdo de las buenas cacerías en el inagotable libro de la memoria.
Por Luis Marcotegui
