Al igual que Los Andes en Pezcalandia decimos que son pocas las oportunidades que se tienen de ascender hasta el cráter de un volcán activo y, en especial, cuando es uno de los pocos que en la Patagonia se han convertido en una verdadera atracción durante todo el año, gracias a su fácil accesibilidad y a sus hermosos paisajes.
Ubicado al noroeste de la Provincia del Neuquén, en la denominada "Patagonia Termal", el Copahue con sus 2.950 m.s.n.m, delimita la frontera con el vecino país de Chile, siendo un punto de referencia geográfico y, ante todo, una de las principales fuentes geotérmicas de la zona, gracias a la presencia de aguas sulfuradas que desde su interior dan origen al llamado río Agrio.Aunque en invierno al cráter se puede acceder con vehículos oruga, motos de nieve y hasta haciendo esquí de fondo desde la localidad de Caviahue, ubicada en la falda del volcán y a orillas del lago del mismo nombre, en verano, cuando la montaña deja ver su verdadera fisonomía, recorrerla a caballo es la mejor oportunidad para apreciar un paisaje único.
Como en toda zona de montaña, la mejor hora para realizar esta cabalgata es en la mañana partiendo desde el centro de ski ubicado a escasos metros de la ciudad. Desde este punto, a 1.700 m.s.n.m, el paisaje se destaca por el milenario bosque de araucarias característico de esta zona de la Patagonia y el cual, durante el invierno, se enmarca en el escenario perfecto para los amantes de los deportes de nieve.
La primera impresión al estar en este lugar, son los casi ocho kilómetros que aún quedan por recorrer hasta el cráter del volcán. El terreno comienza poco a poco a perder la vegetación y la aridez será una acompañante más.Al ser una zona en donde aún se mantiene el sentimiento del criancero, son muchos los que se encargan de guiar estas cabalgatas, gracias a sus años de experiencia y conocimiento de los mejores caminos, los que muchas veces, a primera vista, parecen imposibles. Acompañados por sus perros, generalmente ovejeros, son estos los que van marcando el recorrido por la montaña; al mismo tiempo, vigilan que los caballos no se desvíen de la ruta.
Una señal de seguridad y de jugueteo por parte de estos canes, que no dejan atrás a ninguno de los que hacen parte de estas excursiones.Cerca de los 1.900 m.s.n.m, y cuando el camino no presenta ningún tipo de vegetación, una gran extensión de un verde y húmedo pasto, conocido como mallín, definición mapuche que se le dio a estos oasis de vida, se hacen presentes en los alrededores de los pueblos de Caviahue y Copahue. Normalmente se localizan cerca de caudales de agua subterránea o en aquellos lugares en donde se da un deshielo de las altas cumbres. Para los caballos que normalmente recorren las laderas del volcán, son la mejor fuente para reponer energías durante el ascenso. Para aquellos que nunca tuvieron la oportunidad de conocerlo, un momento único para tomar fotos y admirar la connotación del paisaje.
A partir de este momento, el camino toma cierto grado de dificultad, debido a las piedras y a la elevación del mismo. El paso lento de los equinos invita una vez más a observar lo que se ha dejado atrás, y pronto la forma de mariposa del lago Caviahue o Agrio, como también se lo conoce, debido al alto grado de acidez de sus agua, va mostrando un nuevo paisaje. A los 2.100 m.s.n.m, el olor a azufre comienza a sentirse en el ambiente, y el pequeño sonido de una fuente de agua en medio del silencio del lugar, advierte la proximidad al paso del arroyo Agrio. En poco tiempo, los caballos cruzan sus turbias aguas, cargadas de minerales.Atrás quedan los últimos vestigios de vegetación, lo que da para detenerse y seguir con la mirada al horizonte mientras sobrela izquierda, es posible observar la cordillera de los Andes.Con cada paso de los caballos, el volcán Domuyo, conocido como el "techo de la Patagonia", comienza a presentarse inmaculado en la lejanía.
Lo acompañan el Cerro Negro, el volcán Tromen y, más al sur, independiente de sus primos del norte, el volcán Lanín y el volcán Llaima, que hizo erupción en 2008.El Centro Termal de Copahue aparece también en la lejanía y sus verdes techos y sus lagunas, avisan que el día aún no termina y que tan sólo 18 kilómetros lo separan de Caviahue. Una buena alternativa para poder relajarse y tener un momento para recuperarse de dolencias que sólo pueden ser tratadas en este lugar.El terreno se vuelve arenoso a nada más que 200 metros de la cumbre, momento oportuno para dejar descansar a los animales y continuar caminando por el tramo que se denomina "acarreo", debido a su conformación de ceniza volcánica y restos de sedimentos de azufre. En este punto, se logra ver la formación en "V" en la montaña desde donde nace el que se convertirá en el río Agrio.A pocos metros del cráter, un imponente glaciar colgante va dejando ver sus 100 metros de altura, y sus casi 700 metros de longitud, resguardando una laguna de aguas sulfurosas que cubren cerca de 6 hectáreas, que alcanza temperaturas que van desde los 20 Cº hasta los 70 Cº, dependiendo de las condiciones climáticas del exterior. Aquí, el olor a azufre, mezclado con el del amoníaco, llena los pulmones; más aún si el viento proviene desde el este.
Llegar a la meta, a más de 2.000 metros de altura, implica un momento de verdadera paz y silencio.
Fuente Diario Los Andes