sábado, 30 de mayo de 2009

El manejo del agua en Yacireta e Itapu

En Pezcalandia, nos preocupa todo lo relacionado con el medio ambiente, la flora, fauna y la protección de las especies, aquí tenemos un problema nuevo, creemos que se puede solucionar, pero es nuestra opinión desde nuestro lugar.
El pedido de la Fundación PROTEGER obedece a la extraordinaria baja del caudal del río Paraná, al impacto sobre la pesquería y a conocer qué criterios utilizan estas grandes represas para retener el agua,solicitó también al canciller argentino su opinión sobre cuáles son los más adecuados “ámbitos, regulaciones y mecanismos para que el Estado Nacional conozca, controle y eventualmente pueda reglamentar o incidir”, en la operación del agua por las grandes obras hídricas.El requerimiento se enmarca en la conmemoración del Día Mundial de Acción sobre las Grandes Represas.Al retener el agua las represas alteran los pulsos hidrológicos, impidiendo las migraciones de los peces en la planicie de inundación del Paraná, entre muchos otros daños. Foto: represa de Itaipú.Santa Fe y Buenos Aires, 14 marzo 2009 (Prensa Proteger).- Ante la marcada bajante que sufre actualmente el río Paraná, la Fundación PROTEGER envió una carta al canciller argentino, licenciado Jorge Taiana, solicitando información sobre el manejo de los caudales de agua del río Paraná que realizan las grandes represas binacionales Yacyretá e Itaipú, y conocer cuáles son los criterios que se utilizan para hacerlo.En la misiva, firmada por el director general de PROTEGER, Jorge Cappato, se sostiene que “es de conocimiento público que el río Paraná registra una de las mayores bajantes de las últimas décadas.
La altura hidrométrica promedio en Corrientes ha sido de 4.05 m en 2007 y 3.38 m en 2008, mientras que en enero/febrero de este año promedia 2.54 m”.“Es precisamente en períodos de escasez de agua cuando las grandes represas retienen en sus embalses buena parte del caudal del río con el objeto de asegurar su generación, en desmedro de las poblaciones ribereñas que viven aguas abajo y cuya economía, alimentación y subsistencia dependen en gran medida del buen estado de las pesquerías del Paraná”, especifica la nota.Migraciones cortadasEn las últimas semanas, pescadores del norte de Santa Fe y de las provincias de Chaco y Corrientes, informaron sobre el desecamiento de lagunas, riachos y arroyos de la planicie de inundación del río Paraná a raíz de la extrema bajante y la merma de los caudales por debajo de los promedios históricos.
Miles de peces atrapados se asfixiaban y morían, incluidos surubíes, dorados y patíes, entre otras especies de gran valor económico, alimentario y social.“Según los especialistas, las represas no sólo impiden las migraciones de los peces aguas arriba, sino que –al retener el agua cuando los peces realizan migraciones transversales en la planicie inundable–, impiden que se completen los ciclos de desarrollo y reproductivos.
Por otra parte, los embalses alteran irreversiblemente el hábitat acuático: según expertos del CONICET, Yacyretá e Itaipú en conjunto destruyeron el 44% del área reproductiva de las especies de surubí (Oldani, 2004)”, consigna el documento de PROTEGER.
El pedido de información se da en el marco del Día Mundial de Acción sobre las Grandes Represas, fijado el 14 de marzo de 1997 en Curitiba, Brasil, al culminar el “Primer Encuentro Internacional de Pueblos Afectados por las Represas”. Cada año, desde entonces, organizaciones de todo el mundo –principalmente de comunidades damnificadas por estas grandes obras-, realizan actividades y reclamos en simultáneo para esta fecha.
Grandes represas, daños colosalesLa nota enviada por PROTEGER a la Cancillería señala que “como sabemos, Yacyretá es una gran represa administrada por un organismo argentino-paraguayo, la Entidad Binacional Yacyretá (EBY); mientras que Itaipú es otra enorme represa binacional regulada por Paraguay y Brasil, cuyo embalse –de 170 km de largo–, se extiende sobre el Paraná a sólo 14 km al norte de la frontera con la Argentina”.“Ambas –prosigue–, han provocado ya un colosal impacto en las pesquerías y los humedales fluviales, haciendo sentir su efecto negativo centenares de kilómetros aguas abajo. Impacto que se refleja particularmente en la merma poblacional y de tallas de los grandes peces migradores, precisamente los de mayor valor económico, alimentario, deportivo y turístico”.
“Esto explica que en enero pasado la Asociación de Pescadores del Chaco (ASOPECHA), hiciera llegar una nota a las autoridades del Chaco manifestando su honda preocupación por el manejo del agua en las represas del Paraná”.“Por nuestra parte, ante una consulta del Gobierno de la Provincia de Santa Fe, ante la merma del surubí y otras especies de peces, solicitamos desde la Fundación PROTEGER, en nota del 26 de enero 2009 a los Ministros de Producción, y de Aguas y Ambiente, y a través del Consejo Provincial Pesquero, requerir “al Gobierno Nacional y a la Cancillería iniciar urgentes acciones tendientes a conocer y eventualmente modificar el manejo de los caudales de agua por parte de las represas ubicadas en el río Paraná, especialmente Yacyretá e Itaipú”, añadió.Información y control“Hoy –se reclama al canciller Taiana-, solicitamos a Usted nos indique si la Cancillería dispone de información sobre el manejo de los caudales por parte de las represas citadas, sobre si éstas disponen de manuales de operación que incluyan contemplar las necesidades de niveles hidrométricos mínimos para los ciclos de migración, reproducción y alimentación de los peces del Paraná, tendiente a recuperar las disminuidas poblaciones de los mismos”.Además se pidió conocer cuáles serían a criterio de la Cancillería los más apropiados “ámbitos, regulaciones y mecanismos para que el Estado Nacional conozca, controle y eventualmente pueda incidir o reglamentar, en beneficio de la calidad de vida de las poblaciones y de las economías regionales del NEA-Litoral, el manejo de los caudales de agua por parte de las represas sobre el río Paraná, particularmente Yacyretá e Itaipú” –termina la nota de PROTEGER.
“No sólo la pesquería está afectada, hay otros impactos económicos y sociales altamente negativos de estas represas para mensurar. La marcada falta de caudales en el Paraná obligó semanas atrás a suspender la navegación en algunos sectores y a disminuir la carga de las embarcaciones. El acceso a los puertos y sobre todo a pequeños muelles utilizados por poblaciones a lo largo de la costa del río se vio dificultado o impedido, por lo que muchos turistas cancelaron viajes ligados a navegaciones por el Paraná.
También se clausuraron balnearios y, como en Rosario, hubo que tomar medidas y gastar en equipamiento para asegurar la captación y el bombeo de agua hacia las plantas de potabilización”, dijo finalmente Cappato.
Fuente: Prensa Proteger, DyN y Télam