sábado, 8 de agosto de 2009

Orientación, Nav. Terrestre, Brújula, Altímetro y GPS

Desde hace unos años, el uso de la brújula junto a la carta topográfica (lo que usualmente se la llama como “mapa”), ha venido cobrando interés a la hora de usarse ambos elementos para salir y utilizarlo al aire libre, con el fin de orientarse por medio de los puntos cardinales y seguir direcciones de marcha en diversos terrenos que pueden comprender desde campos, pasando por bosques, desiertos y montañas, entre otros. Utilizando el lenguaje técnico, una persona que emplea una brújula junto a un mapa en el terreno se dice que hace una actividad de navegación terrestre o si usa un navegador GPS (Sistema de Posicionamiento Global), se dice que hace una navegación satelital aunque, puede navegar con los tres elementos juntos: brújula y carta topográfica (elementos convencionales) y navegador satelital GPS (elemento tecnológico). En lo que respecta a la orientación y navegación en terrenos compuesto con relieve de elevaciones y depresiones propias de cerros y montañas, un montañista por ejemplo, debería anexar a su equipo personal, un instrumento de navegación anexo que le será muy útil para conocer diversas altitudes: el altímetro.
Este dispositivo que se lo puede adquirir para que nos brinde datos de altitudes en forma analógica o digital –en forma de reloj con agujas o en forma de dígitos) servirá para “ir cantando” la altitud que se gana en una montaña por ejemplo, cuando estemos ascendiendo en la altura.
Por esto, es recomendable adquirir un dispositivo de este tipo porque si nos encontramos participando en una competencia deportiva y debemos ganar, necesitaremos contar con un altímetro para ir leyendo en la carta, las distintas altitudes (por medio de elevaciones y depresiones del terreno, es decir, sus accidentes geográficos) de forma que nos cante las diversas alturas en nuestra dirección de marcha, sea por medio de un trekking o una carrera de aventuras. En zonas de tupida y mediana vegetación como monte y bosques, se puede navegar bien con brújula sin necesidad de usar el altímetro, en el caso que ese bosque no conforme parte del relieve de una zona montañosa donde ahí si existe altura. En ese tipo de terrenos, por la presencia de vegetación, la marcha deberá ser limitada y en forma segmentada porque el navegante podrá ver a una distancia prudente no superior a los 20 o quizás, los 30 metros de distancia para llegar a puntos intermedios de su línea de navegación.
Por eso, si es posible se deberá navegar en tramos cortos y si no se encuentra solo, lo ideal seria que mande a su compañero adelante y lo oriente en su dirección de marcha, con el fin de poder llegar a destino. También, se pueden utilizar los recursos que la naturaleza brinda porque si uno se encuentra navegando solo, deberá navegar en tramos cortos utilizando árboles como puntos de referencia intermedios. De todos modos, el ejercicio de orientación y navegación que se realice en el terreno mediante la materialización de un itinerario, depende del grado de experiencia que se tenga y además, sobre que terreno geográfico se desplace. Una persona muy experimentada en el arte y habilidades de las técnicas de orientación puede navegar sin altímetro en zonas de diversas altitudes (con sus consecuentes accidentes geográficos visibles o no en el terreno pero si en la carta) pero, debe ser muy buen conocedor del terreno, en otras palabras, debe haberse familiarizado con la topografía de ese terreno para navegar con confianza.
Por Gabriel Esquivel – Staff Pezcalandia
Director de NORTHLATITUDE
Director e Instructor de cursos de Supervivencia y Orientación de Pezcalandia