En Pezcalandia, hemos recibido esta lamentable información, la damos a difusión por ser uno de los temas de todos los días. Los vecinos de la localidad catamarqueña de Alijilán, a 20 kilómetros de Ancasti, no podían creer el espectáculo desgarrador que tenían ante sus ojos.
Como si se tratara de una de las siete plagas del Antiguo Testamento, el embalse de Ipizca –que baña las costas del pequeño poblado– amaneció atestado de peces muertos. Más de 200 mil pejerreyes aparecieron flotando panza arriba o en las costas rocosas del ojo de agua azul que irrumpe en pleno corazón de la precordillera, a mil metros de altura sobre el nivel del mar.
Fuentes oficiales confirmaron que existe suma preocupación porque “el dique abastece de agua a Ancasti y si las aguas están contaminadas podría afectar a la población”.
Las hipótesis sobre las causas que pudieron haber originado este desastre natural son varias. “No descartamos que el vertido de alguna sustancia contaminante haya provocado esta catástrofe, pero todavía no tenemos los resultados de los análisis”, señaló Nora Martínez, subsecretaria ambiental de la provincia. En las primeras horas del viernes, un grupo de científicos tomaron muestras en la zona afectada, que ya fueron enviadas a laboratorios de Catamarca y de la Universidad Nacional de Córdoba. Se espera que en las próximas horas los resultados permitan dilucidar el misterio.
Otra de las hipótesis que manejan los investigadores es que puede estar aumentando un parámetro que se denomina DO (demanda de oxígeno), “que provoca la disminución de la cantidad de este componente en el agua”, explicaron desde el departamento técnico de la subsecretaría.
“La situación se detectó aproximadamente 24 horas después de que se haya comenzado a producir la mortandad, lo primero que se hizo fue formular la denuncia ante las autoridades y la justicia de Ancasti para que se dispongan las actuaciones correspondientes”, indicó la funcionaria.Durante el fin de semana, fiscalizadores de fauna y brigadistas realizaron tareas de limpieza en la costa con redes para retirar los especímenes que estaban en estado de descomposición.
También se cerraron todos los ingresos al dique y se dispuso una veda de 30 días hasta que los resultados de las muestras determinen si el lago continuará cerrado por un lapso de 6 meses a un año, tiempo en el que podría recuperarse parte del daño causado a la naturaleza acuífera.
Emplazado en una pétrea garganta serrana, el dique embalse Ipizca tiene una capacidad máxima de 5 millones de metros cúbicos y beneficia con sus aguas a Ancasti, Icaño y zonas adyacentes, convirtiéndose además en atractivo central de la región tanto por la belleza paisajística de su entorno como por sus condiciones para la práctica de deportes náuticos.
Circundando fértiles tierras y situado a 1.000 metros sobre el nivel del mar, el magnífico lago artificial es frecuentado por unos 400 pescadores aficionados todas las semanas, que lo consideran el lugar perfecto para la captura de percas y pejerreyes, mientras que los más osados lo ven como el escenario propicio para la práctica de deportes náuticos como el canotaje y el kayakismo.
Fuente Criticadigital.com