El volcán Domuyo (4.709 m), en Neuquén, se sumó en las últimas temporadas a la lista de ascensos clásicos.
Monte San Lorenzo:
Alejado de los principales centros poblados de la Patagonia, el monte SanLorenzo (3.706 m) se eleva solitario, sin la guarda del campo de hielo austral. Aún hoy las tentativas al cerro están cargadas de incertidumbre debido a las dificultades de aproximación, los escollos propios de la vía, y un clima siempre inconstante. Fue el padre Alberto de Agostini, junto a Hemmi y Schmoll, quien pisó por primera vez la cima, en 1943. Extensos glaciares, difíciles, un gran desnivel, más una larga travesía a la cima, son las sugestivas barreras hacia la cumbre del San Lorenzo, aún muy poco conquistada.
Fitz Roy y Torre:
Junto al Hielo Continental Patagónico se encuentran las montañas más atractivas para los escaladores que puede ofrecer la Argentina y quizás del mundo. Son las agujas de granito del monte Fitz Roy y del cerro Torre, que permiten practicar técnicas alpinas, mixtas y de Big Wall. Desde que en 1952 los franceses conquistaron el Fitz Roy, grandes leyendas del montañismo como Bonatti, Casarotto, Ferrari, Maestri, Terray, Bridwell, Potter, Fonrouge, Karo, Brenner y Egger, también lo intentaron. En las paredes de granito de los cerros Torre, Fitz Roy, Standhardt, Murallón y Domo Blanco, ya se han intentado modalidades en invernal, solitario, libre,y más.
Pero hay en este sistema un sin fín de desafíos deportivos aún por coronar.
Pezcalandia sólo difunde distinto material del sector que va recibiendo