sábado, 8 de mayo de 2010

Pejerreyes sobre la Banda Oriental

En Pezcalandia, recibimos de Patricia, colega de Pescanet, un relevamiento certero y actualizado con la información de distintos colegas, que hicieron los primeros intentos en el Río de la Plata. D
ecidimos realizar dos salidas consecutivas a Martín Chico.
Es fundamental para este tipo de travesías es chequear la intensidad y la dirección del viento bien temprano, para no encontrarnos con desagradables sorpresas luego. Salimos junto a Gerardo y Tony desde Tigre a las ocho de la mañana con pronóstico de vientos de diez nudos del sector noreste, lo cual luego corroboramos era menos de lo real.La idea inicial era ir hacia playa honda, donde se habían capturado algunos buenos ejemplares durante la semana, pero al llegar a la guardería y ver que la intensidad del viento era más de lo pronosticado nos hizo cambiar de planes.
El rumbo ahora sería hacia la costa uruguaya, hacia la punta Martín Chico.Si miramos desde Buenos Aires esta punta queda exactamente detrás de la isla uruguaya Timoteo Domínguez, que tiene la particularidad de ser el único limite terrestre con la Argentina ya que el paso del tiempo ha unido a dicha isla con la histórica Martín García, sobre el Canal del Infierno. En esta costa llena de piedras, los canales se hacen más profundos y este es el lugar por donde los grandes cardúmenes de pejerreyes se internan en los ríos Uruguay y Paraná.
Debido al viento decidimos navegar por “adentro”, siguiendo el derrotero común para cuando sopla más de la cuenta, esto es: Luján, Sarmiento, Capitán, Capitancito, Durazno, Chaná, Miní, y ya al final la ruta de los palos hasta Martín Garcia.Llegamos a destino a las a las diez y media, y decidimos garetear sobre el margen noroeste de la isla Timoteo Domínguez, a unos mil metros de una playa de arena que se ve fácilmente.
Preparamos la ceba y al agua fueron nuestros aparejos, armados con boyas chapetonas grandes, en colores limón, naranjas y negras con fucsia. Además intentamos con unas yo-yo grandes, que luego de un rato tuvimos que cambiar ya que el oleaje las hacía desalinear y nos confundía para clavar.
El primer pique se dio en la chupete limón, y fue un pejerrey de treinta centímetros. Inmediatamente en las chupetonas negras y fucsia salieron dos lindos ejemplares, unos detrás del otro y ambos por encima de los 40 centímetros. Me fijé la profundidad y estábamos en cinco metros. Mientras gareteábamos por zonas superiores a los 3 metros las respuestas aparecían siempre y aunque algo raleadas, en forma constante durante toda la mañana.Al mediodía y ya con el viento calmo, decidimos movernos más cerca de la costa uruguaya, sobre el veril del canal.
Comenzamos gareteando a dos metros de profundidad, y lentamente nos fuimos adentrando en el boyado del canal del infierno. Nuestra ultima captura fue a once metros a las cuatro de la tarde.
Durante el día probamos con dos mojarras por anzuelo pero no vimos mucha diferencia ni en tamaño ni en cantidad de piques. Probamos tirando dentro y fuera de la calle de ceba y la verdad tampoco hubo cambios sustanciales.El jueves siguiente el pronóstico era ideal, poco viento y sol a pleno. Salimos con Gonzalo y al no haber viento salimos por el Surubí directo a la Ruta de los Palos, es decir un camino mucho más directo que por adentro. Tardamos una hora y veinte minutos.
Al llegar largamos el garete en el mismo lugar que antes, pero en diez minutos no tuvimos ni un pique, por lo que decidimos movernos pegado a la costa uruguaya otra vez, muy cerca de donde habíamos estado el sábado anterior. Comenzábamos los garetes entre la costa uruguaya y el canal del infierno buscando los veriles por donde se acarduma el pejerrey grande, tratando de evitar los de treinta centímetros que hay por todos lados.
Si bien las respuestas tardaron quince minutos en aparecer, una vez encontrado el lugar le hicimos tres pasadas en todo el resto del día y con eso fue suficiente. Los piques se daban a no más de veinte metros de la embarcación, por lo que no hizo falta boyas muy grandes, eso si, anzuelos bien afilados y brazoladas resistentes para aguantar los embates constantes de los doradillos.
Igual que la jornada de pesca anterior, el pique se dio en sectores de tres metros de profundidad o más. Una vez que se detecta el lugar hay que hacer un garete hasta que se corta el pique, y luego remontar y pasar otra vez. De esta forma se maximizan las posibilidades. Si las respuestas no son las esperadas, se cambia de lugar.
Los piques no tardaban más de 15 minutos y notamos que los más grandes jugaban un largo rato con las boyas, antes de hundir. Entonces como consejo conviene esperar a que el pejerrey trague bien y hunda o lleve el aparejo con ganas antes de clavar certeramente. Nosotros erramos un par, pero cuando dejamos comer un poco más, ahí fue cuando obtuvimos los verdaderos “tirantes”.Con respecto a los equipos podemos decir que la líneas clásicas de tres boyas dan muy buen resultado, principalmente las chupetonas y adosándole una bigotera al fondo.
Ahí se dan la mayoría de los piques. Esta bigotera puede ser armada con un boyón impulsor o con una yoyo chiquita al final de la línea.En general utilizamos reeles frontales aunque los rotativos chiquitos se imponen lentamente. Como se pesca al garete y dejando salir línea, con el pulgar de una sola mano podemos controlar la salida y el cierre para la clavada, cosa que con los frontales no se puede hacer ya que nos obligan a tener las dos manos en el reel.
Los reeles todos fueron cargados con multifilamento, que para esta pesca es sencillamente indispensable. Tanto en corto como a larga distancia el multifilamento no se estira y permite tener un contacto directo con lo que pasa debajo de las boyas. Si quiere hacer una buena inversión, comience por esto. Las brazoladas hágalas con buen nailon del .30 ó .35 ya que los dorados hacen estragos. Yo llegué a usar .37 y aún así me cortaron varias veces. Los largos recomendados no van mas allá de los veinte centímetros. Todos los piques se dan a flor de agua y es un espectáculo ver a los pejerreyes jugar o ir directo a la boya cortando el agua con las aletas.Punto aparte para los anzuelos. Usamos Eagle Claw L044, Mustad 37140 y Mustad 1687, todos con muy buen resultado ya que eran todos nuevos.
Hay que tenerlos en perfectas condiciones para no errar piques y esto es tan importante como que es el elemento que define la clavada.En ambas salidas sacamos no menos de 10 pejerreyes por caña, en 5 horas de pesca. Y a esto hay que sumarle dos o tres doradillos y algún que otro dientudo, patí o sardina. La pesca está muy entretenida y piense que con 6 pescados grandes ya tiene para la cena.
Devuelva los chiquitos porque después nadie los limpia, no olvide la ceba, el ancla de capa y mirar constantemente el ecosonda para ver el veril del canal.
La pesca está asegurada en La Banda Oriental.
Buena suerte!
Via Patricia Gallo - Pescanet
Por Lionel Liebstein Bellia - Gonzalo Fernández Pastor