Degradación del agua o, en este caso, degradación de los recursos marinos es uno de los factores principales que están afectando al medio ambiente.
Los océanos y los mares, por su inmensidad, son considerados tradicionalmente como una fuente de riqueza inagotable, y también juegan un papel importante en nuestra vida social y cultural. Existen varios tipos de recursos marinos disponibles: los lechos marino no bióticos (organismos sin vida) como minerales, gases hidratos y los recursos bióticos (organismos vivos) como los peces, las algas y los mariscos. La explotación de estos recursos está limitada por el nivel de desarrollo tecnológico y por la fuerza de los elementos naturales.
En la actualidad, los avances tecnológicos y el aumento de las poblaciones costeras son presiones adicionales sobre los recursos naturales disponibles y, en particular, en las zonas de pesca, de transporte, de navegación así como también en zonas de petróleo y de gas .
La degradación del agua en mares y océanos es a nivel mundial, así como las consecuencias sobre el medio ambiente, sobre las poblaciones de peces y, sin olvidarse de que los recursos no bióticos son también son víctimas de la explotación del hombre.
Los ecosistemas, los peces y la contaminación no se ajustan a las fronteras. Por ello, la calidad de las poblaciones de peces depende tan sólo de cómo regulan los diferentes países la pesca en sus aguas, sino también de las actividades que van más allá de sus fronteras. La lucha de cada país por la conservación de las especies es inútil si no va acompañada por las medidas de cooperación a nivel mundial. Por ello, la problemática de la degradación del agua debe ser tratada a nivel internacional.
Vía notre-planete
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