En Pezcalandia, queremos invitar a nuestra comunidad, a leer este relato fantástico
Jeans, zapatillas de cualquier tipo, una mochila de acampar llena de latas de conserva, un mapa de papel y un poco de dinero bastaban, hace 20 años, para lanzarse a la aventura de recorrer alguna zona del país mochileando.
Hoy, pocos pensarían hacerlo sin zapatos de trekking, una buena cámara digital, un GPS, un celular con internet donde acceder a Google Map, o viajar en bus si en avión sale más económico y se puede hacer la reserva online. Son los nuevos mochileros: hay desde escolares de media, hasta profesionales jóvenes sin hijos que recorren el país cargados de gagdet y varios dispuestos a pagar un poco más por comodidades.
"Hoy está lleno de nuevos viajeros que vienen del mochileo o viajeros que decidieron que la forma del mochileo les acomoda mucho más. Encuentras mochileros por el precio más bajo de implementos técnicos, como capas de abrigo (softshell, goretex, polartec, etc.) o tecnológicos con GPS, carpas de alta montaña, colchonetas autoinflables, cargadores solares de baterías para celulares o pilas, etc., que son cada vez más comunes", dice Jorge López Orozco, periodista y fotógrafo especializado en viajes y mochilero por más de 15 años.
Otro cambio: los traslados. Aunque López dice que viajar a dedo "tiene un sabor de aventura insuperable, aunque se haga una sola vez", si se compra con tiempo un pasaje de avión, este sale casi lo mismo que un bus, "lo que acorta las distancias y tiempos y evita las tediosas horas de espera que alguien te lleve".
Carpas y hostales
Estudios como el realizado por Hostelworld comprueban el lado tech de los nuevos caminantes: el 21% de los mochileros viaja hoy con un laptop, un 54% con un iPod, un 83% con celular y un 86% lo hace con cámara digital.
El mochilero 2.0 se vuelve más sofisticado mientras más edad tenga. Sobre 30 años, algunos llevan junto a su traje de baño, e-readers, notebook, reproductores de música, detectores de zonas Wi-Fi, etc. De hecho, una investigación hecha por The World Youth Student & Education habla de los flashpackers: mochileros de 40 años acostumbrados a la tecnología y con más dinero para gastar, por lo que en varias escalas de su viaje no tienen problemas en cambiar la carpa por hostales y el hotel-boutique, donde buscan acceso a internet para bajar y subir fotos a sus blog, Facebook o Flickr.
Sin embargo, entre los menores de 40 también hay muchos que encajan en este perfil y que están dispuestos a pagar por camping con mejor infraestructura y hostales. Ignacio Merino, ingeniero en gestión de Turismo y creador del blog Mochileros Descubre Chile, dice que el nuevo perfil del mochilero chileno es, sin duda, el flashpackers o el backpacker 2.0. "La profesión da igual. Me ha tocado ver desde estudiantes a abogados en rutas mochileras. Acá en Chile se está potenciando mucho este tipo de turismo tan poco reconocido hasta hace poco por el mal pensamiento de que deja pocas divisas. Aunque es uno de los tipos de turismos más masivos entre los jóvenes y adultos jóvenes", dice.
Con o sin tantas comodidades, el espíritu mochilero no se pierde. Así lo asegura López: "Partí mochileando de una forma súper simple, iniciando el trayecto a dedo desde Santiago, con pocas lucas y conociendo a muchísima gente en el camino y acampando en lugares gratuitos o en la carretera, mientras esperaba que me levantaran a dedo. Aunque ahora voy mucho más preparado a los viajes, el espíritu no se pierde, porque sabes que necesitas tu mochila y las ganas para que el mundo se abra como naipe", dice.
Sebastián Infante, director ejecutivo de Fundación Sendero de Chile, dice que los mochileros de hoy mezclan muy bien el uso de aparatos tecnológicos, como GPS y cámaras digitales, con el apetito de viajar, conocer y sentirse libres. "Los GPS son muy usados en los senderos, porque te dicen dónde estás, cuánto falta para terminar el camino, a qué altura estás y eso es ideal para tener un plano de referencia", dice. Agrega que un geolocalizador puede ser más útil que un celular, ya que en la mayoría de estas zonas no hay cobertura. Otra infaltable es una buena cámara digital. Las imágenes son el testimonio del viaje y en un mundo donde las redes sociales se basan en ellas, no tenerlas y compartirlas al minuto es un delito.
Novatos
¿En qué deben fijarse los novatos? López afirma que antes de elegir una buena ruta hay que ver cómo llegar a ella y en eso hay que considerar que, además de caminar, hay trechos en que habrá que hacer dedo. "En el norte, por distancias entre pueblos y el calor, es más difícil que te lleven que hacia el sur. Lo otro es que las mujeres viajan muchísimo más rápido que los hombres y siempre se llevan primero a los que se ven más ordenados y/o limpios". Infante agrega que también es bueno planificar el alojamiento y el dinero que se llevará: "En el caso de los senderos es recomendable hacerlo en los ubicados en los parques nacionales, donde hay campings adecuados para alojar".
Para los mochileros que son de Santiago y que este verano saldrán por primera vez a mochilear, Infante les recomienda hacer un ejercicio preparatorio: caminar los ocho km del nuevo Sendero de las Grandes Travesías, que tiene la entrada por Pedro de Valdivia, en Santiago. Más vale saber antes si el estado físico está preparado para la travesía mayor.
San Pedro de Atacama y sus alrededores
Es uno de los destinos más solicitados y más caros. Un pasaje desde Santiago a San Pedro cuesta $ 41 mil. Dadas las distancias en el norte y el calor, es lo más aconsejable para evitar hacer dedo. Los campings cuestan, en promedio, $ 4 mil diarios por persona y si no se lleva comida, con $ 3 mil al día se puede optar a desayuno, almuerzo y comida comprando víveres. San Pedro sirve como punto ancla para visitar varios sitios. Las grandes distancias entre las atracciones obligan a volver al pueblo, por lo que no es recomendable visitar más de un lugar al día. Uno de los imperdibles es el Salar de Atacama, a 55 km de San Pedro. Hay que llevar bastante agua, bloqueador solar y conseguir movilización para llegar, porque caminando es muy difícil. El Valle de la Luna, en cambio, está ubicado a sólo 13 km del pueblo, por lo que se puede ir caminando o arrendar bicicletas ($ 6.000). Lo mismo para ir a la Laguna Cejar (30 km) y el Valle de la Muerte, aunque el trayecto no es fácil y no se recomienda para novatos. Para los géiseres del Tatio es necesario tomar un tour ($ 20.000).
El Valle del Elqui
El Valle del Elqui es una de las rutas más visitadas durante todo el año por mochileros y la mayoría busca alojar en uno de los tantos campings que se encuentran a lo largo del río Elqui o Claro. En bus, desde el terminal de La Serena ($ 1.500) son 45 minutos de recorrido para llegar a Vicuña, uno de los puntos neurálgicos de la ruta y donde hay una serie de hostales y conexión a internet. Desde ahí se puede recorrer a pie, a dedo, en bicicleta ($ 7.000 el día) o en bus gran parte del valle. Saliendo desde La Serena el primer atractivo es el embalse Puclaro, un lugar de pasada, pero cercano al Observatorio Cerro Tololo, al que se puede acceder sólo con preinscripción. Otro atractivo es El Tambo: poblado que fue un lugar de descanso en el Camino del Inca y que es la puerta de entrada a Vicuña. En ese lugar, el Museo de Gabriela Mistral, la torre Bauer, la plaza de armas son imperdibles. Luego están Pisco Elqui y Peralillo, donde se puede visitar la industria pisquera gratis. Subiendo por el valle, a 103 km de La Serena, se puede llegar a los campings de río Claro ($ 3.000 p/p).
De Tolhuaca a Huilo Huilo
Bastantes mochileros empiezan su recorrido en Temuco. Desde este punto se puede acceder a tres parques nacionales, con más de una treintena de senderos de todas las dificultades: el Parque Nacional Tolhuaca, Malalcahuello y Conguillío. Distantes en promedio a 130 km de Temuco, ofrecen caminatas y zonas de camping para recorrerlos completos. La entrada a los parques cuesta $ 2 mil por persona, y un bus desde Santiago está en promedio a $ 15 mil. Desde ahí todo es a pie. Otro sector que se está popularizando es Huilo Huilo en la XIV Región. Destino que tradicionalmente está asociado a un turismo familiar ABC1, ahora se está expandiendo gracias a los mochileros. Se puede llegar en bus desde Valdivia hasta Puerto Fuy. De allí a Huilo Huilo se puede tomar un bus o hacer dedo y caminar 65 km. La zona reúne bosque, ríos, montaña y nieve. El ambiente, según Ignacio Merino, es cálido con los visitantes. "Parecido a Chiloé, donde te dejan casi acampar en el patio". El camping cuesta entre $ 7mil y $ 14 mil, y por $ 3 mil diarios se puede comer en hostales.
Carretera Austral y alrededores
A 46 km de Pto. Montt se pueden ver alerces milenarios de 40 metros. Se trata del Parque Alerce Andino, con senderos de dificultad media y alta. La entrada al parque vale mil pesos y se puede llegar por buses de recorrido diario. A 110 km de Puerto Montt se ubica el Parque Pumalín. Luego de cerrar por la erupción del volcán Chaitén, abrió sus puertas el 15 de diciembre. Es una ruta muy interesante para los mochileros, por la naturaleza, y "se puede mochilear a la vieja usanza", dice Jorge López. La forma más fácil de llegar es salir desde Puerto Montt hacia Hornopirén en un bus, un viaje de cuatro horas. Luego, es necesario tomar un transbordador hasta Caleta Gonzalo, desde donde se accede al parque. El precio de los campings es bastante módico ($ 1.500 por persona, con baño). Hay cuatro senderos recomendados: Alerce Corto, sendero y camping Cascadas Escondidas, El Volcán y el sendero El Amarillo, un camino de un día para llegar al Glaciar del volcán Michimahuida, donde se puede acampar en distintos lugares por el mismo precio.
El primer mochileo: en qué deben fijarse los padres
Catalina Cristino (20) va a mochilear por primera vez este año. Junto a seis amigas eligió recorrer las playas de Brasil. Más allá de su edad, los padres de Catalina no comulgaron mucho con la idea. "A mis papás, al principio les asustó un poco el hecho de que fuéramos solas", cuenta.
Algo bastante común, dice Claudio Bernales, sicólogo de la Universidad Central, ya que muchos padres se enfrentan por primera a la independencia de los hijos y aunque les cueste, dice, tienen que saber que situaciones como esta son necesarias para adolescentes y jóvenes, que les ayudarán a formar carácter, adquirir fortalezas y conocer sus debilidades, dice Bernales.
El experto aconseja -para los primeros viajes- que padres y jóvenes establezcan ciertos acuerdos, que otorguen tranquilidad a los adultos y permita construir lazos de confianza. Los puntos pueden ser duración del viaje, con qué amigos, cuánto dinero llevarán y cuál será la ruta y objetivo del viaje.
La comunicación constante con los padres también debe estar sobre la mesa. "No es necesario que los chicos llamen a sus padres a cada rato, pero se pueden establecer horas o días de llamadas", dice Bernales, quien agrega que las redes sociales son también una buena opción para que los padres estén informados, ya que los jóvenes llevan varios gadgets tecnológicos a sus viajes que facilitan esta tarea. Como Catalina, que lleva celular con conexión a internet, cámara digital y iPod para su viaje.
Otro punto es el tema de los cuidados específicos, a los que se debe llegar sólo una vez que se hayan definido los acuerdos. Por ejemplo, si van al desierto que lleven bloqueador o agua, que no hagan dedo solos, etc.
Un tema inevitable es el grupo que acompaña. "Un joven puede ir con el mejor grupo posible, pero es inevitable que en la ruta conozca a nuevas personas. Ahí va a mandar el objetivo del viaje y eso debe quedar preestablecido con los padres", dice Bernales. "Si el fin es ir al sur, no te puedes quedar tomando en otro lugar con amigos o desviar la ruta", dice. Una ruta clara siempre es un buen aliado.
Por F. Rodríguez / V. Price / S. Soto
Photo Pezcalandia archivo Imagenes ilustrativas
Fuente La tercera. com