domingo, 13 de febrero de 2011

Las truchas y salmones más grandes

En Pezcalandia, no queríamos dejar de dar a difusión estos contenidos, sin mantener opinión sobre el tema mas que su difusión. Truchas de más de treinta y salmones de más de cuarenta kilos.
Capturas registradas por las igfa como auténticos récords, que tienen lugar por todo el planeta, y que suponen un aliciente para todo aquel que guste de buscar siempre el ejemplar más grande. Aunque no siempre la consecución de estos récords se ve fuera de toda duda.
Cifras récord las de estas capturas que, sin embargo, se ven en muchas ocasiones empañadas por la polémica. La utilización de cebos no permitidos, la pesca en lugares vedados, la manipulación previa y posterior de los ejemplares capturados… suponen en muchos casos una sombra que se cierne sobre los autores de algunas de las mayores presas, cuya finalidad es ocupar un lugar de prestigio en la galería de récords de la International Game Fish Association (IGFA), encargada de registrar las marcas.
TRUCHAS RÉCORD. La captura de truchas récord ha esquivado, prácticamente en su totalidad, todo tipo de polémicas. No es el caso de la trucha arcoiris (Oncorhynchus mykiss), cuya mejor marca se pone en duda en distintos foros de discusión y abre un debate acerca de los límites que la IGFA ha de imponer a los pescadores. Sin embargo, son muchos los récords impuestos que se ven completamente fuera de toda duda. Es el caso de las mayores presas de las distintas especies de trucha, las cuales se han obtenido en aguas de Estados Unidos, Canadá o Japón.Fue en un lago al noroeste de Canadá, verano de 1995, donde Lloyd Bull iba a pescar la mayor trucha jamás pescada. Al menos, jamás registrada oficialmente. Una trucha de lago (Salvelinus namaycush) de 32,65 kg.
El secreto, según cuenta el propio Bull, pescar en zonas de desove, en donde afirma haber llevado a cabo sus mejores capturas. Y lo cual le ha valido para ostentar un récord que, quince años después, continua todavía vigente.
Peor suerte corría Tom Healy, pescador norteamericano, que capturaba en Michigan, en 2009, una trucha común (Salmo trutta) de 18,80 kg, y sólo un año después veía cómo Roger Hellen batía su récord con una diferencia de sólo 0,02 kg. Se celebraba la 35 edición del Salmon-A-Rama Sportfishing Tournament, en Wisconsin, cuando a Roger y a su compañero de expedición, Joe Miller, les sorprendió la picada. El reloj señalaba las 8 de la mañana, y pescaban a curricán sobre un fondo de 12 metros con una ondulante color blue green dolphin que el pez tomó a una profundidad de 3,5 metros. “Sabíamos que tenía un buen pez, alrededor de las 25 lb (12 kg)”, comentó posteriormente Hellen. Quien mostró además cierta humildad al recoger junto a su compañero los 10.000 dólares de premio del concurso: “No hay secreto alguno, estábamos haciendo, más o menos, lo mismo que el resto de participantes. Ha sido cuestión de suerte”.Hellen batió el récord utilizando una línea de 24 kg, lo que ensalza todavía en mayor medida uno de los grandes hitos en la pesca de trucha común, llevado a cabo por Richard Matusiak que, con una línea de 4 kg fue capaz de hacerse con un ejemplar de 15,59 kg. Captura que tuvo lugar en 1994 en Ontario (Canadá).
También en Canadá, Sean Konrad lograba en mayo de 2009 el récord, reconocido por la IGFA, de trucha arcoiris, pescando un ejemplar de 21,77 kg. La polémica surgió en este caso a raíz de la procedencia del animal. La trucha, que se había escapado de una piscifactoría, era un pez modificado genéticamente, que poseía tres juegos de cromosomas, lo cual lo hacía estéril y, al mismo tiempo, capaz de crecer de forma insana. De hecho, el anterior récord de trucha arcoiris pertenecía a Adam Konrad, hermano de Sean, que realizó su captura en el mismo tramo de agua. La IGFA valida este tipo de capturas, debido sin duda a que para hacerse con ellas el pescador requiere de la habilidad suficiente. Sin embargo, la falta de oportunidades que tienen de obtener dicha marca los pescadores que no frecuentan, por ejemplo, la cercanía de las piscifactorías, pone en duda la validez de estos récords, ya que no existen en la naturaleza ejemplares de semejante magnitud.
SALMONES RÉCORD. Los récords obtenidos a raíz de la pesca de salmones, por su parte, no se han visto empañados en ninguno de los casos por polémica alguna. En este caso, los mejores ejemplares que se hayan registrado han sido pescados en el norte de América (Estados Unidos y Canadá) y en aguas escandinavas (Noruega y Suecia), con capturas que van desde los siete hasta los más de cuarenta kilos de peso.Hace ya más de 25 años que Les Anderson batía todos los récords de pesca de salmón al capturar, en Alaska, un salmón king (Oncorhynchus tshawytscha) de 44,11 kg. Peso que multiplica por cuatro o cinco la media de esta especie, lo cual adquiere un mayor valor teniendo en cuenta que, según testigos, el pez estuvo más de siete horas expuesto a altas temperaturas antes de ser oficialmente pesado, por lo que la deshidratación pudo hacer mella en el peso original del animal.
Aunque si hablamos de permanencia a través de los años de los récords, Henrik Henriksen es quien se lleva la palma. Desde 1928 se mantiene su captura como la más pesada de salmón del atlántico (Salmo salar). 35,89 kg fue el peso del pez, capturado en el río Tana (Noruega), probablemente, uno de los más prolíficos en cuanto a esta especie se refiere. El Tana promedia capturas de salmón del Atlántico de 4 kg, por lo que la hazaña de Henriksen fue acogida con gran interés por parte de los lugareños, que pronto se acercaron a presenciar la lucha que el pescador mantenía con su presa. Aunque, a pesar de que el hito fue presenciado por multitud de testigos, la lejanía en el tiempo del hecho ha provocado que los diferentes testimonios que se conservan de los allí presentes varíen considerablemente y se mencione que el tiempo que duró dicha pelea oscile entre las siete y las doce horas de lucha. Una hazaña, fuese como fuere, para capturar a un pez que todavía hoy se considera como el mayor de su especie jamás pescado.Aunque, en los últimos años, también se han llevado a cabo capturas de salmón del Atlántico de gran valor. En 1993, en Suecia, Thommy Bengtsson lograba pescar un ejemplar de 26,72 kg con una línea de 10 kg, lo que la convierte en una de las capturas más significativas de las últimas décadas.
GRANDES MARCAS EN TERRITORIO NACIONAL.
En España no existe una base de datos que registre las mayores capturas de pesca deportiva, tal y como hace la IGFA a nivel mundial. De este modo, resulta prácticamente imposible otorgar el honor de capturar el mayor ejemplar de ninguna de las especies a ningún pescador. A pesar de ello, a través de los distintos medios de comunicación y de la oportunidad que Internet ofrece a los distintos pescadores de hacer llegar sus experiencias al resto de ciudadanos, han podido conocerse, en cuanto a la pesca de trucha y salmón se refiere, casos verdaderamente excepcionales.
Es el caso, por ejemplo, del pescador ourensano José Pérez, que obtenía en el año 2002, en el embalse del Vao, un ejemplar de trucha (que solamente medía 60 cm) de 11,25 kilos. También en el norte de nuestro país, en la provincia de León, se llevaba a cabo, a comienzos de 2007, una de las capturas más importantes que se recuerdan. Pablo Paniello capturaba una trucha de 9,15 kilos en el río Porma.Oculto en un rincón descubrió Pablo al pez, que no pudo deshacerse del anzuelo una vez que cayó en la trampa del pescador. El cual, al no disponer del sedal necesario para sacar del río ejemplar tan grande, se vio obligado a lanzarse al agua, coger al animal por las agallas y sacarlo así a la superficie. Los expertos señalaron que el origen de una trucha tan grande, probablemente, como en el caso del récord instaurado por Sean Konrad, fuese una piscifactoría, lo cual no resta mérito al autor de la captura, ¿o sí?.A diferencia de lo que ocurre en el caso de la trucha, y aunque tampoco existe una base de datos oficial, el récord de pesca de salmón en territorio nacional sí es ampliamente reconocido. Y es que el pescador gijonés Gregorio Alonso Cabo goza del reconocimiento de pescar, en el río Narcea a comienzos de 1962, el salmón más grande jamás obtenido en aguas españolas. Un ejemplar de 16,1 kilos. Aunque en el mismo río se hayan aproximado a lo largo de los años al récord de Goyo, llegando Cecilio Ardura, en 2003, a capturar un ejemplar de 14,65 kg, nunca nadie ha sido quien de batir la marca instaurada hace casi cincuenta años.
RÉCORDS MÁS POLÉMICOS DE OTRAS ESPECIES. No todos los récords registrados por la IGFA gozan de tanta credibilidad como (salvo el caso de la trucha arcoiris) los anteriormente mencionados.Especialmente polémico ha sido el caso del récord de black bass (Micropterus salmoides). George W. Perry capturaba en 1932 un ejemplar de 10,09 kg. Hito que sería batido 77 años y un día después, en el lago Biwa (Japón), por el pescador nipón Manabu Kurita. 0,03 kg de peso separaban a los dos ejemplares. Sin embargo, la polémica vendría porque, supuestamente, el japonés llevó a cabo la captura incumpliendo algunas prohibiciones que existen en el lago. La utilización de percasol como cebo, haber obtenido el pez en una zona vedada o haber anclado su embarcación no siendo esto permitido en esa zona del lago fueron algunas de las acusaciones dirigidas al pescador japonés.
Aun así, y después de que Kurita fuese sometido a una prueba con polígrafo, la IGFA dio el visto bueno a la captura, instaurando un nuevo y polémico récord.Que todavía lo sería más después de que, en 2006, Mac Weakley se hiciese con un black bass de más de 12 kg. A pesar de no haber utilizado una balanza oficial, la IGFA admitía como válido el récord a través de la realización de cálculos a escala. Del mismo modo, el hecho de que el enganche no se produjese a través de la boca del pez tampoco suponía un impedimento, ya que este mal enganche no había sido llevado a cabo de manera intencionada. “Pase lo que pase, sabemos que es el récord del mundo”, comentó Weakley que, finalmente, y a pesar de que un oficial de la IGFA se mostrase dispuesto a dar el visto bueno a la captura, decidió retirar su solicitud, para evitar que su hipotético récord desatase la polémica.También ha resultado objeto de polémica la obtención del récord de bass de boca pequeña (Micropterus dolomieu). David Hayes capturaba en 1955, en Estados Unidos, el ejemplar que todavía hoy se considera el más pesado (5,41 kg) de esta especie. Sin embargo, en 1996 la IGFA invalidaría tal honor a raíz del testimonio del guía que acompañaba a Hayes en el lago Dale Hollow. Raymond Barlow aseguraba que el pez pesaba cuando había sido capturado poco más de 4 kg y que Hayes había introducido, aproximadamente, un kilo y medio de metal en el interior del animal. Sin embargo, en 2006, a través de una investigación que valoraba el largo y el perímetro del pez capturado por Hayes, naturalizado en una urna, la IGFA determinaba que la captura del norteamericano era la mayor jamás obtenida y merecedora, por tanto, de ocupar el lugar que, diez años antes, le había sido arrebatado.Y es que, aunque la IGFA disponga de una serie de normas y códigos éticos que deben regir la actividad de los pescadores, la vanidad de éstos, el deseo de hacerse con una cifra récord, optimiza en muchas ocasiones la picaresca del pescador. Acciones que ponen en permanente duda la validez de unos récords, que no siempre son llevados a cabo de manera lícita.
Por Sergio Rodríguez
Fuente trofeo de pesca.com