Desde
Pezcalandia te contamos que, un grupo de uruguayos se decidió a subir el
Aconcagua, la cumbre más alta del mundo por fuera de las del Himalaya. Lo harán
durante el próximo verano con guías especializados en EE.UU. y Chile. Por
ahora, el equipo se entrena en cerros y playas.
Cada
año entre 6.000 y 7.000 personas intentan llegar a la cima del Aconcagua.
Muchos lo logran, otros quedan en el camino y vuelven a prepararse para el año
siguiente.
Si
bien algunos uruguayos han alcanzado la cumbre más alta de América Latina,
ahora se prepara la primera ascensión de un equipo conformado por 12 uruguayos.
Para ello cuentan con el maragato Rodrigo Chabalgoity, un instructor
especializado que desde hace cinco años se dedica profesionalmente al
montañismo.
La idea es alcanzar el pico
en unos 20 días de extenuante caminata por la montaña, según explicó a El País
Raúl Vernengo, uno de los organizadores de la excursión.
"Muchos uruguayos han
subido el Aconcagua, y unos cuantos más lo hacen cada año, pero siempre es como
parte de expediciones internacionales, o en modalidad turística, contratando
los servicios del ascenso con alguna de las muchas empresas que se dedican a
organizar este tipo de excursiones", explicó Vernengo. Las empresas
especializadas en la subida se ocupan de resolver "casi todos los
problemas prácticos de una expedición; por ejemplo los campamentos, el acarreo
de comida, los guías y los primeros auxilios de montaña", señaló.
Vernengo y un grupo de
amigos comenzaron a interesarse por el andinismo a partir de su amistad con
Chabalgoity. Desde hace cinco años el maragato está instalado en Coyhaique, una
ciudad localizada en medio de la Patagonia chilena. Desde allí organiza
excursiones a las montañas con turistas y aficionados al montañismo.
Al equipo se sumó Juan
Fernández, un montevideano del barrio Sayago que también se dedica al
montañismo. El grupo está conformado por uruguayos de distintas profesiones:
hay estudiantes universitarios, un herrero, un escribano y un bombero, entre
otros.
Para
que la expedición alcance el éxito se deben realizar varias etapas de
preparación. "La condición física es algo importante pero no es algo
definitorio; lo más valioso es el grupo humano. Si el equipo no se lleva bien
no podrá llegar", explicó Vernengo.
Preparación.
A falta de montañas, los
uruguayos se entrenan en la sierra de las Ánimas, en el límite entre Maldonado
y Lavalleja. Además, han organizado caminatas por las playas de Rocha. En la
última salida cubrieron 40 kilómetros en un fin de semana. También se probaron
en ascensos al Pan de Azúcar, caminatas desde el "Hilo de la vida"
hasta Aguas Blancas, en Lavalleja, o recorridas por la Quebrada de los Cuervos,
en Treinta y Tres.
"Hay que aprender a
caminar durante horas con la mochila cargada, no se carga de cualquier
forma", dijo el montañista. Algunos integrantes del grupo han participado
de experiencias de ascensión en montañas de Argentina y Chile.
En febrero pasado Vernengo
participó de un curso de 15 días con un instructor estadounidense y otro
chileno, junto a nueve alumnos chilenos. La expedición fue organizada por la
filial en la Patagonia chilena de la National Outdoor Leadership School (NOLS).
El equipo acordó que el ascenso se realizará en la modalidad leave no trace (no
deje rastro) por lo que procurarán no dejar residuos durante el ascenso ni en
los campamentos. Hay muchas formas de llegar a la cúspide de 6.962 metros sobre
el nivel del mar. Una de ellas es conocida como "Glaciar de los
Polacos", una ruta que implica escaladas por lugares de mucho peligro. Los
uruguayos eligieron subir por la pared noroeste de la montaña que es la de
menor dificultad técnica.
La
aventura a todo pulmón
Subir el Aconcagua es caro. Los gastos en traslados, equipo y permisos son
altos, por eso estiman que cumplir el sueño puede llegar a costar entre US$
5.000 y US$ 10.000 por persona, dependiendo de la inversión previa en
entrenamiento. Como forma de ahorrar, el equipo uruguayo resolvió no contratar
personal local para el traslado de equipo y comida como hacen los escaladores
aficionados.
Según Vernengo, hasta el momento no han conseguido auspiciantes para financiar
el ascenso y todo la preparación se hace "a pulmón". Estiman que cada
integrante del equipo puede llevar sobre sus espaldas una mochila que no puede
superar el 30% de su peso corporal. Debido a que la ruta elegida obliga a intensas caminatas, los montañistas centran
el entrenamiento en ejercicios aeróbicos.
Fuente
El País