lunes, 1 de julio de 2019

La cumbre del Kanchenjunga


Les contamos en Pezcalandia que para Viridiana es el quinto ocho-mil en su meteórica carrera como himalayista, una expedición que durara 54 días, en un estilo que se aleja de los principios del estilo alpino, un estilo que sea denominado “turismo alpino” o “expediciones comerciales” en donde las compañías contratadas se encargan de armar los campamentos, cocinar, portear equipo, subir tanques de oxígeno, fijar cuerdas y llevar un guía para solucionar los aspectos y riesgos a los que típicamente se enfrenta un montañista, es decir son clientes que pagan por servicios “all inclusive”

Al parecer Viridiana tratara de convertirse en la primera mujer mexicana en ascender los catorce ocho-miles, gracias al patrocinio de grandes marcas masivas, sabemos que hacer cumbre contratando los servicios de empresas no tiene valor deportivo para los montañistas más éticos. Es un logro personal y se reconoce su esfuerzo, eso es indudable. En lugares donde hay una cultura de montaña pobre estos “montañistas” utilizan la mercadotecnia para conseguir grandes patrocinios y sus ascensos los convierten en oro, sin importarles el estilo, la ética o la innovación deportiva.
Llegan a promover farsas, se creen semi-héroes, incluso llegan a convertirse en “motivadores” parándose frente a personal de grandes empresas, desgraciadamente pregonando mentiras de sus ascensos y alimentando su ego.
En contraste el estilo alpino es considerado la forma más pura de hacer montañismo al ser autosuficiente y dejar el menor rastro posible. En este estilo es el mismo montañista quien carga su comida, tienda, equipo, fija sus cuerdas, no utiliza oxígeno; a la vez que hace sus propios estudios de clima y condiciones; es responsable de tomar las decisiones, y asume su propio riesgo. El estilo alpino, es veloz, limpio tanto en el sentido estético como ambiental, y demanda del atleta un compromiso físico y mental proporcional a sus objetivos.
De acuerdo a lo anterior se considera preferible el estilo alpino cuando se buscan objetivos deportivos, mientras que el estilo “comercial o turista alpino” es principalmente utilizado por aquellos con pretensiones comerciales, compromisos publicitarios, aspiraciones de titulares noticiosos, o simple experiencia personal y con una disminución notable del riesgo inherente a la práctica del montañismo.
Esto ha provocado, en años recientes, saturación de montañas, grandes récords de cumbres, y polémicas relacionadas a la compensación y reconocimiento de sherpas, contaminación de las montañas, confusión mediática al asignar créditos deportivos a logros comerciales, etc.
Juan Vallejo un reconocido alpinista español, en 2011 definió las diferencias de estos estilos en esta frase “La pureza del alpinismo o el circo de la montaña”. ¡Hasta la próxima!

Fuente El Sol de Tlaxcala