Navegamos un breve lapso (el parador desde donde sale la
embarcación está en la punta de la laguna por lo que estratégicamente ubicado
hace que se navegue menos que saliendo de los otros pesqueros) y llegado al
lugar elegido por nuestro amigo, anclamos. No pasó más de 10 minutos que el
primer paternoster indico un pique, muy leve (también de esto nos había puesto
al tanto el guía).
Encarnamos con mojarra viva, pero al cabo de un rato fileteamos
un pejerrey y rindió muy, pero muy bien.
Hubo muchísimos piques, muchos dobletes pejerreyes muy
lindos y peleadores, que solo devolvieron tres que no llegaban a la medida
mínima, y que los otros oscilaban entre 25 y 45 cm el más grande.
Cuando la temperatura se tornó un poco más agradable al
mediodía, decidimos probar con las líneas de flote a pesar de saber que no era
el día apropiado para hacerlo y se lograron media docena de piques con las
mismas.
En el lapso de las cuatro horas que pescamos pasamos por
todos los climas: nublado y con brisa al principio, luego salió el sol con
brisa y luego cuando nos arrimamos a una costa para buscar los más grandes
(luego de lograr 5 ó 6 de ellos) se paró el viento, la laguna se planchó
literalmente.
A la una de la tarde, con laguna planchada (lo que hizo que
mermara mucho el pique) y con la cuota de 25 pejerreyes por pescador lograda,
decidimos volver al parador.
En el parador te ofrece, desayuno, la guiada con carnada y
servicio de fileteado, el almuerzo y para los que quieren quedarse hasta el
otro día y avisándole te hace un lechón a las brasas espectacular.
Pezcalandia
Prensa & Difusión
Fuente: Miguel Vencius - EL ABC
RURAL